sábado, 25 de abril de 2020

POÉTICA






ARTÍSTICA PÉRDIDA




Sintonizada en el dial de la inconstancia
con cortina musical de programa vespertino
y voz de culebrón de autores mexicanos,
montaste un estreno sin ensayo
en el patio trasero de tus ansias
y me plantaste a mí, la garantía.

En off preguntas y respuestas,
detrás de cortinados desvaídos
llegaban en desarticulada escenografía. 

Apenas con las luces apagadas,
en el mismo primer acto clausuraron
por plagio vergonzante la boletería.

Al instante se apagó la marquesina
y quedaron los aplausos en suspenso.

Alguien debió decirme que sin apuntador,
sin mérito de elenco ni recursos,
desabrida y mal publicitada
no alcanzaría altura de espectáculo.

Y por si poco fuera tu fracasado intento,
perdí mis ahorros en la puesta
y me corre el prestamista por la deuda.






MODUS OPERANDIS





Si de tu curriculum vitae
debiera hacer ad memorandum
y tus virtudes tuviera 
que armar en balance para la AFIP,
siendo fiel a las pruebas excluyentes
diría que si algo es destacado
en todo tu paisaje de carácter
es ese egocentrista modus operandis,
cínico trasbordo que tu arte
vuelve malabares impecables.





INVERSIÓN





A tanto como di, le quité precio.
Y aún así,
me juzgó la vida tan mezquina
que no me devolvió lo entregado
ni en dinero sonante,
ni en cheques,
ni pagarés, 
ni letras de tesorería,
ni en horas de pasión.


Y ahora que me voy,
me persigue la AFIP con telegramas
para saldar una cuenta contraída
en tiempos que no recuerda mi memoria.

Y me obliga a dejar en la aduana de salida
lo único que tengo sobre el cuerpo:
un paisaje soñado y perseguido,
secreto superávit de amores
y esta mortaja apenas balanceada.





GARITO





Si tengo que pensar que te marchaste
y he de comprender por qué lo hiciste,
será mejor trapisondarme en un tapete.

Como un juego de azar, con firme mano
del cubilete echar a brinco el dado
que aun perdiendo, simular que he ganado.

Para ganar sin ganar una partida
hay trampas inocentes en la vida
que se juegan solamente en un garito.







SALE



Recuerdo que compré esta blusa
una tarde de enero, en oportuna SALE.
Y este par de zapatos, y este fino
collar de jade y nácar y este rímel.

Y los perdí, apenas estrenados
en una habitación impersonal
de hotel de ruta.

Qué lástima sentí haber pagado
monedas de liquidación por ellos.

(He comprendido que han costado
un dineral de dolor estas rebajas).




Marita Rodríguez-Cazaux

Los poemas editados están incluidos en Poesía congregada (2014) y Escote abierto (2017)



Imagen Internet
A sus autores corresponden todos los derechos

lunes, 20 de abril de 2020

POESÍA ORIENTAL









FOSA COMÚN 

A la orilla del Huai la batalla ha terminado,
De nuevo el camino se abre para los viajeros.
Atropelladamente los cuervos pasan graznando por el cielo frío.
¡Ay!, una sola tumba encierra los blancos huesos
De todos los que han perecido por la gloria del general.


Chang Pung  - Siglo IX 



UNIÓN 


Sin palabras, dos corazones saben que se aman en secreto.
Ella, acodada bajo la lámpara, él bajo la luna camina.
Durante su marcha, él sabe que ella aún vela...
Oye el ruido de sus tijeras en la noche profunda.


Anónimo -| Siglo IX 



AMANECER 


Esta mañana leves son el viento y el rocío.
Me levanto solo.
Las oropéndolas cantan, las flores sonríen.
¿Pero por qué es primavera?



Li Shang Ying - Poeta del siglo IX 

Amó, a la vez, a dos hermanas religiosas y este amor imposible inspiró la serie de sus "Poemas sin título" que le dieron celebridad. 





AMOR 


Mi casa está cerca del mar,
La tuya en la otra orilla.
Las lágrimas que te envío
Llegarán a ti con la marea.


Ts'ao Cheng Chih - Vivió en el siglo XI 

Próximo a la muerte, quemó sus poesías, pocas de ellas salvaron algunos amigos. Después de una vida pública exitosa, desterrado, pasó gran parte de su existencia en el retiro.







COMO EN EL SUEÑO 


Delante de la ventana iluminada,
¿Quién se sienta a mi lado?
Somos dos: mi sombra y yo.
Cuando se apaga la lámpara
A la hora del reposo,
Mi misma sombra me deja.
¡Qué hacer, qué hacer!
¡Me siento triste y turbado!


Hsiang Kao  -  Siglo XI 




CANCIÓN  
(Fragmento)

Canto leído en voz baja 
Mientras busco a mi amado,
me atrevo a llamarlo por su nombre íntimo;
mientras pienso en él, no utilizo jamás su nombre de pila.
Cuanto más lo llamo así, somos más felices,
juramos no separarnos nunca.
Rompo algunas ramas de sauce.
En el jardín, cantan miles de pájaros;
yo también, pues repito sin cesar el nombre de mi amado.
Las innumerables flores se abren.
Ante ese esplendor primaveral,
¿quién podría vivir sola bajo el mosquitero de seda?
Pienso en mi amado, he perdido el apetito.
Ando sin rumbo por una encrucijada,
le confiaré a la brisa los pensamientos para mi amado.
Ya no acomodo mis cabellos,
¿para quién debo tener el cuidado de arreglarme?


CANCIÓN 


Siempre me decías: "Envejeceremos juntos.
Mis cabellos y los tuyos se iluminarán de nieve y de luna."
Pero hoy amas a otra, y hoy vengo a ti,
Vengo dolorida a darte mi adiós último.
Llena por última vez nuestras tazas
Con el zumo que brinda el olvido y canta la canción
Que habla de aquella ave muerta bajo la nieve.
Me iré luego a embarcar en las turbias aguas del Yu-Keú,
Allí donde ellas se dividen y siguiendo rumbo contrario,
Unas van hacia el este y otras hacia el oeste.
¿Por qué lloráis al oírme, jóvenes amadas?
Acaso deis con el hombre de corazón fiel
Que, sinceramente, os diga:
"Envejeceremos juntos... 



