lunes, 28 de diciembre de 2020

Llegando a Nochevieja



"Como siempre a esta altura del año, me invade un gran deseo de volver a ver a los viejos amigos, tan alejados ya por esas mil razones que la vida nos va obligando a acatar poco a poco. Usted también, creo, es sensible a la amable melancolía de una sobremesa en la que nos hacemos la ilusión de haber sido menos usados por el tiempo, como si los recuerdos comunes nos devolvieran por un rato el verdor perdido".


Julio Cortázar

jueves, 10 de diciembre de 2020

domingo, 6 de diciembre de 2020

APORTES CULTURALES


Entrevista realizada el 4 de marzo del 2020, en el ciclo 
Umbral Literario San Telmo, Bar Notable La Poesía, 
por la escritora y conductora  argentina Gladys B. Cepeda, 
para la sección VIAJERA NOCTURNA, 
programa radial LETRAS ENCADENADAS, en Getafe, España.
Dirección y conducción general Miguel Ángel Cáceres.




 

APORTES CULTURALES


 ¡QUÉ SEA POESÍA!

REVISTA VIRTUAL DE MIRTA VENEZIA



 

24 MUJERES POETAS - ANTOLOGÍA I Y II



24 MUJERES POETAS, ANTOLOGÍA I y II


Antología I (2019)

Arp, Corredera, Delgado, Di Lernia, Donnet, Eyheremendy, Fernández, Guillot, Krisch, Legarreta, Licciardi, Luna Dávila, Maggio, Monente, Mones Ruiz, Nardo, Pascual, Pastore, Rascovky, Rodríguez-Cazaux, Sartori, Szac, Vaccaro, Venezia.


Antología II (2020)

Abaria,, Arias, Bucci, Cattaneo, Crespo, Díaz, Druille, Ferrari, Guidiño, Lo Celso, Mayol, Minichillo, Pagano, Palazzo Conti, Paz, Pien, Pizarro, Rivas, Sorrentino, Starke, Vazquez, Vuchovic, Zava


Compiladores: María Marta Donnet y Amadeo V. Gravino

Imaginante editorial


lunes, 30 de noviembre de 2020

APORTES CULTURALES

 


Lectura en el ciclo Extranjera a la Intemperie 

de

Susana Cattaneo y María Amelia Díaz





NUESTRA LENGUA


                               Falemos nosa lingua agarimosa para non chorare.




Palabras 
sobre esta muchedumbre
de dolor y distancia
en la rueca del tiempo que la Babel habita.


Hoy, 
solo nos queda 
el acento desvalido en la lengua del alma;
aquél, que ha de venir desnudo,
a pedirnos la voz de su hambre.

  




A LA ORILLA DEL MAR, ME PERDÍ


                       A mis abuelas


No es lo mismo decir pájaro que paxaro.
Ni esta luna es aquella que llevo todavía dentro de mí
en una redondez de luz.
Y mi cielo
no es el cielo que hoy engaña el firmamento.
Estoy fuera de casa y no es lo mismo.
Ni el agua, ni la lluvia, ni la noche.


Un canto en otro idioma me vacía
y no puedo decir verdades con mi voz.
Ni siquiera el alma de los nuestros
late bajo la senda del camposanto.
Perfuma cerca de mí una rosa que no es la que huelo.


Estoy lejos de casa.
Y a la orilla del mar
-toda loca de buscarme-,
me he perdido.

                                           



Exilio en sepia, de M.R.-C.
Poemas (2019)
Editorial Dunken

ANILLOS DE LLUVIA 




Mar abierto y redondo, 
rojo de brillo rojo, 
agua escondida 
cruzó la calle una tarde cualquiera 
in esquivar el charco del asombro. 

Secreta luz de su pupila 
y más secreta la vida que latía. 

Esmalte de plata leve 
bendijo los anillos de la dicha. 





TRISTE 





                    ¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe, 
                 cuando me siento triste, y te siento lejana? 

                                              Neruda 





Nadie encuentra el verso en una tarde alegre. 

No hay lugar para vivir nostalgias 
en la noche de alborotado gozo. 

Cuando se tiene el fuego sagrado de la lámpara 
el mar es solo mar y el cielo es solo cielo. 

