martes, 29 de abril de 2014

VITAMINA C DIGITAL

En la imagen, de frente, Sabrina Vega, coordinadora de los eventos literarios
                                                                     
                                                                                     De la Redacción de Vitamina

Se fue la semana inaugural de la 40° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. La apertura formal del jueves 24 continuó con la llegada del primer fin de semana y los platos fuertes de sábado y domingo.

La casa editorial líder en publicaciones de autores independientes, Editorial Dunken, tenía cita agendada en la Sala Victoria Ocampo en el "día de los cuatro Papas". Promediando la tarde, el que es uno de los más bellos auditorios de La Rural abrió sus puertas para presentar Sueños Dirigidos, compilación de cuento de autores varios, realizada por M. Florencia Estévez Bejo. Previamente, el jueves último, había sido presentado en el mismo salón el sexto volumen de la saga Letras del Face, a cargo de Leticia Baico.

La presentación de la nueva antología (que contiene relatos dignos del mejor reconocimiento: ya sea por su calidad y creatividad, como también por su apuesta rupturista) recayó en la apertura y guía del escritor de la casa -autor de "El Carnaval del Diablo"- Ricardo Tejerina, quien puso de relieve la importancia del ROI (Programa de Recepción de Obras Inéditas de Dunken) en el campo editorial, como canal de publicación casi excluyente de las letras independientes. Del mismo modo que contó con las participaciones especiales de la sutil poeta y compiladora Marita Rodríguez-Cazaux y el reconocido autor y maestro del oficio, Carlos Penelas.

Rodríguez-Cazaux hilvanó su alocución instando a los autores a trabajar en el perfeccionamiento de su literatura. Destacó la importancia de la sencillez en la narrativa y el tono justo en la poética. La autora de "Del glamour a la ciénaga", tampoco se privó de recurrir a la picaresca, haciendo gala de su refinado humor y buen decir, ofreciendo uno de los puntos altos de la tarde. 

Por su parte, Penelas, nuevamente rayó a gran altura. El poeta que cuenta en su haber con títulos como "Poesía reunida" y "Poemas de Trieste", entre una prolífica obra que abarca algunas décadas, se hizo uno con la concurrencia a partir de su discurso ocurrente y mordaz, que combina la erudición literaria con la ironía y el humor de corte intelectual. Citó a Emerson y algunos pasajes del Hamlet de Shakespeare, para culminar haciendo hincapié en la necesidad, o más que ello, la obligación, que todo escritor tiene con la lectura.

La Sala Victoria Ocampo brilló nuevamente con la emoción de más de un centenar de autores, colegas, artistas, familiares y allegados, que no quisieron perderse la oportunidad de participar de un encuentro tan tradicional como legitimador. 

Como de costumbre, coordinó con eficiencia Sabrina Vega y el personal de la casa estuvo siempre atento para el mejor desenvolvimiento de la actividad. 

Sueños dirigidos, tal el título del volumen, se inspira en la narrativa de Borges, y en particular en un pasaje de "El informe de Brodie", pues al fin y al cabo, la literatura es una búsqueda colectiva y un sueño que va en una dirección: la manifestación cultural de la humanidad. 




Abril 2014


PRESENTACIONES DE LIBROS


LETRAS DEL FACE VI
24/4  Sala Victoria Ocampo - Pabellón Blanco - 18:30 hs.  
Presentan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, Leticia Baico.
Coordinadora: Sabrina Vega

SUEÑOS DIRIGIDOS
27/4 Sala Victoria Ocampo - Pabellón Blanco - 16:30 hs.
Presentan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, María Florencia Estévez Bejo.
Coordinadora: Sabrina Vega

52 MOTIVOS PARA NO MORIR 
4/5  Sala Leopoldo Lugones - Pabellón Amarillo - 14:30 hs.
Presentan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, Carla Demark.
Coordinadora: Sabrina Vega


EDITORIAL DUNKEN
Ventas 
Stand 823 Pabellón Verde - Feria del Libro Internacional en Buenos Aires
Ayacucho 357 - CABA



lunes, 28 de abril de 2014

FERIA DEL LIBRO INTERNACIONAL EN BUENOS AIRES

PRESENTACIÓN DE LA ANTOLOGÍA  "SUEÑOS DIRIGIDOS"


 Atardecer de magia en la Sala Victoria Ocampo


Carlos  Penelas, Ricardo Tejerina, Marita Rodríguez-Cazaux, Florencia Estévez, Rocío González


David Rodríguez lee fragmentos de "El devorador de cuentos"


Julián De Martino lee fragmentos de "Representaciones"


Entrega de la antología a los autores que la integran


Los escritores Marita Rodríguez-Cazaux, Carlos Penelas y Ricardo Tejerina
posan con Florencia Estevez y Rocío González, compiladora e ilustradora respectivamente
de la antología "Sueños dirigidos"