FIDELIDAD 

Sabéis que soy de otro,
Sin embargo me brindáis brillantes perlas.
Emocionada por vuestro persistente amor,
Las pongo en mi vestido de seda roja.
Mi situación se halla entre la de los pares del Imperio.
Mi marido lleva la lanza en el Palacio de la Claridad (*).
Vuestras intenciones son tan puras como el sol y la luna,
Pero yo he jurado ser fiel a mi esposo en vida y muerte.
Con lágrimas en los ojos os devuelvo vuestras perlas.
¡Que no os haya conocido soltera y joven! 


Chang Tsi - Poeta del siglo IX


Ocupó un puesto oficial insignificante.
(*) Puesto honorífico, como un abanderado.






SOCORRO IMPERIAL 

Cabalgando un magnífico flete he aquí un mandarín de bata amarilla.
Anunciado por un rojo pendón, viene a socorrer a los hambrientos.
El hambre del pueblo aún no ha sido apaciguada,
La ciudad conoce ya un mes de miserias.
Por cada pan de arroz dado a los hambrientos,
El mandarín lleva para sí veinte tazones de grano.
Ya que nuestro buen Emperador ama al pueblo,
Los mandarines no debieran...


Cheng Shih Yan - Poeta del siglo XII





LA LLUVIA 


Es la mañana. Cae la lluvia. El agua invade los campos y cubre las plantaciones de arroz.
Las aves hambrientas cantan en los morales.
Es la tarde. Cae la lluvia. Los jóvenes ricos se juntan para beber.
El vino es tan fuerte que temen morir de embriaguez.
La lluvia no para. Por la voluntad celeste, allá entre los ricos el estío parece un otoño.
El agua, deslizándose por las cornisas, refresca los salones.
Ya se recurre a las pieles livianas.
La lluvia arrecia. Los pobres se encierran en sus chozas
Y se acuestan antes de la caída de la tarde.
Después de tres días nada han comido. Pero nadie se detiene en su puerta.

Wu Chin Tsi  - Siglo XVIII 

viernes, 17 de abril de 2020

PANDEMIA Y DISCRIMINACIÓN


TIEMPO
EL PORTAL DE LA PSICOGERONTOLOGÍA


Discriminación en el adulto mayor 

Por Josefina Roldán 

(Fragmento)

Trabajo realizado por la Sra Josefina Roldán, alumna actualmente del Programa de Estimulación de Memoria y Reminiscencia ( PEMYR) del Pepam. City Bell. Argentina.

* Este trabajo fue leido en el Congreso de Geriatria y Gerontología realizado en Noviemre de 2001 en Bs As. Argentina.



Muchos ríos de tinta corren y seguirán corriendo sobre el tema de los adultos mayores. Se habla del aumento en la expectativa de vida, mejor calidad de vida, más inserción en la sociedad, mayor integración social, y se resalta frecuentemente la inversión de la pirámide poblacional es decir: disminución de los menores y aumento de los mayores. 

Pero, ¿realmente ha aceptado la sociedad de hoy en día esta situación, este alarmante incremento de adultos de mas de ochenta años, tan lúcidos, activos y dispuestos a seguir adelante y proyectar como si tuvieran 30 años menos?’. 
NO. La DISCRIMINACIÓN existe y se la comprueba en la vida diaria a veces con hechos bien visibles, a veces en actos solapados que no llegan a oídos ni vista del resto social.

La discriminación puede ser directa e indirecta. 
Directa, aquella en forma de violencia física, arrebatos a la salida de bancos, empujones, pellizcos, abandono físico aún por los mismos familiares o cuidadores. 
Indirecta, la violencia moral en forma de segregación, indiferencia, aislamiento, desprecio, insultos, desamparo. 
También en forma indirecta son los malos sistema de salud, largas esperas para atenciones médicas, análisis, operaciones, encarecimiento de medicamentos y su disminución en la lista de descuentos, inserción obligada en contra de su voluntad en establecimientos geriátricos, mal alimentados, descuidados y abandonados por parientes que según estadísticas. uno de cuatro internados dejan de ser visitados bajo pretexto de otras ocupaciones, largas colas para percibir haberes, trámites, pagos, sin comodidades a veces a la intemperie haga frío o calor, y le podemos sumar falta de rampas en oficinas y comercios con escaleras imposibles de subir por limitaciones físicas,y así continuamos y larga sería la lista para enumerar.

¿Porqué que sucede esto? Porque el hombre no puede prever su futuro, pero sí puede verse reflejado como en un espejo, como puede llegar a ser de viejo. Y eso lo asusta. 
La sociedad consumista quiere a todos jóvenes dinámicos triunfadores, hay que esconder las arrugas, tapar las canas, hacerse liftings; como si de repente el paso de los años habría que ocultarlo como una vergüenza y no como un triunfo de la vida, sin darse cuenta que el que llega a edad avanzada le ha ganado batalla a la vida, ha triunfado sobre toda vicisitud física y moral y por lo tanto desea plenamente disfrutar de toda esa experiencia como realmente se lo merece. 
Además se asocia la vejez a la muerte cercana y en realidad la negamos, nadie quiere morir aún cuando sea irreversible, por eso hay que ocultar a los viejos muy deteriorados o segregarlos en centros de jubilados y evitar así el contagio de la vejez.

Parte de esta discriminación se debe a los medios de comunicación, radio, TV, diarios, revistas, cine, teatro, por lo tanto se deberían hacer campañas para desterrar la falta de respeto hacia el viejo que suele ser objeto de chistes de mal gusto u ofensivos.


*La autora tiene 76 años. 