¿Quién baja a los infiernos si abierto Paraíso 
levanta el arco iris de la calma? 



El que halla el verso perseguido, 
vive en la cárcel agónica de un pozo. 


Escote abierto, de M.R.-C.
Poemas (2017)
Editorial Dunken

LLAGA
 

En la mayor de mis heridas 
dejé escondido tu nombre. 
Ni a mí me lo repito. 

Paso de largo cerca de él, 
esquivando 
el abismo de la llaga. 

Después del exilio del beso 
apenas me doy cuenta 
´que llevo roto el paso. 
Y me parece que siempre he sido 
latir de carne lacerada. 




CORAZÓN DE VERDÍN
 

Tapia desnuda de perfumes 
donde el verdín ha definido 
un herrumbrado corazón 
de grietas desparejas. 

Húmedo moho que el cemento ahoga 
en apretado encaje carcelero. 

Se parece mi andar por este mundo 
a su rasa y gris fisonomía. 

En cárcel de soledad empalada, 
son mis grietas heridas de distancia 
y, sobre ellas, mi corazón se oxida. 




Poesía congregada, de M.R.-C.
Poemas (2014)
Editorial Dunken


viernes, 27 de noviembre de 2020

CINCO TESIS SOBRE POESÍA por Raúl Gustavo Aguirre

 

En 1975, Raúl Gustavo Aguirre ofreció una conferencia en la 

Biblioteca Argentina de Rosario cuyo título fue "Cinco tesis sobre poesía"








En 1975, Raúl Gustavo Aguirre ofreció una conferencia en la Biblioteca Argentina de Rosario cuyo título fue “Cinco tesis sobre poesía”. Un año después, Francisco Gandolfo le pidió el texto para publicar en su revista el lagrimal trifurca, incluyéndolo en el número 14, de agosto de 1976, que sería el último. Desde entonces ese ensayo ha permanecido en algunas hemerotecas y en manos de los pocos lectores que conservaran el ejemplar. La mojarra desnuda tuvo acceso a él por gentileza de Juan Carlos Moisés y la generosidad de Marta Aguirre que nos permite publicarlo. No es casual que la obra de Aguirre haya cobrado nueva vigencia y que merezca una atención que nunca debió perder; mencionemos por ejemplo la publicación por parte de la Biblioteca Nacional de los dos tomos facsimilares de poesía buenos aires que Aguirre dirigió entre 1950 y 1960 y la reciente Obra poética que publicara Ediciones del Dock con compilación y prólogo de María Malusardi. Contribuimos así a difundir una parte de la obra oculta durante muchos años de un poeta cardinal.

Primera tesis: LA POESÍA NO EXISTE

El día de Todos los Santos del año del Señor de 1517, Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittemberg sus célebres noventa y cinco tesis sobre las Indulgencias. Entiendo que noventa y cinco tesis sobre poesía serían excesiva falta de consideración hacia el prójimo, pero estas cinco que me atrevo a formular, de alguna manera evocan, en su título, aquel acontecimiento que produjo, luego, tan trascendentales transformaciones en la historia del mundo.

En esta evocación termina, por otra parte, el paralelo. Obvio es agregar que mis tesis no pretenden producir ni de lejos semejantes consecuencias. De sobra quedará cumplido su propósito si consiguen llamar la atención hacia el examen de algunos supuestos corrientes acerca de la poesía y los poetas. Parten de la sospecha de que, si se exageran un poco las dudas sobre estos supuestos, tal vez sea posible adquirir una mayor claridad con respecto a ciertas importantes implicaciones que la poesía quizá puede tener para nuestras existencias.

Paradójicamente, como es factible observar, estoy hablando de la poesía y no obstante mi primera tesis dice así, sencilla y rotundamente: LA POESÍA NO EXISTE. Esto puede entenderse en varios sentidos, pero desearía evitar un juego de sutilezas e ir directamente a lo que en este momento me interesa esclarecer.