ME GUSTA  foto compartida en el cierre del evento


Para acceder a todas las imágenes Face de Editorial Dunken

VENTAS DE EJEMPLARES
Stand de la Editorial en La Feria del Libro Internacional en Buenos Aires (823 - Pab. Verde)
Salón de la Editorial Ayacucho 357 - CABA

domingo, 27 de abril de 2014

SAGA DE LA ANTOLOGÍA LETRAS DEL FACE


EXPERIMENTO FACE QUE YA APORTA EL SEXTO VOLUMEN 


CITA


Decidimos conocernos personalmente en la Feria del Libro; era el mejor lugar para dos personas que habían contactado en un taller de Letras por Internet. La cita quedó fijada a las tres de la tarde, en la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones.
Yo apenas sabía algunos datos imprescindibles como su nombre, pero no tenía ninguna duda sobre sus alcances literarios, por supuesto conocía los libros que formaban su biblioteca. En ese momento mediaba “Sostiene Pereira” mechándolo con una novela de Carver y sentía curiosidad por los versos de Benedetti, además de subyugarse con la prosa de García Márquez y de ser fanático, como yo, de Gelman.
Mientras me vestía para el encuentro, se me ocurrió pensar en que uno de los atractivos de la Feria es deambular por sus pabellones coloridos, pasillos estrechos tapizados del encanto que guardan las historias. Ese mítico peregrinar al que nadie escapa me predispuso a favor y llegué puntualmente.
La tarde era espléndida, el cobrizo propio de nuestro otoño en Buenos Aires matizaba el paisaje de Palermo. La Feria desplegaba el clima que la diferencia de tantas, particular magia de luz y voces que nos seduce.
Me detuve pegada a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones. A unos pasos, un chico repartía señaladores, dos chicas con viseras naranjas invitaban a ver una película en una sala vidriada, una señora preguntaba el horario de una charla periodística.  
A las tres y media, para hacer tiempo, caminé hasta el final de pasillo y me detuve ante unas mesas con la intención de descubrir un poemario de Benedetti y sorprenderlo cuando llegara. Mejor no, pensé al minuto, que elija él, y volví a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de.
Silbidos de vigorosa alegría acompañaban aplausos llegados desde un rincón. Un mediático, supuse, pero los aplausos seguían y me tentó acercarme. Exponía un hombre joven sobre los recursos del género fantástico y una muchacha de voz fascinadora empezó a leer fragmentos de “Tantalia” y un micro cuento de  George Frost.
Me senté en el borde de la silla de la última fila. Lo imposible podía tocarse, lo irreal se tragaba la realidad. Impecable. La magia existe, me convencí.
Miré la hora, eran las cuatro y cinco. Salí disparada a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del. Una pareja mayor trataba de conformar a un nene que quería el autógrafo de Superman. Quise decirle que a metros había dispuesto un lugar con entretenimientos y libros al alcance de los más pequeños, debieron adivinarme el pensamiento porque los tres se encaminaron hacia el pabellón infantil.
Volví a mirar la hora. Cinco menos veinte. Por los altavoces anunciaron la apertura de una disertación sobre costumbrismos en la literatura. Qué bueno, pensé, allí encontraré la orientación para poder extenderme en la charla sobre García Márquez o analizar “El páramo en llamas” que habíamos leído la semana anterior. Entré.
Una mujer apuntaba en un cuadernillo palabras sueltas, certera idea. Saqué mi agenda, escribí aquellas que me parecieron orientadoras, esos vocablos que acuden en las charlas y que luego quisiéramos volver a recordar. Me felicité de haberlo hecho, hay frases irrepetibles, movilizadoras, que es lastimoso dejar en el olvido.
Un cafecito me vendría bien, me dije y fui hacia la cafetería. La cordialidad de la chica que me atendió, el señor que leía en la mesa contigua y me prestó una silla, la pareja de extranjeros que se levantaron para dejarme paso, no me sorprendió. Un café en la Feria, es diferente, suma bohemia compartida.
Volví a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, un grupo entusiasmado de jóvenes, cruzó el pasillo. Hablaban entre ellos, alguien dijo ROI, y me fijé en el programa, se presentaba Letras del Face. Era la hora exacta, así que subí a la Sala Victoria Ocampo. El público colmaba el salón, muchos sacaban fotos, otros posaban  junto al cartel anunciador del evento, se filmaban, parecían singularmente felices. Una chica alta y bonita organizaba, corría al micrófono, controlaba la decoración del estrado, apilaba libros a un costado. Iba y venía sobre tacos de obelisco con una sonrisa encantadora. Dos muchachas con acento entrerriano me ofrecieron un lugarcito entre ellas. “Está buenísimo, hay gente de la capital y de las provincias”, me dijeron.
ROI, resultó ser una iniciativa de Editorial Dunken, y Letras del Face era el sexto de los volúmenes editados anteriormente y compilados por escritores de oficio, talleristas y estudiantes de edición ligados a la Cultura. Esta novedad incluía narrativa, poesía, obras de ficción y no ficción, arte de diverso género postulado en concursos absolutamente gratuitos para autores noveles, a quienes se les editaba el trabajo, en este caso, una antología.
No pude escapar a la calidez de los integrantes de la mesa, mucho menos a la alegría que reinaba en el auditorio. Los trabajos que leyeron los autores me decidieron, compré tres ejemplares para regalar. Un libro siempre es obsequio oportuno.
Bajé hasta la puerta, hacia la izquierda de, pero nadie parecía esperarme. Había anochecido y la Feria resplandecía, volví sobre mis pasos. Entré a dos o tres stands, crucé el pabellón azul, compré un libro de Gelman. Paseé por el amarillo. En el verde, descubrí “Relato de un náufrago”, la brillante crónica escrita por García Márquez en 1955. Imposible resistirse. Más adelante, ilustraciones juveniles recordaron que el cumple de mi sobrina se avecinaba. En esto de escoger libros para chicos no vale equivocarse; compré “El futuro que fue”, de Cáceres. Buena elección.
Crucé el pasillo, desde un escaparate entreabierto, Benedetti me invitaba a amores con solo extender la mano.
-¿Se lo envuelvo? -preguntó la cajera.
-Los libros no se envuelven -dijo una voz a mi costado antes de que pudiera contestarle. Al girar, un hombre de pelo castaño me miraba con una sonrisa colgada de los ojos.
-Es para regalar, todos los regalos deben envol…, -dijo mi voz a medio camino.
-No creas, y mucho menos los libros de poemas. Sería como amordazar palabras. Si te sobran unos minutos…-invitó.
Nos sentamos bajo unas sombrillas de lona, en un patio donde el olor a asadito se mezclaba con el aroma de la tinta. El reloj sobre el muro marcaba las nueve de la noche pero, no se me ocurrió ni pensar en la puerta, hacia la. Por el contrario, me pareció justicia no taparle la boca a los versos, al fin las palabras son 
“… flechas de la comunicación, pájaros del pensamiento y de la sensibilidad, las vemos o las oímos caer como piedras opacas…como monedas gastadas, signos vivos, pañuelos de bolsillo, como zapatos usados, esperanzas y decisiones, que deberían brillar como estrellas mentales cada vez que se las pronuncia. Sabemos muy bien cuáles son esas palabras en las que se centran tantas obligaciones y tantos deseos: libertad, dignidad, derechos humanos, pueblo, justicia social, democracia, entre muchas otras. Y ahí están otra vez esta noche, aquí las estamos diciendo porque debemos decirlas…”.
Los dos coincidimos en que Cortázar lo dijo magistralmente.
Era tarde cuando nos despedimos con la promesa de un nuevo encuentro, en la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones. Y esta vez -la Feria por testigo-, con pertinente puntualidad.