TODOS LOS DERECHOS Y ATRIBUCIONES A SUS AUTORES.
ISSN  1668-3935

jueves, 16 de abril de 2020

LA GUERRA EN LA POÉTICA ORIENTAL



BALADA DE MULAN
 

“Tsi-tsi, tsi-tsi” –delante de la puerta, Mulan teje.
A menudo, el ruido de la lanzadera se interrumpe
y sólo se oyen los suspiros de la niña.
Le preguntan en quién piensa,
qué es lo que evoca.
“No pienso en nadie,
no me acuerdo de nada.
Ayer tarde leí la gaceta militar
y me enteré de la movilización del Khan;
el nombre de mi padre aparece en las doce ordenanzas.
Mi padre no tiene un hijo en edad de servir,
no tengo un hermano mayor.
Voy a comprar un caballo y un arnés,
y remplazaré a mi padre en la ida al combate.” 



Fragmento del poema anónimo (traducido de la versión en francés que proviene de la antología de Sung-Nien Hsu y de la Anthologie de la poésie chinoise classique de Paul Demiéville) 





OUCHI YOSHITAKA 

“Daimyo” o Soberano feudal - (Yamaguchi 1507- Nagato 1551)



Tanto el vencedor como el vencido no son
Sino gotas de rocío, relámpagos.
Así deberíamos ver el mundo.








HOJO UJIMASA 北条氏政

(1538-1590)




"Poema de muerte"



Viento otoñal de la noche,
sopla lejos las nubes que obstruyen
la luz pura de la luna
y la neblina que nubla nuestra mente-
también bárrela lejos.

Ahora nosotros desaparecemos.
Y bien, ¿qué deberíamos pensar de esto?
Del cielo vinimos
Ahora debemos regresar otra vez.

Ese es al menos un punto de vista.




Hojo Ujimasa, fue el cuarto líder del Clan Hójó y daimyó de Odawara.
Estuvo presente en muchas batallas y finalmente se retiró en 1590. Ujimasa fue obligado a cometer seppuku.
Su hijo, Hójó Ujinao, se convirtió en el líder del clan y señor de Odawara, luego en ese mismo año falló en defender el castillo de las fuerzas de Tovotomi Hideyoshi durante el asedio de Odawara.










AKIKO YOSANO 与謝野晶子

(Osaka 1878 -Tokio 1942)




Poema que la autora dedica a su propio hermano,
quien se encontraba sirviendo en las filas durante la guerra ruso-japonesa (1904-1905)



Oh, hermano mío, lloro por ti.
No entregues tu vida.

El más pequeño de nosotros,
El más amado por nuestros padres.

¿Ellos te hicieron empuñar la espada
y te enseñaron a matar?

¿Ellos te criaron hasta los veinticuatro
para matar y morir?

Heredero de nuestro nombre
Tú serás el dueño de esta tienda,
Vieja y honrada, en Sakai, y por eso,
Hermano, no entregues tu vida.




Akiko Yosano -nombre de nacimiento es Shō Hō (鳳 志よう).
Escritora y poeta japonesa, cuya carrera fue desarrollada entre la era Meiji y la era Taisho.
Yosano también se destacó como pionera en el feminismo, el pacifismo y la reformista social.
Se la considera como una de las más famosas y controvertidas poetas de la literatura moderna de Japón.​





IMÁGENES INTERNET

miércoles, 15 de abril de 2020

POÉTICA EN GUERRA



CINCO POETAS

GUERRA Y DESPEDIDAS






MIGUEL HERNÁNDEZ

 (Orihuela, 1910 - Alicante, 1942)

I

Por los campos luchados se extienden los heridos.
Y de aquella extensión de cuerpos luchadores
salta un trigal de chorros calientes, extendidos
en roncos surtidores.

La sangre llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.

La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
allí donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.

Herido estoy, miradme: necesito más vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.

Mi vida es una herida de juventud dichosa.
¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!

Si hasta a los hospitales se va con alegría,
se convierten en huertos de heridas entreabiertas,
de adelfos florecidos ante la cirugía.
de ensangrentadas puertas.

II

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.



