miércoles, 23 de enero de 2013

BENDITA AUTARQUÍA DE AMOR




Bendito el paso que te trajo un día
y en la esquina de mi vida te ha dejado.
Bendito y alabado el abrazo
que en el telar de mi cuerpo ha tramado
tu caricia de dulcísima poesía
por  universos de pasión en cañamazo.

Bendito sea el brillo de la espada      
que cortó para siempre hilo y trama  
del latido encarcelado de mis sueños,   
y atizó el paroxismo de la llama.
Sea por siempre bendita y alabada
la santa ceremonia, cuerpo a cuerpo.

Bendito el regocijo sin castigo ni pecado,
la dicha del amor sin culpa lacerante.
Pura autarquía de amor que penetraste
-la mirada de Dios sobre el amante
la mirada de Dios sobre el amado-,
y en mi carne, el Edén, colonizaste. 

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