Marita Rodríguez-Cazaux para Editorial Dunken
Abril 2014


Sensible atardecer en la Sala Victoria Ocampo 




 Mesa de presentación Letras del Face VI
Leticia Bairo, Ricardo Tejerina, Marita Rodríguez-Cazaux



Cabal autoridad en Poética, Estela Victoria Tejerina, tuvo la deferencia de dirigir sensibles palabras al auditorio



EDITORIAL DUNKEN  Stand 823 Pabellón Verde

Jueves 24 de abril

LETRAS DEL FACE VI

Sala Victoria Ocampo
Compilación de poemas y relatos a cargo de Leticia Baico  


En la Sala Victoria Ocampo, los autores de la antología Letras del Face VI,
posan con la compiladora Leticia Baico y los escritores Marita Rodríguez-Cazaux y Ricardo Tejerina


viernes, 25 de abril de 2014

FERIA DEL LIBRO INTERNACIONAL EN BUENOS AIRES





El que no escribe literariamente abstrae un elemento y lo generaliza refiriendo de esta manera a un objeto de público conocimiento. Tal vez escriba "Vi una rosa".
Quien se dedique a escribir abstraerá sobre ese elemento público un sentimiento privado, un estado de ánimo particular, y su imaginación montará sobre la estética basada en recursos literarios.
Así escribirá, "Vi una rosa roja y húmeda, perfumada y viva".
Pero aquellos que tengan ceñida a su esencia la poética que abarca el universo humano, los que le dan peso concreto a las palabras abstractas y tantean los confines de los miles que a su lado deambulan, escribirán sin duda, el real palpitar, la verdad más allá de la propia rosa: 
"Vi una rosa, desmayada, húmeda y roja, apenas perfumada, apenas viva".


STAND EDITORIAL DUNKEN - 
Pabellón Verde

miércoles, 23 de abril de 2014

PERIÓDICO IRREVERENTES


NATURALEZA MUERTA


Árbol II
 
ala
pío
flor
nido
hoja
rama
brote
pájaro
hermano
decapitado
de verde vida
que silencioso llora
amputado de trinos
un mundo en guerra
tronco
tronco
tronco
tronco
tronco
tronco
tierra tierra tierra tierra
raíz raíz
raíz
 p
       a
              z


CRÍTICA LITERARIA

“EL OCÉANO AL FINAL DEL CAMINO”