Miguel Hernández Gilabert, poeta y dramaturgo autodidacta de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. 
Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la Generación del 36, mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epigono» de la Generación del 27.
Actualmente —y tras las interesantes aportaciones de A. Sánchez Vidal— se le asocia a la escuela de Vallecas.​
Tercer hijo de los siete que tuvieron Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert, familia que se dedicaba a la cría de ganado caprino, ocupación que motivó que se trasladaran de la casa donde Miguel nació (calle San Juan, n.º 82) a una más grande y acorde con el negocio familiar (calle de Arriba, nº 73), ubicada en las afueras. Su padre aspiraba a ascender socialmente, logrando ser nombrado «alcalde de barrio»; su madre, por su parte, era una mujer enfermiza (padecía bronquitis crónica) y a menudo debía guardar cama.
Miguel fue pastor de cabras desde muy temprana edad, aunque mientras cuidaba el rebaño seguía leyendo con avidez y escribía los primeros poemas. Fue escolarizado desde 1915 hasta 1916 en el centro de enseñanza «Nuestra Señora de Monserrat» y de 1918 a 1923 recibió educación primaria en las escuelas del Amor de Dios. En 1923 pasa a estudiar el bachillerato en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, regentado por los padres jesuitas, que le proponen para una beca con la que continuar sus estudios, que su padre rechaza. En 1925 abandonó los estudios por orden paterna para dedicarse en exclusiva al pastoreo. 
Por entonces, el canónigo Luis Almarcha Hernández inició una amistad con Miguel y puso a disposición del joven poeta libros de San Juan de la Cruz, Gabriel Miró, Paul Verlaine, y Virgilio. Puede decirse que los grandes autores del Siglo de Oro -Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca. Garcilaso de la Vega y en especial Góngora- oficiaron como sus principales maestros.
Sus visitas a la biblioteca pública eran cada vez más frecuentes y empezó a formar un improvisado grupo literario junto a otros jóvenes de Orihuela en torno a la tahona de su amigo Carlos Fenoll. Los principales participantes en aquellas reuniones eran, además de Hernández y del propio Carlos Fenoll, su hermano Efrén Fenoll, Manuel Molina y José Marín Gutiérrez, futuro abogado y ensayista que posteriormente adoptaría el seudónimo de «Ramón Sijé» y a quien Hernández dedicó su célebre Elegía, convirtiéndose desde ese momento no solo en su amigo sino también en su compañero de inquietudes literarias.
Su pasión creciente por la escritura le lleva a pensar en comprar una máquina de escribir y dejar de molestar así al vicario, que era quien le pasaba a limpio sus versos. Eladio Belda, administrador del semanario social y agrario El Pueblo de Orihuela, le aconseja comprar una de segunda mano, portátil, de la marca Corona, cuyo precio es de 300 pesetas. Miguel Hernández estrena su máquina de escribir el 20 de marzo de 1931. A partir de entonces, subirá cada mañana al monte, hasta la Cruz de la Muela, con el hatillo al hombro y la máquina de escribir para componer poemas hasta altas horas de la tarde.​
El 25 de marzo de 1931, con tan solo veinte años, obtuvo el primer y único premio literario de su vida concedido por la Sociedad Artística del Orfeón Ilicitano con un poema de 138 versos llamado "Canto a Valencia". Cuando Hernández recibió la notificación de la consecución del premio, se apresuró a viajar a la ciudad ilicitana creyendo que recibiría un premio económico, pero fue acreedor tan sólo de una escribanía de plata.
Debido a la reputación que logró gracias a las publicaciones en varias revistas y diarios, el 31 de diciembre de 1931 viajó a Madrid, buscando consolidarse en la escena, acompañado de unos pocos poemas y recomendaciones. Introducido por Francisco Martínez Corbalán, las revistas literarias La Gaceta Literaria y Estampa lo ayudaron a buscar empleo, pero el intento no fructificó y se vio obligado a volver a Orihuela el 15 de mayo de 1932. No obstante, dicho viaje tuvo gran importancia, al permitirle conocer de primera mano la obra de la Generación del 27, así como la teoría necesaria para la composición de su obra "Perito en lunas" que publicó a inicios de 1933. Hernández fue invitado a hacer lecturas de su obra en la Universidad de Cartagena y en el Ateneo de Alicante en abril del mismo año.
Tras aquel prometedor comienzo, marchó a Madrid por segunda vez para obtener trabajo, esa vez con mejor fortuna pues logró ser nombrado colaborador en las Misiones Pedagógicas. Más tarde, José María de Cossío, director y principal redactor de la enciclopedia Los Toros, lo eligió como secretario y redactor de la misma, convirtiéndose en el protector y más ferviente sostenedor de su obra. Colaboró además con asiduidad en Revista e Occidente y mantuvo una relación con la pintora Maruja Mallo, que le inspiró parte de los sonetos de El rayo que no cesa.​ 
Hizo amistad con Aleixandre y Neruda, origen de su breve etapa dentro del surrealismo con aliento torrencial e inspiración telúrica. Su poesía por entonces se hace más social y manifestó a las claras un compromiso político con los más pobres y desheredados. 
En diciembre de 1935 murió su fraternal amigo de toda la vida, Ramón Sijé a quien Hernández le dedicó su extraordinaria Elegía, lo que provocó el entusiasmo de Juan Ramón Jiménez en una crónica del diario El Sol.
Al estallar la Guerra Civil, se alista en el bando republicano y se afilia al PC de España. Desde comienzos de 1937 es comisario político militar, ejerciendo como tal en el 5° Regimiento y pasando luego a otras unidades en los frentes de la batalla de Teruel, Andalucía y Extremadura. Esta actividad comunista en el Ejército le valdría la pena capital tras la guerra, luego conmutada. 
En plena guerra, logró escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. A los pocos días tuvo que marchar al frente de Jaén. 
En el verano de 1937 asistió al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en Madrid y Valencia, donde conoció al peruano César Vallejo. Más tarde viajó a la Unión Soviética en representación del gobierno de la República, de donde regresó en octubre para escribir el drama "Pastor de la muerte" y numerosos poemas recogidos más tarde en su obra "El hombre acecha". 
El 19 de diciembre de 1937 nació su primer hijo, Manuel Ramón, que murió a los pocos meses de nacer, el 19 de octubre de 1938, y a quien dedicó el poema "Hijo de la luz y de la sombra" y otros recogidos en el "Cancionero y romancero de ausencias". El 4 de enero de 1939 nació su segundo hijo, Manuel Miguel, a quien dedicó las famosas "Nanas de la cebolla" que fueron escritas en la cárcel. 
En abril de 1939, recién concluida la guerra, se había terminado de imprimir en Valencia "El hombre acecha". Aún sin encuadernar, una comisión depuradora franquista​ presidida por el filólogo Joaquin de Entrambasaguas ordenó la destrucción completa de la edición. Sin embargo, dos ejemplares que se salvaron permitieron reeditar el libro en 1981.
Su gran amigo Cossío se ofreció a acoger al poeta en Tudanca, pero este decidió volver a Orihuela, donde corría mucho riesgo, por lo que decidió irse a Sevilla pasando por Córdoba, con la intención de cruzar la frontera de Portugal por Huelva. La policía de Salazar, dictador portugués, lo entregó a la Guarda Civil pasando a la prisión de Huelva, desde allí es trasladado a Sevilla y posteriormente al penal de la calle Torrijos en Madrid de donde, gracias a las gestiones que realizó Neruda ante un cardenal, salió en libertad sin ser procesado en septiembre de 1939, aunque asimismo influyeron las gestiones paralelas de Cossío. 