La poesía no existe en cuanto algo concreto que pueda ser, definido fuera de la literatura. Por ejemplo, yo puedo decir que la poesía existe como género literario, tradicionalmente opuesto a la prosa y también tradicionalmente subdividido por la retórica en varias clases: épica, lírica, dramática... Se puede hablar de poesía y de poetas en este sentido literario, o a partir de este sentido. Es decir, incluso podemos negar la poesía en cuanto literatura y expresar, como los dadaístas, por ejemplo, que la poesía no es literatura sino una manera de vivir. Pero para proceder así tengo que partir de la poesía como literatura y luego negarla; de lo contrario, no sería comprensible esta concepción de la poesía no como literatura sino como una manera de vivir.

Por lo tanto, aquí digo que no se trata de escribir o sólo de escribir, sino más bien de algo que tiene menos que ver con la escritura que con la vida. Y el dadaísta puro, en rigor, tendría que negarse a escribir una sola palabra. Este fue -digamos de paso- el callejón sin salida en que se halló el dadaísmo, como por otra parte, se halla todo nihilismo: no creo en nada, pero debo creer en lo que creo, o sea, debo creer que no creo en nada. Los dadaístas negaron la literatura sin dejar de ser literatos, sin dejar de escribir. Pero nos dieron, sin embargo, una importante indicación. Nos inspiraron una fértil sospecha. Señalaron hacia algo que tiene, como creo y trataré más adelante de demostrar, muchísima importancia.

Pero regresemos ahora, para concluir con esta primera tesis, al punto de partida: LA POESIA NO EXISTE. Esta proposición quiere decir, en suma, que la poesía -fuera de su formal definición como género literario- no tiene existencia real y concreta, no es un ente, una entidad, algo que pueda ser aislado y buscado más allá de la palabra. Por esta razón ha sido siempre tan difícil a los propios poetas explicar qué es la poesía. Esto nos conduce a la

Segunda tesis: NO EXISTEN LOS POETAS

Si la poesía no existe, tampoco existen los poetas. Quiero decir: si la poesía existe sólo como literatura, en la palabra, en la literatura oral o escrita, solamente existen “hacedores de poemas”. Pero un poema es, o bien cualquier composición que responda a las reglas de cierta retórica más o menos aceptada en un medio dado, o por el contrario, es un acontecimiento existencial realmente importante en la vida de aquel que, en cierto momento favorable, entra en “relación” con él (y aquí la palabra poema tiene un amplio sentido: puede ser, por ejemplo, una canción o una página manuscrita o impresa).

En el primer caso, en el de una composición que responda a ciertas reglas o leyes retóricas prefijadas, es evidente que cualquier persona diestra en el manejo de estas reglas puede, en cuanto se lo proponga o se lo encomienden componer un poema. Podría, de esta manera, presentarse en un concurso celebratorio del Descubrimiento de América, o del Centenario de un determinado hecho histórico, o donde se premie el mejor Canto a las Virtudes Cívicas, o lo que fuere. El mecanismo de este proceso es muy simple: un “tema” que servirá de contenido a la composición, y una “forma”, lo más bella posible dentro de los enunciados de una retórica (o a lo sumo, de una estética) preexistente. Y ya tenemos el alfajor fabricado, perdón, compuesto. Sin duda, su autor es un poeta, así como el señor que nos hace fotografías urgentes, tamaño 4 x 4, es un fotógrafo. Y en este sentido, mi tesis -repito- es NO EXISTEN LOS POETAS.

Pero ya me estoy aventurando demasiado en mis negaciones y, para no pecar de ser en exceso pesimista, voy a necesitar de alguna afirmación. Que la haré en mi

Tercera tesis: EXISTEN LOS POEMAS

EXISTEN LOS POEMAS: sin duda, sin duda, sin ninguna duda. Esta afirmación, está claro, no tiene contenido polémico. Muy bien, porque no se trata de ser polémico porque sí y a troche y moche. No obstante, quiero aclarar que no me refiero aquí al poema tal como lo describí hace un momento, como una especie de artefacto fabricado conscientemente y ex profeso según ciertas reglas destinadas a producir determinada emoción. Debo confesar que, aunque parezca fácil afirmar que tal manera de “hacer“ un poema es falsa, literariamente “artificiosa”, una especie de engaño, en suma, hay grandes creadores de poemas que han afirmado lo contrario. Entre ellos, Vladimiro Maiakovsky que, como es sabido, no diferencia un poema de cualquier otro producto industrial; o César Vallejo, quien nos dice, justamente, que un poema es un artefacto destinado a producir emoción. Y también el galés Dylan Thomas, que no sólo habla de “oficio” en uno de sus poemas, sino que en sus cartas y ensayos expone una completa teoría de la “fabricación” del poema.