Edinburgh International Book Festival
“-No existe tal Hombre de Arena, cariño- me respondió mi madre-. Cuando digo ´viene el Hombre de Arena´ quiero decir que tienen que ir a la cama y que sus párpados se cierran involuntariamente como si alguien les hubiera tirado arena a los ojos.” E. T. A. Hoffmann: El Hombre de Arena
Neil Gaiman (Porchester, Inglaterra, 1960) es un escritor muy singular porque guionó historietas, escribió literatura infantil y abordó novelas para adultos (como la que se comenta), siempre dentro de una veta fantástica. Pero, en esos tres ámbitos está influido por la inmensa literatura infantil de Lewis Carrol (Alicia en el país de las maravillas Detrás del espejo) y C.S. Lewis (Las crónicas de Narnia), a quienes cita en sus obras. Pero también alude a la canción de niños Wee Willie Winkie, y propone un desarrollo histórico distinto al que se conoce oficialmente en nuestro planeta, como lo hace J.R.R. Tolkien en El Señor de los Anillos y El Hobbit. El espíritu de El maravilloso mago de Oz, de Lyman Frank Baum, también está presente.
Entre sus más famosas creaciones para chicos -que abarcan unos quince títulos-, figuran su novela Coraline (llevada al cine de animación por Henry Selick en 2009) y la colección de cuentos El día que cambié a mi padre por dos peces de colores.
Sandman
Pero el éxito que lo llevó al estrellato fue su novela gráfica The Sandman, para cuyo protagonista (aunque ya había un héroe homónimo en la factoría DC concebido por Joe Simon y Jack Kirby) seguramente se inspiró en el cuento de Hoffmann del epígrafe, a partir del cual  Sigmund Freud propuso Lo siniestro. Su amor por el género surgió durante la entrevista que en calidad de periodista le realizó al relevante guionista Alan Moore (responsable de los textos de Wachtmen y de V de Vendetta, entre otros). Hasta el presente esta obra se publicó en Estados Unidos durante el período comprendido entre enero de 1989 y marzo de 1996, y luego se recopiló en diez tomos. El primero, Preludios y nocturnos, narra como Sandman, también llamado Sueño, estuvo prisionero setenta años y es uno de los hermanos que conforman los Eternos. Aquí aparece toda una cosmogonía de mundos paralelos con monstruos, brujas, fantasmas que conducen a situaciones impresionantes a la vez que representan un mundo encantado. Los diez tomos abarcan todos los números de la saga, y el arte de Dave Mc Kean se destaca en sus cubiertas, que suelen comprender una figura central con transparencias y veladuras. Esa pintura está rodeada de estantes y cubículos que portan objetos variados (páginas escritas, hojas de plantas, manos, portalápices, huevos de piedra). De los dibujos de historieta participaron Sam Kieth y Mike Dringenberg (co-creadores de la serie) y Malcolm Jones III, mientras el color estuvo a cargo de Robbie Busch. Abundan cuadritos multiformes, paisajes a doble página y colores restallantes que generan un torbellino de extrañas imágenes. The Sandman registra un paisaje onírico propio de un cuento de hadas en el marco de una historia de terror.
Esa imaginación desorbitada se repite en el libro El océano al final del camino, narrado en primera persona por un chico de apenas siete años, que además de leer revistas de historietas frecuenta a clásicos como los ya citados Lewis Carroll y C.S. Lewis. Este último es el escritor de literatura infantil que más inspiró la estética de Neil Gaiman. Así, el protagonista se pregunta “¿Por qué a los adultos no les gustaba leer las historias que hablaban de Narnia, de islas secretas, contrabandistas y peligrosos duendes?” / “Los adultos siguen caminos. Los niños exploran”, y parece sumergirse en un hechizo a partir de dos sucesos iniciales que provocan un caos: un minero sudafricano se suicida en el auto de la familia y ésta contrata a la bella Ursula Monkten como ama de llaves, la que en el fondo es una criatura ligada a universos sobrenaturales que se superponen al nuestro. El pequeño le tiene miedo a Ursula y descubre el sexo al ver que su padre es seducido por ella.
El autor despliega un universo de ensueño, inocente e infantil,  y al mismo tiempo diabólico y monstruoso, habitado por criaturas quiméricas, en donde un océano puede caber en un  balde de agua. En realidad se trata de un multiverso mágico, donde tanto las sombras como el viento actúan como seres vivientes. El autor se aprovecha de las dudas que abriga la Física acerca de la composición de la mayor parte del cosmos para impregnar a éste con su fantasía. Y sugiere –dado que al chico se le alojó “un agujero en el corazón. Tienes dentro tuyo una puerta que conduce a otro mundo más allá del que tú conoces.”- que esa comunicación se realiza a través de los  agujeros de gusano (especulación científica sobre el espacio tiempo). Y el pequeño medita: “…que daba lugar a diversas dimensiones que se plegaban como figuras de origami y florecían como extrañas orquídeas, y que marcaría la última época buena antes de que se acabara todo y llegara el siguiente Big Bang…”
La prodigiosa prosa de Gaiman motiva que la lectura de la novela sea placentera y cautivante: la traducción de Mónica Faerna, profesional y superlativa, resulta una gran ayuda. Esa escritura pausada, puntillosa y poética está colmada de maravillosas imágenes (“El trueno gruñía y retumbaba en un rugido constante y monótono, como un león al que estuvieran haciendo enojar, y los relámpagos fulguraban y parpadeaban como un fluorescente estropeado. “/ “…y me puse a pensar, sin darme cuenta, en los santos locos de la historia antigua, los que iban a pescar la luna en un lago, con redes, convencidos de que el reflejo en el agua era más fácil de atrapar que el globo suspendido en el cielo.”) Su punto de vista es sumamente visual, hasta cinematográfico, y evoca los mejores filmes de Tim Burton y Wes Anderson.
Neil Gadman ganó los premios Hugo, Nébula, Locus, Howard Philips Lovecraft y Bram Stoker. Por El océano al final del camino obtuvo el Nacional Book Award a Libro del Año en Gran Bretaña.
“El océano al final del camino”, de Neil Gaiman  (Rocaeditorial, Buenos Aires, 2013, 240 páginas)




“SASHA DESPIERTA”

 ·                          


Sasha despierta

                                                                                                  Por Germán Cáceres

En cierto modo puede decirse que propone una reformulación contemporánea de El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde (1868), de Robert Louis Stevenson.

