martes, 30 de julio de 2013

UN LIBRO QUE TIENTA, UNA SEMANA PARA NO PERDER



FRANKENSTINA
de Germán Cáceres



El libro contiene una nouvelle policial, “Los asesinos no somos tan malos” a la que suma siete cuentos realistas, iluminados por ráfagas oníricas que abordan situaciones de un humor insólito, casi lunático.
En “Frankenstina” se alaba la ciencia no oficial y se cita el filme Solaris (1972), de Andrei Tarkovski, según el cual la galería de imágenes y de sueños que pueblan el inconsciente se corporiza en el espacio exterior.  La escritura del cuento se caracteriza por el desparpajo y una mirada nada convencional frente a las relaciones sexuales y a la conducta extravagante de una familia disfuncional. El protagonista, un científico de ideas renovadoras, lleva a cabo un curioso experimento del que nace la androide del título.
                                                                      
Sin duda, ha de tentar un libro que aborda el absurdo a través de cuentos salpicados de humor negro y cuyo prólogo ha escrito Elías Castelnuovo, poeta fundamental del Grupo Boedo y hombre de ideales políticos de proba recordación.                                                                
La tapa fue diseñada por el artista plástico y arquitecto argentino Rafael Bueno, en ese momento talentoso joven egresado de Bellas Artes y hoy consagrado pintor de extensa trayectoria que reside actualmente en Nueva York, donde expone regularmente con gran éxito, al igual que en París, Roma, Madrid, México y que ha recibido importantes premiaciones de nuestro país e internacionales. 


 
El libro fue presentado en “La casona de Iván Grondona”, emblemático lugar de encuentro de intelectuales, músicos, artistas y creativos. Entre los asistentes al evento, el ensayista y poeta Ernesto Goldar, el pintor urbano Ernesto Bertani, artista que trabaja y reside en Parque Leloir que ha obtenido numerosos premios nacionales e internaciones, el poeta Carlos Penelas de destacada trayectoria actual, el escritor Atols Tapia,  que mereció el premio Emecé por los cuentos reunidos bajo el título de "El corazón de hojalata", el historiador y ensayista Mario Tesler.

De izquierda a derecha: Atols Tapia, Mario Tesler, Germán Cáceres, Iván Gondona
           


Cáceres, tiene la fortuna de heredar una tradición literaria que en el último siglo incluyó nombres como los de Velmiro Ayala Gauna, Leónidas Barletta, Ernesto Castro, Carlos Ruiz Daudet, Alfredo Varela, Enrique Wernicke, W. Weyland, Elías Castelnuovo, quien prologó Frankestina. Todos ellos, intelectuales que marcaron libertades y rumbos abiertos sin desatender puntillosamente los recursos de la palabra escrita y la iniciativa de jóvenes talentos.  

Palabras palabras que Elias Castelnuovo dedica a Germán Cáceres, y que figuran en la contra tapa del libro:

"Alguien dijo que Florencio Sánchez era un "dramaturgo nato". En efecto su producción no concuerda ni con su cultura ni con su experiencia. Ni siquiera con su persona. Sin embargo, saca un drama de cualquier lado. Hasta del bolsillo del saco. De Germán Cáceres, a mi modo de ver, se puede decir lo mismo. O sea: que es un cuentista nato. También él saca un cuento del lugar menos previsto. Se me ocurre que deber haber escrito mucho para llegar a un manejo tan correcto del relato. Se necesita pintar mucho para llegar a pintar bien, como se necesita escribir una barbaridad para poder finalmente escribir como lo hicieron todos aquellos nos sirvieron de maestros".


En primer plano el pintor urbano Ernesto Bertani


Frankestina - Buenos Aires, Ediciones Crisol, 1977 (176 páginas) 


       GERMÁN CÁCERES EN "BAN!" SEMANA NEGRA DE BUENOS AIRES
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BAN! cuenta con la participación de destacados autores provenientes de Argentina, España, Francia, Estados Unidos, México, Perú y Uruguay, así como periodistas locales de los suplementos de cultura y de la sección noticias policiales.