¿Entonces? Antes de continuar, quisiera intentar una explicación a esta aparente disidencia de estos grandes creadores. Hay, sin duda, en todo trabajo de creación, una parte de habilidad adquirida y de esfuerzo consciente. Pero esta habilidad y este esfuerzo, cuando se produce un auténtico acto de creación, están al servicio de la concreción, en palabras, de algo que los trasciende. Por diversas razones, se confunde este trabajo con la verdadera creación o se lo valoriza más que ella. Es el caso de Maiakovsky, porque me parece quería justificarse del frecuente complejo que asalta al escritor ante los que "hacen": pareciera que un obrero metalúrgico, de cuyas manos sale una gigantesca rueda de locomotora, estuviese creando una realidad de más "peso" (en todo sentido) que el hombre que se limita a hablar, a escribir. Este complejo ha dado lugar a tremendas distorsiones, pero por el momento no puedo ocuparme de él aquí, más que para decir que, en ese especial momento de la historia de su país, Maiakovsky no quería “sentirse menos” que los obreros y experimentó la necesidad de justificar su trabajo escribiendo perogrullesca pero dramáticamente que, aunque un poeta no echa humo por las chimeneas como una fábrica, también "produce". En cuanto a César Vallejo y a Dylan Thomas, creo que no eran conscientes - a fuer de modestos - de que su capacidad de creación excedía en mucho lo que ellos consideraban humilde y simplemente un trabajo de composición. Aquí viene a cuento recordar lo que Henry James recomendaba a los aprendices de narradores. Les decía, más o menos, lo siguiente: “No se preocupe por la forma de lo que va a relatar ni por los procedimientos narrativos. Si bien estos son importantes, lo que debe importarle más que nada es tener una rica experiencia vital. Porque, en suma, la importancia de un escritor reside en la calidad y riqueza de sus experiencias vitales". Yo creo que el gran novelista de "La Bestia en la Jungla” tenía mucha razón. La calidad y riqueza de la experiencia vital de los hombres que he citado excedia largamente su capacidad de trabajo, su “oficio", aunque -sin duda- lo tenían en grado sumo, y este oficio, entonces sí, les era útil, porque facilitaba la comunicación de sus experiencias, la concreción en palabras de ese fenómeno vital que denominamos poema.

En suma, EXISTEN LOS POEMAS, pero entendiendo por tales esas misteriosas constelaciones de palabras (que llegan a nosotros, por ejemplo, en una canción, o en lo que nos habla de otra persona, o en una página impresa) y que producen en nosotros reacciones emocionales,“revelaciones” o deslumbramientos, o como quiera que denominemos esa sensación de haber sido “tocados” por algo que tiene mucho de indecible y que mal podríamos explicar en otras palabras.

Estos son, sí, POEMAS, y su carácter esencial, como vemos, es TENER QUE VER CON NUESTRA VIDA, tener alguna significación para nosotros, aunque, a veces o nunca, sepamos a ciencia cierta en qué consiste claramente esa significación.

¿De dónde vienen estos poemas? Aquí entramos en la

Cuarta (y penúltima) tesis: LOS POEMAS PROCEDEN DE UNA POÉTICA

Esta será la más abstracta, filosófica y, por lo tanto la más discutible de mis tesis. Ruego, por ello, se la tome como un ensayo de aproximación a un problema sumamente complicado.

Si el creador de un poema no es un poeta en el sentido tradicional de una especie de siempre disponible “hacedor de poemas”, como eran, por ejemplo, los poetas de Corte que celebraban los triunfos de los Emperadores en la Antigüedad; si el creador de un poema no es un poeta, por lo tanto, sino un ser a quien a veces (y hasta puede ser, una sola vez en su vida), a quien a veces “le ocurre” crear un poema, ¿de dónde viene, entonces este poema?