Vuelto a Orihuela fue delatado y detenido y ya en la prisión de la plaza del Conde de Toreno en Madrid, juzgado y condenado a muerte en marzo de 1940 por un consejo de guerra presidido por el juez Martinez Margallo y en el que actuó como secretario el alférez Antonio Baena Tocón.​ 


Cossío​ y otros intelectuales amigos, entre ellos Almarcha Hernández,​ amigo de la juventud y vicario general de la diócesis de Orihuela (posteriormente obispo de León en 1944), intercedieron por él y se le conmutó la pena de muerte por la de treinta años de cárcel. Pasó entonces a la prisión de Palencia, donde decía que no podía llorar, porque las lágrimas se congelaban por el frío; en septiembre de 1940 y en noviembre, al penal de Ocaña, (Toledo). En 1941, fue trasladado al Reformatorio de Adultos de Alicante, donde compartió celda con Buero Vallejo.
Allí enfermó, padeciendo bronquitis y tifus, que se le complicó con tuberculosis. La intervención del pintor Miguel Abad Miró, amigo desde antes de la prisión, fue decisiva​ para recibir una atención médica especializada del director del Dispensario Antituberculoso de Alicante, Antonio Barbero Carnicero, quien pudo mejorar la situación del poeta​ con dos intervenciones, pero el permiso de traslado al Hospital Antituberculoso «Porta Coeli» de Valencia llegó demasiado tarde.​ 
Falleció en la enfermería de la prisión alicantina a las 5:32 de la mañana del 28 de marzo de 1942, con tan sólo treinta y un años de edad. Se cuenta que no pudieron cerrarle los ojos, hecho sobre el que su amigo Vicente Aleixandre compuso un poema.​ 
Abad Miró formó parte del reducido séquito fúnebre que, con la viuda, acompañó los restos mortales del poeta hasta el cementerio y corrió con los gastos del enterramiento el 30 de marzo, en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante.
Sus restos fueron exhumados en 1984 debido a la muerte de su hijo Manuel Miguel Hernández Manresa el mismo año. Aquella exhumación causó gran revuelo entre un grupo reducido de seguidores de Hernández, lo que motivó que el ataúd fuese preservado para exponerlo en la Casa Museo de Miguel Hernández en Orihuela.​ En diciembre de 1986, los restos de ambos fueron trasladados a un terreno cedido por el Ayuntamiento de Alicante ubicado en el mismo cementerio y en febrero de 1987 fue enterrada junto a ellos Josefina Manresa.​
En febrero de 2011, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de un recurso extraordinario de revisión de la condena solicitado por la familia, al considerar que la misma fue impuesta por motivos ideológicos o políticos y que ya quedó anulada con la Ley de Memoria Histórica aprobada durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que declaró este tipo de condenas como radicalmente injustas e ilegítimas.​
En junio de 2019 la Universidad de Alicante, a solicitud del hijo de Antonio L. Baena Tocón, que se basaba en la Ley de Protección de Datos, borró de sus archivos digitales las referencias que el profesor Juan A. Ríos Carratalá había incluido en algunos de sus artículos referidos a la actuación de Baena Tocón como secretario judicial en los juicios contra el poeta.​ Rápidamente se generó un efecto Streisand, convirtiendo el nombre de Baena Tocón en trending topic.​









ANNA AJMÁTOVA Анна Андреевна Ахматова
Anna Andréyevna Górenko
(Bolshói Fontán, Odesa, 1889 - Domodédovo, Moscú, 1966)




"Julio de 1914"


Huele a quemado. Durante cuatro semanas ya
Ha estado ardiendo el pozo seco de la huerta.
Los pájaros ni siquiera han cantado hoy
Y el álamo ha dejado de crujir y silbar.

El sol se ha tornado malestar divino.
La lluvia no ha rociado los campos desde Semana Santa.
Un forastero con una sola pierna arribó
y solo en el patio declamó:

“Tiempos de terror se acercan. Pronto
Frescas tumbas abundarán en todo lado.
Habrá hambre, terremotos, muerte por doquier,
Y un eclipse de sol y de luna.

Pero el enemigo no dividirá
Nuestra tierra a voluntad, sólo para él:
La Madre de Dios desplegará su blanco manto
Sobre toda esta enorme congoja.”



Nota: El poema precedente ha sido editado y traducido al español por Felipe Botero, a partir de la versión aparecida en el artículo “Anna Akhmatova: The Stalin Years” de Roberta Reeder, quien lo tradujo al inglés (Revista ARCADIA).