Miranda Vidal debe consultar a una psiquiatra porque sufre de doble personalidad: ella es una dibujante de ilustraciones infantiles que viste y actúa con excesiva formalidad y, de repente, y sin tener conciencia de ello, se transforma en la liberada Sasha, que usa ropas excitantes y no le escapa ni a la bebida ni al sexo: su perfil es cercano al de Lisbeth Salander, la heroína de la trilogía Millennium (2005/2007), de Stieg Larsson. “En casi toda la obra de Carlos Trillo (pensemos en Sarna, El síndrome Guastavino y Bolita) el sexo cumple un rol decisivo…” sostiene Lautaro Ortiz en el excelente prólogo de esta novela gráfica. El guionista arma un complicado rompecabezas, pero sale airoso enlazando convincentemente todos los cabos sueltos. Además, reproduce el habla cotidiana y desinhibida de la gente joven, sobre todo la que está al borde de cierta marginalidad social. No apela a textos superiores ni inferiores, sino sólo a diálogos y a las reflexiones de la protagonista. Esta historia perturbadora, en la cual rige la ambigüedad y campea el lesbianismo y la prostitución, gira en torno a la filmación de una película porno con un asesinato (snuff).

La historieta visualmente resulta encantadora: “Lucas Varela es de los más importantes dibujantes de los últimos años.”, afirma Ortiz, y en los tramos de viñetas mudas la narración se torna fascinante. En su trazo personal y moderno convoca al humor gráfico y al cine de animación. El estupendo diseño de página varía en forma constante y no se repite. La coloración arranca de un bordó naranja hasta distintas gradaciones de tonos que llegan al blanco puro y utiliza aplicaciones planas de valores bajos que otorgan a la historieta un clima de irrealidad. Por su sencillez y claridad da la sensación de que el artista hubiera abrevado en la escuela del cómic franco-belga.

El libro trae un “Bonus”, que es el plot de Los lindos con seis páginas de muestra, un proyecto del binomio que debió interrumpirse por el fallecimiento de Carlos Trillo en 2011. La propuesta del guionista era muy imaginativa y trataba en esencia del anhelo de juventud que en la actualidad desvela a los seres humanos. Las imágenes de Lucas Varela son impactantes.

El lector encontrará en Sasha despierta un final inesperado y audaz.

                                                                  * * *

Sasha despierta”, de Carlos Trillo y Lucas Varela
(Doedytores, Buenos Aires, 2011, 96 páginas).


*Germán Cáceres, escritor y dramaturgo argentino.



Foto: Germán Cáceres versiona "Tom Sawyer"
Acaba de aparecer en el Manual "A ver qué ves 6" (Santillana), la adaptación en historietas del capítulo 2 de "Las aventuras de Tom Sawyer", con guión de Germán Cáceres y dibujos de Mauro Vargas.

Recordamos que Cáceres es el responsable de la sección "Crítica literaria" de nuestra web www.carlossviamonte.com.ar y amigo de la biblioteca.

G.C. ha adaptado recientemente el guión en historietas del Capítulo 2 de "Las aventuras de Tom Sawyer" con ilustraciones del dibujante Mauro Vargas, que conforman el Manual "A ver qué ves 6" de diversas actividades escolares.
Editorial Santillana.

                                                                                     * * *


DÍA MUNDIAL DEL LIBRO





martes, 22 de abril de 2014


PRESENTACIONES DE LIBROS


LETRAS DEL FACE VI
24/4  Sala Victoria Ocampo - Pabellón Blanco - 18:30 hs.  
Presentan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, Leticia Baico.
Coordinadora: Sabrina Vega


SUEÑOS DIRIGIDOS
27/4 Sala Victoria Ocampo - Pabellón Blanco - 16:30 hs.
Presentan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, María Florencia Estévez Bejo.
Coordinadora: Sabrina Vega


52 MOTIVOS PARA NO MORIR 
4/5  Sala Leopoldo Lugones - Pabellón Amarillo - 14:30 hs.
Presentan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, Carla Demark.
Coordinadora: Sabrina Vega

EDITORIAL DUNKEN
Ayacucho 357 - CABA

lunes, 21 de abril de 2014

GRAFITIS DE AMOR


VOCES DE AEROSOL 



Por boca de ladrillo, agigantados

con voces de aerosol sobre paredes,

en una carta abierta confesados

a los muchos que pasan sin sentirlos,

a los tantos que lloran por perderlos.

a los pocos que sueñan perseguirlos.







SOBRE  PECHO DE CAL 

A pesar de esta ciudad que no nos une
puedo, con carbonilla osada,
cercenar tu gris indiferencia,
y entrar en vos con devastado grito.

Caminar deshabitado puente
a pesar de esta ciudad que no nos une,
en atajo de regreso a tu mirada
 por el muro de amor en las paredes.

Latirá entonces, sobre el pecho de cal
de la ochava desdentada de ladrillos,
expuesto corazón de imperfecto trazo
a pesar de esta ciudad que no nos une.

Y travestido de júbilos en cierne,
juramentado con boca desbocada,
a pesar de esta ciudad que no nos une
ha de cubrirte el graffiti de mi abrazo.