No viene de una estética o una retórica predeterminadas que nos han de decir cuáles son las condiciones que debe reunir para ser un poema. Viene de un campo mucho más vasto y misterioso, como lo es el de la experiencia humana en su totalidad, tanto la experiencia propia como la del contorno inmediato y mediato, presente y no presente, consciente e inconsciente, voluntaria e involuntaria, en la soledad y en la relación, etc., etc. Viene del Universo, de la vida y del hombre y, para mejor, viene implícito en el más misterioso y, tal vez, más poderoso de sus poderes: el lenguaje, la palabra. Esa palabra que surge y que concreta, que expresa y que trasmite, pero sobre todo, palabra que ocurre, que nos ocurre, que nos coloca en determinada situación. Desde que se comprendió bien a Wittgenstein, se hizo claro que hay un lenguaje “no fáctico”, un lenguaje que, aun careciendo de sentido “lógico", inteligible, unívoco, es, sin embargo, significativo o “significante”, como dicen hoy los estructuralistas. Pero, aparte esto, me parece muy importante la afirmación de Lacan, cuando dice que, más que significar, un poema implica al lector en una situación. Ya Wittgenstein había destacado este carácter ritual del lenguaje, la importancia de los contextos de situación. (Es clásico el ejemplo: “Yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo, etc." es una fórmula que, para Wittgenstein, sólo tiene pleno sentido o significado en una determinada situación.)

Pero a lo que queremos llegar es a esto: todas estas reflexiones nos llevan a la conclusión siguiente: un poema es un hecho en la existencia de una persona. Es decir: antes que la noción idealista e inexistente de un producto literario que una mirada pura y distante puede consumir sin ser por ello alterada, un poema es algo que “ocurre” en nuestras vidas (tanto si lo creamos nosotros, en el momento de concretarlo en palabras, como si lo creamos también nosotros, al recibirlo en una constelación de palabras a la que damos, o de la que surge, un sentido o significado que “fulgura" o “nos toca”.) Insisto, porque esto me parece muy importante: un poema es algo que “nos” ocurre, es un hecho, un acontecimiento en nuestras vidas, en el que participamos y en el que ellos participan y, por lo tanto, es capaz de alterarlas. Y bien, sabemos hasta qué punto un poema puede ser una revelación que, de alguna manera, influirá en el curso de nuestra existencia. En suma: un poema pertenece al mundo de los hechos; es algo fáctico, y si tiene que ver con el curso de nuestras vidas, entonces entra en el campo del “hacer”, en el campo de algo que, en filosofía, se denomina "ética".

Y aquí llegamos a nuestra última y

Quinta tesis: LA POÉTICA ES UNA ÉTICA

No existen ni la poesía (primera tesis) ni los poetas (segunda tesis) porque -tal vez ahora podamos comprenderlo mejor- el campo de los poemas verdaderos, como constelaciones significantes de palabras que operan sobre el curso de nuestras vidas, no es el de la literatura como institución neutral y neutralizadora, sino el de la vida concreta e inmediata. Un poema tiene mucho más que ver con el “¿qué debo hacer?” kantiano que con el placer estético concebido como actividad pura, sin compromiso con la existencia ni con el tiempo histórico real y concreto.

Un poema es un acto, como querían los dadaístas, pero no un acto contra la literatura, es decir, un acto sin palabras, una imposible negación de la palabra, sino un acto que justamente consiste en palabras. Yo quisiera concluir aquí estas tesis, que son en todo caso provisional materia de reflexión, y dejar librado a cada uno el meditar sobre las sugestiones que de ellas pueden desprenderse.