Anna Ajmátova, destacada poeta rusa, hija de una noble familia de origen tártaro.
Junto con Nikolái Gumiliov y Ósip Mandelshtam, figura representativas de la poesía acmeísta de la Edad de Plata de la literatura rusa.
Anna comenzó a escribir poesía a la edad de once años, sin embargo como su padre no quería ver ningún verso impreso bajo su "respetable" apellido, ella decidió adoptar el de su bisabuela tártara, Ajmátova, como pseudónimo.
Estudió derecho, latín, historia y literatura en Kiev y en San Petersburgo. Allí se casó en 1910 con Nikolái Gumiliov, poeta famoso, promotor del acmeísmo, corriente poética que se sumaba al renacimiento intelectual de Rusia a principios del siglo XX. Entre 1910 y 1912 viajó a Italia y Francia, visitando dos veces Paris, donde conoció a Modigliani, quien influiría en su perspectiva.
El matrimonio de Anna y Nikolái duró ocho años, más tarde Ajmátova se casó con el prominente asiriólogo Vladimir Shileiko (1918-1922) y poco después con el historiador de arte Nikolái Punin (1922-1938).
 Antes de la Primera Guerra Mundial era conocida por sus poemas de amor y su devoción a la Iglesia ortodoxa y a la cultura tradicional rusa. Ajmátova creía en el carácter profético de la poesía y en estas líneas, escritas en 1914, encontramos la creencia de que la guerra que se acababa de desencadenar era una muestra del enfado de Dios, que culminaría con la intercesión de la Virgen a favor de la humanidad. Sin embargo, en los poemas posteriores su esperanza mutará rápidamente a desespero y duelo a medida que la guerra y la Revolución Rusa acabaron con su círculo de amigos y amantes intelectuales, entre quienes se contaban los poetas Boris Pasternak y Alexander Blok.A pesar de que consideró partir al exilio como muchos de sus conocidos (vacilaciones registradas en su poema “Escrito en angustia suicida”), permaneció en Rusia hasta su muerte en 1966.
Gran parte de su familia y sus amigos fueron perseguidos, encarcelados o fusilados por el régimen estalinista (o cometieron suicidio al ser condenados al destierro Siberia, tal como sucedió con su célebre amiga Marina Tsvetaeva).
Su obra poética fue censurada y vigilada de cerca por la policía secreta de la Unión Soviética hasta que en sus últimos años alcanzó reconocimiento en su país y en el extranjero, por lo cual le fue permitido viajar y publicar nuevamente.
Sus primeros escritos parecen intuir la gran soledad en la que se verá sumergida años más tarde, después de las trágicas consecuencias de la  revolución rusa de 1917. Tras ésta, Anna se verá afectada, ya que en  1921 su primer marido, Nikolai Gumiliov, fue acusado de conspiración y fusilado. Más tarde, su hijo fue también arrestado y deportado a Siberia. Y su último marido, Punin, murió de agotamiento en un campo de concentración en  1938. 
Los poemas de Anna se prohibieron, fue acusada de traición y deportada. Por temor a que fusilaran a su hijo quemó todos sus papeles personales. En 1944 pudo regresar con su hijo a Leningrado, ciudad devastada tras el asedio nazi.
Allí comenzó a trabajar traduciendo a Leopardi y publicando ensayos, entre los que destacan los brillantes ensayos de Aleksandr Pushkin, en periódicos escolares. Todos sus amigos emigraron o fueron represaliados.
En 1945 el joven intelectual británico Isaiah Berlin quiso visitarla antes de regresar a Londres, un encuentro se prolongó durante veinte horas, durante las que Anna le leyó sus poemas y se sinceró con él. Pero esto tuvo trágicas consecuencias ya que su hijo volvió a ser encarcelado durante diez años. Esta vez la escritora se negó a silenciar su voz y siguió adelante con su poemario más importante, Réquiem, en el que explica que en aquella Unión Soviética los únicos que estaban en paz eran los difuntos y que los vivos pasaban su vida yendo de un campo de concentración a otro. El libro fue publicado sin su consentimiento y conocimiento en 1963 en Munich.
El 14 de agosto de 1946, el Orgburó del Comité Central del PCUS aprobó una resolución ​donde se criticaba la labor de las revistas literarias «Zvezdá» y «Leningrado» en las que, entre otros, publicaban sus obras el escritor Mijail Zóschenko y Anna Ajmátova. Acto seguido, el ideólogo del PCUS Andréi Zhdánov pronunciaba un discurso, titulado Informe sobre las revistas «Zvezdá» y «Leningrado», con una feroz crítica de la obra de Zóschenko y Ajmátova. La poeta fue calificada por Zhdánov como "una representante del pantano literario reaccionario apolítico" ("одним из представителей этого безидейного реакционного литературного болота").
El 4 de septiembre, Ajmátova y Zóschenko fueron expulsados de la Unión de Escritores Soviéticos lo que conllevaba la prohibición de la publicación de sus obras y la denegación de las cartillas de racionamiento en un Leningrado devastado por la recién acabada guerra.
En 1962, Ajmátova estuvo nominada al Premio Nobel de Literatura, sin resultado positivo.
En 1964, en honor a su 75 cumpleaños, se realizaron nuevos estudios y se publicaron nuevas recopilaciones de sus versos. Ese mismo año viajó a  Taormina (Italia), donde recibió el Premio Internacional de Poesía y en 1965 fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Oxford.
Sus últimas piezas, compuestas en ritmo y sentido neoclásico, parecen ser la voz que reflejaba lo mucho que había vivido. Durante su estancia en Komarovo fue visitada por Joseph Brodsky y otros jóvenes poetas, que perpetuaron las tradiciones de Ajmátova en la poesía de San Petersburgo en el siglo XXI. 
Tradujo las obras completas de Rabindranath Tagore en ocho volúmenes, al ruso.
El 5 de marzo de 1966 Anna murió de un infarto en un sanatorio de las afueras de Moscú y es enterrada en Komarovo. Su obra, traducida a un sinnúmero de lenguas, sólo apareció íntegra en Rusia en 1990.





SALOMÓN DE LA SELVA

(Nicaragua, 1893 - Paris, 1959) 


"Granadas"


Porque me parecieron
pájaros que volaban las granadas, 
golondrinas de los atardeceres, 
me sorprendió como cosa de magia
ver que en donde caían
con un estruendo vasto, levantaban
espirituales árboles de tierra
maravillosos de troncos y de ramas.


En el ramaje aéreo de esos árboles,
escondido en el follaje de barro,
hizo su nido de un instante
un deseo olvidado:
Tal vez de dormir en medio de un bosque,
quizás de tener alas;
¡ tantos deseos caben en sólo uno
cuando se está casi muerto de cansancio!



Salomón de Jesús Selva,  poeta y político nicaraguense. Miembro del grupo Los tres Grandes, con Azarias H. Pallais y Alfonso Cortés.
Su padre, el abogado Salomón Selva, luchó contra la dictadura de José Santos Zelaya y al momento de tener doce años Salomón de Jesús fue arrestado y condenado a prisión. Salomón se presentó ante Zelaya durante una visita de éste a León y le ofreció un discurso en que recordó los derechos del hombre y del ciudadano siendo del agrado del dictador, quien ordenó la libertad del padre y le ofreció una beca para estudiar en Estados Unidos, a donde se marchó con sólo trece años.
Cursó en el William College en Williamstown, Massachusetts, donde trabajaría como profesor de español con el profesor César Parrales.
En el invierno de 1914-1915 conoció a Rubén Darío en Nueva York, a quien acompañó a una conferencia recital ofrecida en la Universidad de Columbia el 4 de febrero de 1915.​
En 1918 publicó en Nueva York su libro de poesía Tropical Town and Other Poems, en inglés. Durante estos años frecuentó los círculos literarios de poetas jóvenes neoyorkinos entre los que se encontraban Stephen Vincent Benét y Edna St. Vincent  Millay, con quien tuvo un romance.
Participó en la Primera Guerra Mundial como soldado en las fuerzas británicas, vertió sus experiencias en un libro de poesía, El soldado desconocido, escrito en español y publicado en  México en 1922 con ilustraciones de Diego Rivera.​
En el movimiento sindicalista estadounidense llegó a ser secretario del dirigente obrero Samuel Gompers.
Entre 1925 y 1929 vivió en Nicaragua, se dedicó al activismo sindical de tendencia laborista, impulsó la afiliación de la Federación Obrera Nicaragüense a la Central Obrera Panamericana, adscrita a su vez a la Federación Americana del Trabajo.​
Hacia 1930 realizó campaña en Nicaragua a favor de la gesta libertaria del general Augusto C. Sandino, publicó notas periodísticas en San José, Costa Rica, en medios como en el Diario de Costa Rica y en el Repertorio Americano de Joaquín García Monge, Secretario de Alemán.
En 1935 se radica en la Ciudad de México a donde llega a influir en la política mexicana; junto con su hermano Rogerio de la Selva, llegó a ser consejero del Presidente Miguel Alemán Valdés. El 4 de febrero de 1952, fue elegido miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua.





