Pola beira
da navalla xorde
unha
sombriña que agonia
todalas
penas na orella da rúa.
Opacada do
recendo da infancia
a testa coroada de espiñas,
os labios, baleiro
canto de cadeas.
Cruza seus
ollos esmiuzados
un ponte procaz
-un ponte
que os nenos non coñecen-
é nela fixou
crueis andamios.
Ten o corpo
transfigurado
de farrapos
lixados,
a mán aberta
como unha ferida.
A carón, discorre
a xusticia
sen botale
ollada.
Igual nós.
Igual coma
mín, delinquindo nela.
* * *
DELINQUIENDO EN ELLA
Por la
orilla de la navaja surge
una sombrita
que agoniza
todas las
penas en la oreja de la calle.
Opacada del perfume de la infancia
la frente coronada de espinas,
los labios,
vacío canto de cárceles.
Cruza sus
ojos desmenuzados
un puente
procaz
-un puente
que los niños no conocen-
que en ella
fijó crueles andamios.
Tiene el
cuerpo transfigurado
de harapos
sucios,
la mano
abierta como una herida.
Al costado, discurre la justicia
sin echarle mirada.
Igual que
nosotros.
Igual como yo, delinquiendo en ella.
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