Pero hay algo, sin embargo, que me parece necesario destacar para dar término a estas aproximaciones. Y es que, si todo poema verdadero es un “hecho” que influye sobre la vida (y no sobre “la vida" como vaga generalidad, sino sobre la vida real de cada uno); si todo poema lleva implícito un hacer, si es -como escribe maravillosamente René Char- “el amor realizado por el deseo que ha seguido siendo deseo”; si corresponde por lo tanto a una ética, pero a una ética cuyas reglas se hallan en continua formación y que, por ende, no puede ser formulada ni impuesta de antemano; si todo poema es, entonces, el más cabal y dialéctico “ajuste” del ser humano con su situación histórica (y ello explica de paso la necesidad constante de nuevos poemas), pero a la vez este ajuste no se puede producir en el esquema falso y perimido de un contenido y una forma, de un “tema" y una “expresión”, entonces el poema que toma como motivo un hecho para explayarse sobre él, el poema que pretende enseñar algo, celebrar algo, censurar algo, está condenado por principio a la inteligibilidad unívoca del discurso fáctico, es decir, a la prosa. Expresado de otro modo: no se puede describir un hecho en un poema, porque el poema es, en sí un hecho. En un verdadero poema, el hecho es, para parafrasear a Jung, “la sombra” del poema.

Me parece, hoy más que nunca, necesario llamar la atención sobre esto, porque en la actualidad es muy corriente la apelación al compromiso del poeta, entendiendo por este compromiso la producción de llamados poemas que sólo son desarrollos -bajo una retórica de signo poético- de temas de índole histórica o social.

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que el poema se desentienda de lo que llamamos “la realidad”. Si me he expresado bien, se podrá comprender entonces que el poema es, ante todo, la realidad por excelencia que viene a suscitar, en lo más profundo y auténtico de nosotros, un imperativo movimiento vital.

El poema no habla de la realidad: la hace. Y, con ella, nos hace a nosotros, que a nuestra vez, también la hacemos.

Cuando los falsos resplandores del prestigio y del privilegio de que aún disfrutan en ciertos medios la poesía y los poetas, se disipen, para dejar paso a la sencilla verdad del poema que siempre (“autores” o “lectores”), somos nosotros quienes creamos; cuando la inocua institución que la literatura hizo de la poesía para destruir sus extraordinarios poderes de liberación; cuando la figura histriónica que la sociedad enajenada hizo del poeta, se borre, para dejar paso a la sencilla verdad del poema que nos ayuda a vivir, que nos sirve para vivir, entonces habrá tal vez menos poetas en los diccionarios de biografías, pero habrá, también -y al mismo tiempo- más belleza y amor, más verdad y comunicación entre los seres humanos. Porque son ellos, los seres humanos, y no los papeles, los que en definitiva importan.

Buenos Aires, 1975.

(Publicado originalmente en el lagrimal trifurca, número 14, agosto de 1976.)

martes, 17 de noviembre de 2020

APORTES CULTURALES - EFECTO MARIPOSA 2020



¡ARGENTINA!



EN BARCELONA! FRIDAS, VIOLETAS Y LAS MARIPOSAS CELEBRAN LOS DIPLOMAS DE LAS POETAS ARGENTINAS: Participantes en el 2º Círculo Internacional de Poesía y Arte Mujeres Puños Violeta-Mi mundo surrealista "Efecto mariposa" 2020

¡Muchas felicidades! 

SANDRA GUDIÑO, FLORA LEVI, MARÍA RODRÍGUEZ-CAZAUX,
 OLGA LILIANA REINOSO, BIBI ALBERT, 
MARÍA CRISTINA SORRENTINO, MERCEDES RAQUEL ENRIQUE, 
MARÍA MAGDALENA PASCUAL, AMADEO VICENTE GRAVINO, 
MARY GUERREIRO, NADIA ROVELLI, ELSA VIRGINIA SARACHO, MARÍA INÉS FONS,LIDIA BEATRIZ HERRERA, CONSTANZA FLORES, 
IVANA SZAC, IRENE ZAVA, ADRIANA MAGGIO, 
MIRTA VENEZIA, MARIEL MONENTE, ISABEL VICTORIA KRICH, 
GRISELDA SALAMONE, GABY SAMBUCCETTI. 


Evento organizado por Fridas de Barcelona y el Mundo 
(Fundadora Rosy Suñé
en colaboración fraterna con la Bibliomusicineteca (Directora Sonia García) con apoyo de Golden Spiral Theater (Codirectoras Mariam Tamborenea y Nancy Guevara-Miami) y Centre Cultural Albareda. Antología en este enlace: 



lunes, 16 de noviembre de 2020

RESEÑAS - OPINIÓN

 



PATIO DE ATRÁS, de María Amelia Díaz

 

 

             Tarea harto ambiciosa reseñar una obra de María Amelia Díaz. Su escritura propone dinámicas lecturas y acredita diferentes enfoques, otorga multiplicidad de criterios, expone un acertado manejo del vocabulario rioplatense –por momentos dialogante y confidencial– y una armonía impecable para sostener en el escenario figuras poéticas y mensaje.