M.R.-C.
PASOS DESNUDOS - (2013)




FERIA DEL LIBRO INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES 2014

Foto: Decidimos conocernos personalmente en la Feria del Libro; era el mejor lugar para dos personas que habían contactado en un taller de Letras por Internet. La cita quedó fijada a las tres de la tarde, en la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones.
Yo apenas sabía algunos datos imprescindibles como su nombre, pero no tenía ninguna duda sobre sus alcances literarios, por supuesto conocía los libros que formaban su biblioteca. En ese momento mediaba “Sostiene Pereira” mechándolo con una novela de Carver y sentía curiosidad por los versos de Benedetti, además de subyugarse con la prosa de García Márquez y de ser fanático, como yo, de Gelman.
Mientras me vestía para el encuentro, se me ocurrió pensar en que uno de los atractivos de la Feria es deambular por sus pabellones coloridos, pasillos estrechos tapizados del encanto que guardan las historias. Ese mítico peregrinar al que nadie escapa me predispuso a favor y llegué puntualmente.
La tarde era espléndida, el cobrizo propio de nuestro otoño en Buenos Aires matizaba el paisaje de Palermo. La Feria desplegaba el clima que la diferencia de tantas, particular magia de luz y voces que nos seduce. 
Me detuve pegada a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones. A unos pasos, un chico repartía señaladores, dos chicas con viseras naranjas invitaban a ver una película en una sala vidriada, una señora preguntaba el horario de una charla periodística.   
A las tres y media, para hacer tiempo, caminé hasta el final de pasillo y me detuve ante unas mesas con la intención de descubrir un poemario de Benedetti y sorprenderlo cuando llegara. Mejor no, pensé al minuto, que elija él, y volví a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de.
Silbidos de vigorosa alegría acompañaban aplausos llegados desde un rincón. Un mediático, supuse, pero los aplausos seguían y me tentó acercarme. Exponía un hombre joven sobre los recursos del género fantástico y una muchacha de voz fascinadora empezó a leer fragmentos de “Tantalia” y un micro cuento de  George Frost.
Me senté en el borde de la silla de la última fila. Lo imposible podía tocarse, lo irreal se tragaba la realidad. Impecable. La magia existe, me convencí.
Miré la hora, eran las cuatro y cinco. Salí disparada a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del. Una pareja mayor trataba de conformar a un nene que quería el autógrafo de Superman. Quise decirle que a metros había dispuesto un lugar con entretenimientos y libros al alcance de los más pequeños, debieron adivinarme el pensamiento porque los tres se encaminaron hacia el pabellón infantil.
Volví a mirar la hora. Cinco menos veinte. Por los altavoces anunciaron la apertura de una disertación sobre costumbrismos en la literatura. Qué bueno, pensé, allí encontraré la orientación para poder extenderme en la charla sobre García Márquez o analizar “El páramo en llamas” que habíamos leído la semana anterior. Entré.
Una mujer apuntaba en un cuadernillo palabras sueltas, certera idea. Saqué mi agenda, escribí aquellas que me parecieron orientadoras, esos vocablos que acuden en las charlas y que luego quisiéramos volver a recordar. Me felicité de haberlo hecho, hay frases irrepetibles, movilizadoras, que es lastimoso dejar en el olvido.
Un cafecito me vendría bien, me dije y fui hacia la cafetería. La cordialidad de la chica que me atendió, el señor que leía en la mesa contigua y me prestó una silla, la pareja de extranjeros que se levantaron para dejarme paso, no me sorprendió. Un café en la Feria, es diferente, suma bohemia compartida. 
Volví a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, un grupo entusiasmado de jóvenes, cruzó el pasillo. Hablaban entre ellos, alguien dijo ROI, y me fijé en el programa, se presentaba Letras del Face. Era la hora exacta, así que subí a la Sala Victoria Ocampo. El público colmaba el salón, muchos sacaban fotos, otros posaban  junto al cartel anunciador del evento, se filmaban, parecían singularmente felices. Una chica alta y bonita organizaba, corría al micrófono, controlaba la decoración del estrado, apilaba libros a un costado. Iba y venía sobre tacos de obelisco con una sonrisa encantadora. Dos muchachas con acento entrerriano me ofrecieron un lugarcito entre ellas. “Está buenísimo, hay gente de la capital y de las provincias”, me dijeron. 
ROI, resultó ser una iniciativa de Editorial Dunken, y Letras del Face era el sexto de los volúmenes editados anteriormente y compilados por escritores de oficio, talleristas y estudiantes de edición ligados a la Cultura. Esta novedad incluía narrativa, poesía, obras de ficción y no ficción, arte de diverso género postulado en concursos absolutamente gratuitos para autores noveles, a quienes se les editaba el trabajo, en este caso, una antología. 
No pude escapar a la calidez de los integrantes de la mesa, mucho menos a la alegría que reinaba en el auditorio. Los trabajos que leyeron los autores me decidieron, compré tres ejemplares para regalar. Un libro siempre es obsequio oportuno.
Bajé hasta la puerta, hacia la izquierda de, pero nadie parecía esperarme. Había anochecido y la Feria resplandecía, volví sobre mis pasos. Entré a dos o tres stands, crucé el pabellón azul, compré un libro de Gelman. Paseé por el amarillo. En el verde, descubrí “Relato de un náufrago”, la brillante crónica escrita por García Márquez en 1955. Imposible resistirse. Más adelante, ilustraciones juveniles recordaron que el cumple de mi sobrina se avecinaba. En esto de escoger libros para chicos no vale equivocarse; compré “El futuro que fue”, de Cáceres. Buena elección. 
Crucé el pasillo, desde un escaparate entreabierto, Benedetti me invitaba a amores con solo extender la mano. 
-¿Se lo envuelvo? -preguntó la cajera.
-Los libros no se envuelven -dijo una voz a mi costado antes de que pudiera contestarle. Al girar, un hombre de pelo castaño me miraba con una sonrisa colgada de los ojos.
-Es para regalar, todos los regalos deben envol…, -dijo mi voz a medio camino.
-No creas, y mucho menos los libros de poemas. Sería como amordazar palabras. Si te sobran unos minutos…-invitó. 
Nos sentamos bajo unas sombrillas de lona, en un patio donde el olor a asadito se mezclaba con el aroma de la tinta. El reloj sobre el muro marcaba las nueve de la noche pero, no se me ocurrió ni pensar en la puerta, hacia la. Por el contrario, me pareció justicia no taparle la boca a los versos, al fin las palabras son “… flechas de la comunicación, pájaros del pensamiento y de la sensibilidad, las vemos o las oímos caer corno piedras opacas…corno monedas gastadas, signos vivos, pañuelos de bolsillo, como zapatos usados, esperanzas y decisiones, que deberían brillar como estrellas mentales cada vez que se las pronuncia. Sabemos muy bien cuáles son esas palabras en las que se centran tantas obligaciones y tantos deseos: libertad, dignidad, derechos humanos, pueblo, justicia social, democracia, entre muchas otras. Y ahí están otra vez esta noche, aquí las estamos diciendo porque debemos decirlas…”. 
Los dos coincidimos en que Cortázar lo dijo magistralmente. 
Era tarde cuando nos despedimos con la promesa de un nuevo encuentro, en la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones. Y esta vez -la Feria por testigo-, con pertinente puntualidad.