ANTONIO ACEVEDO LINARES
(El Centro, Barrancabermeja, Colombia, 1957)


"Justicia Poética"



Por los innombrables
por los que se guardan
un minuto de silencio y luto
por los que no pasan
por el ojo de una aguja
por las victimas del amor
y sus suicidas por los derrotados
de la lluvia por los que no ofrecen
su otra mejilla por los que derraman
su sangre fresca por los estigmatizados
del odio por los criminalizados
de la justicia por los damnificados
de la tierra por los enamorados
de la vida por los humanos derechos
restituidos por la redención del cuerpo
y la palabra por el desarme de la muerte
por la justicia y reparación de victimas
por la reivindicación de la poesía
y el amor por los dioses que no
amenazan con el cielo o el infierno
por la defensa de la rosa
por el fuego de las palabras
y tu cuerpo por la justicia poética
aquí y ahora en nuestra vida
y en nuestra muerte.



"Mayo"

Poema basado en el relato, El ramillete de Mayo, de Flor Romero

Mayo son las flores
abiertas como las banderas
obreras del primero de Mayo
son las madres de la Plaza
de Mayo en Buenos Aires
con las pañoletas blancas en su pelo
con las fotografías de sus hijos
desaparecidos como los estudiantes
en París en Mayo del 68
arrojando un cóctel molotov
contra las barricadas de los policías
y la proclama de la imaginación al poder
son las banderas blancas
con cintas azules a la Virgen
a la orilla de las carreteras
o en los balcones volados
de los pueblos de mi país.
Mayo la flor
de la Catleya
de un país que soñamos.



"De la guerra"

Aún se oye el estruendo
de los disparos de la guerra
en las montañas
como se oye aún los gemidos
del amor de los cuerpos
que se desnudan y aman
en los lechos de la ciudad
que en medio de la guerra
se enfrentan a una dulce batalla
como la que deberíamos tener
y no esa que engendra muertos
con la que se siembra la tierra
aún en medio de la guerra
hay que escribir el amor
desde sus trincheras.




Antonio Acevedo Linares (El Centro, Barrancabermeja, Colombia, 1957). Poeta, Ensayista y Sociólogo.Profesor universitario. Magíster en Filosofía Latinoamericana con especialización en Educación Filosofía Colombiana de la Universidad Santo Tomás y especialización en Filosofía Política Contemporánea del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Diplomado en Gestión y Administración Cultural,Gobernación de Santander-Corporación Interamericana de Educación Superior. Diplomado en Derechos Humanos y Resolución Pacifica de Conflictos, Universidad Industrial de Santander. Ha publicado numerosos poemarios y antologías, reseñas, criticas, artículos, ensayos y entrevistas.





WILFRED OWEN
(Shropshire, Inglaterra 1893 - Ors, Francia, 1918)


«Estos poemas de Wilfred Owen le sobreviven como testamento auténtico y magnífico»
 Siegfried Sassoon

"Extraño encuentro"


Imaginaba haber salido del combate
por un profundo túnel, excavado hace tiempo
en la roca por mano de titanes.

Pero también allí gemían, apiñados
durmientes, cuyo sueño temía importunar.
Luego, al hablarle, uno se puso en pie: miraba
hacia mí fijamente, con ojos compasivos
y una mano que alzaba como en gesto de dádiva.
Por su sonrisa conocí aquel hosco lugar,
en su mueca de muerte supe que era el Infierno.

Un enorme dolor afligía a aquel rostro
pero no había sangre que filtrara la tierra,
ni estruendo de rifles, ni gemido de obuses.
«Amigo-dije-aquí no hay nada que llorar».
«Nada-respondió él-salvo el tiempo abolido
y la desesperanza. Cualquiera que fue tuya
fue también mía un día: busqué sin freno alguno
la hermosura mayor que en el mundo cupiera
y no está en unos ojos serenos, ni unas trenzas,
sino en algo que burla la huida de las horas
y no sana su herida nada que sea del mundo.
Porque por mi alegría han reído los hombres
y de mi oscuro llanto algo ha sobrevivido
y debe ahora morir: la verdad nunca dicha,
la pena de la guerra. Ahora a muchos hombres
contentará lo que nosotros malgastamos
o, tal vez, descontentos, lo verterán en vano. 




Wilfred Edward Salter Owen, poeta británico que participó en la Gran Guerra y murió en ella pocos días antes del armisticio, considerado por los historiadores como el principal poeta de la Gran Guerra.
Su mentor, Siegfried Sassoon fue una clara influencia en su cruda poesía acerca de los horrores de la Primera Guerra Mundial, que contrastaba con la percepción general que se tenía de la misma, probablemente sean su contribución más importante a la poesía del siglo XX.
Escritos en un breve lapso de tiempo, entre el verano de 1917 y el otoño de 1918, los versos reflejan el impacto extraordinario de la guerra y el consecuente cambio que ésta ocasionó en la visión del mundo. La intensidad de las descripciones de Owen, no sólo de las heridas del cuerpo, sino fundamentalmente de las del alma, es conmovedora, y transforma los poemas escritos en el campo de batalla en un bello alegato pacifista.


Benjamin Britten insertó varios de estos poemas entre los textos litúrgicos que conforman una de sus mayores obras: el War Requiem, una Misa de Difuntos que reconsagró en 1962 la derruida catedral 
de Coventry.
Descendiente de una familia con ancestros ingleses y galeses,vivía en compañía de sus padres, Thomas y Harriet Susan (Shaw) Owen, en un confortable hogar, propiedad de su abuelo. Cuando este murió, la familia se vio forzada a mudarse a una casa rural situada en las calles de las afueras de Birkenhead, una villa del distrito de Wirral.