Los escritores extranjeros invitados a BAN!, junto a los destacados autores locales que participan, proporcionarán claves, herramientas, nuevos caminos y nuevas maneras de concebir y escribir ficción policial.
Aunque se trata de un evento relacionado principalmente con la producción literaria del género policial, BAN! no se limita a ello sino que incluye la participación de artistas de diversas disciplinas (cine, teatro, pintura, cómic, fotografía, etc.), así como especialistas en temas legales y jurídicos, médicos, sociales y policiales. Además del objetivo de estimular y difundir la creación literaria y la producción editorial proponemos una reflexión sobre la criminalidad real y sus vínculos con la literaria y artística. Asimismo se configura como una oportunidad para reflexionar sobre el acuciante problema de la criminalidad en relación con la sociedad y la economía. Incluirá además actividades lúdicas, ciclos de cine, espectáculos teatrales, encuentros en librerías y recorridos criminales, entre otras actividades.

 Germán Cáceres en BAN!  los siguientes días:
Lunes 5 de agosto 15.00 ACTIVIDAD ESCOLAR: El detective despistado CGSM - Sarmiento 1551   
Martes 6 de agosto 15.00 TALLER: Pistas para escribir un policial CCEBA - Florida 943



Con esta, la segunda edición de BAN!  BUENOS AIRES NEGRA, nuestra ciudad se suma a las muchas que en el mundo celebran festivales relacionados con la novela policial: la Semana Negra de Gijón, Barcelona Negra y Getafe Negro, en España; Mord & Hellweg, en Alemania; y Theakstons Old Peculier Crime Writing, del Reino Unido, entre muchos otros que convocan la atención de público y medios de prensa.
En el marco de Buenos Aires Capital Mundial del Libro, con esta co-producción del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad y el CCEBA, y la colaboración de las embajadas de España, Canadá, Francia y México; esta capital se incorpora al circuito negro internacional.




DE VILLA GESELL A GIJÓN
                                                            por Germán Cáceres

CÁMARA GESELL
de Guillermo Saccomanno
(Planeta, Buenos Aires, 2012, 552 páginas)


 Esta novela acaba de ganar el Premio Dashiell Hammett en la Semana Negra de Gijón. El autor lo mereció también por 77, y el Premio Rodolfo Walsh por Un Maestro. Otros importantes logros de Saccomanno fueron el Primer Premio  Municipal de Cuento, el Nacional de Novela, el de la Revista Crisis de Narrativa Latinoamericana, el Club de los XIII y el Biblioteca Breve Seix Barral.
El libro define así la creación del psicólogo y pediatra estadounidense Arnold Lucius Gesell (1880-1961): “La Cámara Gesell consiste en dos habitaciones con una pared divisoria en la que un espejo unidireccional de gran tamaño permite ver lo que ocurre en una de ellas desde la otra, pero no al revés (…) Su utilización es frecuente en la observación de sospechosos durante un interrogatorio y también en la preservación del anonimatos de testigos”. Y añade que “fue concebida como domo para observar la conducta en niños sin que sean perturbados”.
Como si la estudiara mediante ese instrumento, Saccomanno describe a Villa Gesell (en la que reside hace años) como un hervidero de pedófilos, policías corruptos, violadores, drogadictos, ladrones, asesino, borrachos, gente que muere de hambre y frío, y otra que padece SIDA y se suicida.
Los habitantes apelan a la mentira en todo momento, es su canal de comunicación, su lengua y su habla. Además, la chismografía pueblerina es ya un vicio patológico: “Acá siempre te están mirando. Esa persiana se subió unos centímetros, esa cortina se ha movido, alguien acecha detrás de esa ligustrina. Estás vigilado. Siempre”.
Asimismo es una sociedad discriminatoria, y uno de sus personajes opina: “A los cabezas no hay que mandarlos a la escuela. A cámaras de gas hay que mandarlos”; y otro:”Porque los bolitas eran bichos. Y los bichos estaban de más en la Villa”.
Parece que hay pruebas irrefutables de que desde su nacimiento la Villa se nutrió de nazis y antisemitismo: “Dicen que para probar que no eran racistas los alemanes trajeron muchos judíos (,,,) Y yo les digo, como me enseño papá, que no se crean que los alemanes eran Schlinder: les era más confiable un judío porque era rubio antes que un cabecita”. Y se habla de su implicación en el Proceso (“En el cementerio, al fondo, bajo unos álamos, dicen que están enterrados los difuntos que traía el mar en la época de los milicos”).
Constantemente la narración destaca la palpable contradicción entre la bella naturaleza, casi mística en su esplendor, y el horror infernal en que se ha convertido la Villa.
El verano, o sea la temporada turística, es esperado como portador de la felicidad, el premio al espanto y la desolación sufridos durante el invierno.
En sí la novela es más que un muestrario sobre Villa Gesell, pues no sólo es un compendio de la Argentina, sino del mundo: en esencia trasmite un hondo escepticismo sobre la condición humana. Es literatura política en el más alto sentido, pues no emite mensaje ni se plantea soluciones, sino sólo intenta mostrar la abyección que brota en una sociedad injusta que no funciona nada bien.
Saccomanno demuestra poseer un oficio superlativo y una prosa seca, sin adornos, como si fuera el guión de un filme documental austero y despojado. Esa escritura es propensa a bifurcarse tanto en párrafos largos como en cortos, y en enumeraciones descriptivas que dan cuenta de la marginalidad de la periferia de la Villa. La novela está compuesta por brevísimos capítulos, como si fueran apuntes espontáneos, y es, en cierto modo, épica y coral, porque representa las voces de todos los habitantes del pueblo que se van turnando en el relato.
En la entrevista que realizó Silvina Friera para Clarín (13/7/2013), Saccomanno reconoce que “El gran padre de lo que hice es William Faulkner. El sueño de todo escritor es crear un pueblo y que sus personajes tengan entidad autónoma, ver cómo se mueven en esa colmena, en ese infierno grande que es un pueblo chico”.