“Cita” por Marita Rodríguez-Cazaux para Editorial Dunken. Abril 2014.



                                                                    CITA


Decidimos conocernos personalmente en la Feria del Libro; era el mejor lugar para dos personas que habían contactado en un taller de Letras por Internet. La cita quedó fijada a las tres de la tarde, en la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones.
Yo apenas sabía algunos datos imprescindibles como su nombre, pero no tenía ninguna duda sobre sus alcances literarios, por supuesto conocía los libros que formaban su biblioteca. En ese momento mediaba “Sostiene Pereira” mechándolo con una novela de Carver y sentía curiosidad por los versos de Benedetti, además de subyugarse con la prosa de García Márquez y de ser fanático, como yo, de Gelman.
Mientras me vestía para el encuentro, se me ocurrió pensar en que uno de los atractivos de la Feria es deambular por sus pabellones coloridos, pasillos estrechos tapizados del encanto que guardan las historias. Ese mítico peregrinar al que nadie escapa me predispuso a favor y llegué puntualmente.
La tarde era espléndida, el cobrizo propio de nuestro otoño en Buenos Aires matizaba el paisaje de Palermo. La Feria desplegaba el clima que la diferencia de tantas, particular magia de luz y voces que nos seduce.
Me detuve pegada a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones. A unos pasos, un chico repartía señaladores, dos chicas con viseras naranjas invitaban a ver una película en una sala vidriada, una señora preguntaba el horario de una charla periodística.  
A las tres y media, para hacer tiempo, caminé hasta el final de pasillo y me detuve ante unas mesas con la intención de descubrir un poemario de Benedetti y sorprenderlo cuando llegara. Mejor no, pensé al minuto, que elija él, y volví a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de.
Silbidos de vigorosa alegría acompañaban aplausos llegados desde un rincón. Un mediático, supuse, pero los aplausos seguían y me tentó acercarme. Exponía un hombre joven sobre los recursos del género fantástico y una muchacha de voz fascinadora empezó a leer fragmentos de “Tantalia” y un micro cuento de  George Frost.
Me senté en el borde de la silla de la última fila. Lo imposible podía tocarse, lo irreal se tragaba la realidad. Impecable. La magia existe, me convencí.
Miré la hora, eran las cuatro y cinco. Salí disparada a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del. Una pareja mayor trataba de conformar a un nene que quería el autógrafo de Superman. Quise decirle que a metros había dispuesto un lugar con entretenimientos y libros al alcance de los más pequeños, debieron adivinarme el pensamiento porque los tres se encaminaron hacia el pabellón infantil.
Volví a mirar la hora. Cinco menos veinte. Por los altavoces anunciaron la apertura de una disertación sobre costumbrismos en la literatura. Qué bueno, pensé, allí encontraré la orientación para poder extenderme en la charla sobre García Márquez o analizar “El páramo en llamas” que habíamos leído la semana anterior. Entré.
Una mujer apuntaba en un cuadernillo palabras sueltas, certera idea. Saqué mi agenda, escribí aquellas que me parecieron orientadoras, esos vocablos que acuden en las charlas y que luego quisiéramos volver a recordar. Me felicité de haberlo hecho, hay frases irrepetibles, movilizadoras, que es lastimoso dejar en el olvido.
Un cafecito me vendría bien, me dije y fui hacia la cafetería. La cordialidad de la chica que me atendió, el señor que leía en la mesa contigua y me prestó una silla, la pareja de extranjeros que se levantaron para dejarme paso, no me sorprendió. Un café en la Feria, es diferente, suma bohemia compartida.
Volví a la puerta, hacia la izquierda de la entrada, un grupo entusiasmado de jóvenes, cruzó el pasillo. Hablaban entre ellos, alguien dijo ROI, y me fijé en el programa, se presentaba Letras del Face. Era la hora exacta, así que subí a la Sala Victoria Ocampo. El público colmaba el salón, muchos sacaban fotos, otros posaban  junto al cartel anunciador del evento, se filmaban, parecían singularmente felices. Una chica alta y bonita organizaba, corría al micrófono, controlaba la decoración del estrado, apilaba libros a un costado. Iba y venía sobre tacos de obelisco con una sonrisa encantadora. Dos muchachas con acento entrerriano me ofrecieron un lugarcito entre ellas. “Está buenísimo, hay gente de la capital y de las provincias”, me dijeron.