Fue educado en el Instituto de Birkenhead y en la ahora conocida como Wakeman School, donde recibió una sólida formación académica. Dejó la escuela en 1911, y entró en la Universidad de Londres aunque sin honores, pues sus estudios se vieron afectados por la pérdida de su tío y modelo a seguir Edgar Hilton. Además, trabajó como tutor particular en Francia antes del estallido de la Gran Guerra.
En 1915, a los veintidós años, ingresó al ejército y un año después recibió el cargo de subteniente (en pruebas) en el regimiento de Manchester. 
Empezó los años de guerra con un carácter alegre y optimista pero tras dos experiencias traumáticas, el rumbo de su vida cambió para siempre. En primer lugar, fue alcanzado por un mortero de trinchera que le hizo aterrizar sobre los restos de un compañero. Poco después, quedó atrapado durante días en una vieja trinchera alemana. Debido a estos dos eventos se diagnosticó que sufría neurosis de guerra y fue enviado al Hospital de Guerra Craiglockhart de Edimburgo para ser atendido. Ahí conoció a otro poeta, Siegfried Sassoon, quien le dio ánimos y le ayudó en cuestiones literarias estilísticas, trasformando por completo su vida.
Después de un periodo de convalecencia, Owen regresó a las funciones del regimiento. En 1918, fue enviado a Ripon donde compuso varios de sus poemas, entre los que se encuentran “Futility” y “Strange Meeting”.
Wilfred Owen siempre mantuvo a Siegfried Sassoon en una posición de héroe. Tras ser dado de alta en Craiglockhart, Owen se asoció con miembros del mundo artístico en el que había sido introducido por Sassoon, como Robert Ross y Robert Graves. Andrew Motion escribió sobre la relación de Owen con Sassoon declarando que la homosexualidad del segundo le permitió a Owen poseer una ideología y un estilo de vida que encontraría naturalmente simpáticos.
Varios incidentes de la vida de Owen han llevado a algunas personas a la conclusión de que era homosexual no declarado y de que Sassoon lo atraía no solo como poeta más experimentado, sino también como hombre. Tales incidentes fueron, por una parte, las declaraciones de Robert Graves y Sacheverell Sitwell (a quien también conoció personalmente), quienes afirmaban que era homosexual, y por otra parte, el homoerotismo como elemento central en muchos de sus poemas. 
A través de Sassoon, Owen fue introducido en un sofisticado círculo literario homosexual, en el que se hallaban Robert Ross (amigo de Oscar Wilde) y Osbert Sitwell, entre otros. Estos contactos aumentaron su confianza a la hora de incluir elementos homoeróticos en sus trabajos. 
Como parte de su terapia, el doctor de Owen, Arthur Brock, alentó a este a trasladar sus experiencias, particularmente las oníricas, a sus poemas. Así concluye la pacifista "Dulce et decorum est":
"Doblados como viejos mendigos bajo fardos, / entrechocando las rodillas y tosiendo como viejas, maldecimos a través del lodo / hasta darle la espalda a las condenadas bengalas / y empezar a arrastrarnos a un descanso inalcanzable. / Los hombres marchaban dormidos. Muchos ya sin botas / cojeaban calzados de sangre. Todos patéticos, ciegos todos, / bebidos por el cansancio, sordos incluso a los silbidos / de obuses contrariados que caían a la espalda. / ¡Gas! ¡Gas! ¡De prisa, chicos! En un éxtasis de torpeza / nos calamos zafias máscaras justo a tiempo; / pero alguno seguía pidiendo ayuda a gritos, tropezando / indeciso, como un hombre ardiendo en llamas o cal viva. / Borroso tras los vidrios empañados de la máscara, y a través de aquella verde luz espesa, / como hundido en un mar verde, lo vi ahogarse. / En todos mis sueños, ante mi vista indefensa, / se abalanza sobre mí, se atraganta, se ahoga, se apaga. / Si en algún sueño asfixiante también pudieras seguir a pie / la carreta donde lo arrojamos / y ver cómo retorcía los ojos blancos en su cara, / una cara colgante, como un diablo harto de pecado; / si pudieras oír, a cada tumbo, la espuma de sangre que vomitan los pulmones podridos, / obscena como el cáncer, amarga como pus / de llagas viles e incurables en lenguas inocentes, / oh amigo, no contarías con tanto entusiasmo / a los niños que arden ansiosos de gloria / la vieja mentira: Dulce et decorum est / pro patria mori".

En julio de 1918, después de un periodo de recuperación, Owen volvió al servicio activo en Francia, pese a que podría haberse quedado en su casa de servicio indefinidamente. Esta decisión la tomó cuando Sassoon, que había recibido un disparo en la cabeza en un fuego amigo, se vio forzado a volver a Inglaterra durante el resto de la guerra.
Owen vio como su propio deber el relevar a Sassoon en el frente para poder seguir contando al resto del mundo los verdaderos horrores de la guerra. El 4 de noviembre de 1918, irónicamente justo una semana antes de que acabara la guerra, Owen cayó abatido durante el cruce del canal Sambre-Oise. Su madre recibió un telegrama que le informaba de su muerte el mismo Día del Armisticio. 






FERNANDO PESSOA

Tomamos la ciudad después de un intenso bombardeo

La criatura rubia 
Yace en el medio de la calle.
Tiene las tripas afuera
Y por una cuerda
Un tren que ignora.

La cara es un manojo
De sangre y de nada.
Luce un pequeño pez,
De los que boyan en las bañeras. 

Sobre la calle cae la sombra.
Lejos, una luz dora todavía
La creación del futuro.

¿Y el de la criatura rubia?



Traducción del poema: Rodolfo Alonso para Antología poética (1961).


Fernando Pessoa  (Lisboa 1888 - Lisboa 1935)
Escritor y poeta de notable obra, reconocido por sus heterónimos: Alberto Caeiro, Alexander Search, Alvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis.
Su extensa obra se vio quebrada con la prematura muerte a los 47 años de edad.