                                                  * * *



Fuente de consulta: Internet                                                                                           

lunes, 29 de julio de 2013

PRETERICIÓN


AÚN NO PUEDO, NO PUEDO

 

Padre, te cuento ahora que el tiempo ha sanado
el terrible galopar de mis dolores.
Te cuento hoy que puedo al fin, abrir tu nombre
sin callarme la boca con la mano.

Ha regresado el acero de tu acento,
y puedo ver sin brumas el roce sobre el mantel 

que hace tu codo.

Me asomo hasta el patio,
tu silbido al trino de los pájaros, se cuelga.
El torno desde el taller se apaga. Veo tu mano de nuez en el nudillo,
el giro de la llave.
La radio ríe, se entusiasma la vida. La sombra de tu espalda
se recuesta en el sillón de orejas.

Es el momento de la confidencia. La mayor cercanía.
Puedo oler el instante.
Dentro de tu mirada verdor de patria me cubre.

Vuelvo a nombrarte.
Papá, te digo, ahora al fin, después de tanta pena.
Al fin, me digo. Al fin puedo decirte
ahora, digo, 

                     y me tapo de dolor la boca.



                                                                  * * *

domingo, 28 de julio de 2013

PRETERICIÓN


ESPACIOS


Este cuarto, este espejo y esta silla.
El cortinado azul, la mesa baja.
Un paisaje enmarcado, un cofre oscuro.
Y otra vez este cuarto y el espacio
donde al fin eras vos y era yo misma.

Ancha de luces la vida parecía.

El cortinado azul, la mesa baja,
un paisaje enmarcado,
un cofre oscuro.

El ventanal abierto y el murmullo
que la calle traía en las mañanas. 

No conocí tristeza ni traiciones,
no supiste jamás de lejanía.

El cortinado azul,
la mesa baja,
este cuarto, este espejo
y esta silla.

Desde el jardín, aroma de romero

la noche penetraba
en confidente liturgia las verdades.
 

el cortinado azul,
un cofre oscuro,
 

Y célicos milagros convertía
como en ara de altar, sobre la almohada.
 

este cuarto, este espejo,
un paisaje
la silla 



                                                                * * *




ERA TODA YO TODA PARTIDA.


Desnuda, en penumbras,
he llorado la pena de ser yo misma.
Me miraba de lejos como extranjera,
como desconocida en propia carne.

Rozándome pasaban
las frágiles palabras que siempre se oyen
cuando se entierra a un muerto.

Era toda yo toda partida.

Sesgado, un eco opaco de letanía
ocupó los zaguanes de mis oídos.

Tanto dolor me he dado de verme triste
que lloré con mi cuerpo todas las lágrimas.
Arrumbé la memoria y los sentidos.
Huésped de mis heridas, fui sólo grito.
Y me morí, por siempre, a la sombra amada.



M.R.-C.  

"El país de la poesía"  Derechos Reservados (2011)


                                                          * * *