ROI, resultó ser una iniciativa de Editorial Dunken, y Letras del Face era el sexto de los volúmenes editados anteriormente y compilados por escritores de oficio, talleristas y estudiantes de edición ligados a la Cultura. Esta novedad incluía narrativa, poesía, obras de ficción y no ficción, arte de diverso género postulado en concursos absolutamente gratuitos para autores noveles, a quienes se les editaba el trabajo, en este caso, una antología.
No pude escapar a la calidez de los integrantes de la mesa, mucho menos a la alegría que reinaba en el auditorio. Los trabajos que leyeron los autores me decidieron, compré tres ejemplares para regalar. Un libro siempre es obsequio oportuno.
Bajé hasta la puerta, hacia la izquierda de, pero nadie parecía esperarme. Había anochecido y la Feria resplandecía, volví sobre mis pasos. Entré a dos o tres stands, crucé el pabellón azul, compré un libro de Gelman. Paseé por el amarillo. En el verde, descubrí “Relato de un náufrago”, la brillante crónica escrita por García Márquez en 1955. Imposible resistirse. Más adelante, ilustraciones juveniles recordaron que el cumple de mi sobrina se avecinaba. En esto de escoger libros para chicos no vale equivocarse; compré “El futuro que fue”, de Cáceres. Buena elección.
Crucé el pasillo, desde un escaparate entreabierto, Benedetti me invitaba a amores con solo extender la mano.
-¿Se lo envuelvo? -preguntó la cajera.
-Los libros no se envuelven -dijo una voz a mi costado antes de que pudiera contestarle. Al girar, un hombre de pelo castaño me miraba con una sonrisa colgada de los ojos.
-Es para regalar, todos los regalos deben envol…, -dijo mi voz a medio camino.
-No creas, y mucho menos los libros de poemas. Sería como amordazar palabras. Si te sobran unos minutos…-invitó.
Nos sentamos bajo unas sombrillas de lona, en un patio donde el olor a asadito se mezclaba con el aroma de la tinta. El reloj sobre el muro marcaba las nueve de la noche pero, no se me ocurrió ni pensar en la puerta, hacia la. Por el contrario, me pareció justicia no taparle la boca a los versos, al fin las palabras son 
“… flechas de la comunicación, pájaros del pensamiento y de la sensibilidad, las vemos o las oímos caer como piedras opacas…como monedas gastadas, signos vivos, pañuelos de bolsillo, como zapatos usados, esperanzas y decisiones, que deberían brillar como estrellas mentales cada vez que se las pronuncia. Sabemos muy bien cuáles son esas palabras en las que se centran tantas obligaciones y tantos deseos: libertad, dignidad, derechos humanos, pueblo, justicia social, democracia, entre muchas otras. Y ahí están otra vez esta noche, aquí las estamos diciendo porque debemos decirlas…”.
Los dos coincidimos en que Cortázar lo dijo magistralmente.
Era tarde cuando nos despedimos con la promesa de un nuevo encuentro, en la puerta, hacia la izquierda de la entrada, cerca del puesto de Informaciones. Y esta vez -la Feria por testigo-, con pertinente puntualidad.


Marita Rodríguez-Cazaux
Abril 2014.


Para Editorial Dunken - Publicado por Editorial Dunken  



24 de abril  "LETRAS DEL FACE VI"
Sala Victoria Ocampo - Pabellón Blanco
Hora de inicio: 18:30 hs.
Presentan y coordinan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, Leticia Baico.

27 de abril  "SUEÑOS DIRIGIDOS"
Sala Victoria Ocampo - Pabellón Blanco
Hora de inicio: 16:30 hs  
Presentan  y coordinan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, María Florencia Estévez Bejo.

4 de mayo  "52 MOTIVOS PARA NO MORIR"
Sala Leopoldo Lugones - Pabellón Amarillo
Hora de inicio: 14:30hs.
Presentan y coordinan: Marita Rodríguez-Cazaux, Ricardo Tejerina, Carla Demarck.

Organización : Sabrina Vega - Editorial Dunken 

jueves, 17 de abril de 2014

PERIÓDICO IRREVERENTES

                           BRINDIS

                                                                            Caligrama  por Marita Rodríguez-Cazaux
Brindis I
Cuando se acabe el mundo te paso a buscar.
Será bueno que tengas ya dispuesto
un equipaje liviano y la merienda.
No hay nada más preocupante
que viajar con mucho peso
y sin poder acampar
en cualquier parte
y allí mismo,
merendar.
Amor,
amor,
amor,
amor,
amor,
cuando se acabe el mundo te paso a buscar.