             En la geografía de Patio de atrás transcurre un sentido de pertenencia que dispone paralelos con el significativo interior, el hogar la casa los recoge con dulzura, padres hijos nietos, //y los que marcharon obligados hoy están presentes,  apenas a  pasos de ese carmen de césped y pedacito de cielo, simbolismo avant la lettre.

             En el afuera de ese interior doméstico, torre maciza,  se abre un microcosmos de colores, trinos, aromas; universo que la autora quisiera vestir -y desvestir- de la manera más aguda si mis palabras fueran, si tuviera palabras luminosas para anunciar este cielo desnudo, bruñido, vidrio iluminado, en referencia a aquellas que permanecen no por breves instantes de vuelo, tras una inspiración, sino germinadas en fruto y flor y pueden tocarse, asirse y guardarse plus ultra del verso.

              Remontándose a un tiempo nunca dejado, infancia, mi risa pequeña atravesaba el aire (XXXII) donde cruzaban los duendes y las constelaciones del zodiaco (XXVIII),   juventud, temprano, mientras la mañana salía a recibirme, con el guardapolvo blanco doblado bajo el brazo y las ganas de cambiar el mundo desde una inocente pizarra (Poema XX) hasta el presente batallar, el patio goza de imágenes en dinámico avance, bailes, amores, lejanías, pérdidas, proyectados todos ellos en una escenografía donde hasta las cerámicas parecen percibir los pasos que sobre ellas se dieron/se dan.

              La vida cotidiana, las celebraciones la casa huele, olió a pan dulce y a lechón adobado, y en la mesa del patio, cubierta con mantel de fiesta, se mezclan sin complejos las botellas de sidra y de champagne rosado; el ocio, la reflexión, las reconciliaciones la familia se encuentra se encontró después de las desavenencias (XIV); el disfrute, los insomnios las inspiraciones que pronostican las lecturas me sirvo un libro de poemas. Y leo (XXX), los escritos en torno al dialecto de la naturaleza en notable disposición de tiempos de verbo donde el presente no deja de enlazarse con el pasado.   

              Poemas de fino sensualismo, como si el patio se abriera a los secretos del gineceo, el pétalo sumiso de una amapola labio pintado de rojo que besa la mañana una gota de rocío tiembla   (IV) // primero lució un tenue camisón de lilas quebradizas hasta que el sol vino a vestirla toda ella de raso amarillo. Así está ahora, luminiscencia dorada, tumbada en el patrio como una muchacha con los ojos cerrados abre los brazos para que su piel se dore (XVI) o el poema XXII, de tropos singulares abrieron sus flores de moaré rosado.

               Identidad constante hoy mi patio amaneció dormido una cobija de niebla abriga el patio y esa tristeza amorfa de garúa tan paisaje tan de repente buenos aires // bostezaba aún entre las sábanas de nieva hubo que salir a barrer las hojas secas  y sacudirle esa tristeza gris con que se arropa (VI) conservada en todo el corpus, sostenida sustancialmente en un continuo saberse, incluso como si se magnetizara en flora para seguir buscándose con esa sabiduría que nos llega siempre desde los sentidos, camino descalza // las plantas de mis pies aplastan con goce la blandura carnosa // le recuerda aquí estoy a la memoria, le describen el mundo con su mirada de piel siempre allá abajo, para rematar los pies también dicen yo soy ,me nombran bajo la morbidez azul de las bignonias. (VII).

               El poema XXIX contiene lo que podría denominarse galería de diminutivos, palabras de imagen mínima que aportan el clima real en torno al mensaje las hormiguitas trazan corredores entre las minúsculas hojas del pasto,//por lo que van dejando palitos, recortes de hojas verdes// estilo que gravita en varios rincones del poemario y que contagia la ternura del diminutivo, los bichos bolita escondidos debajo de las macetas, pequeños dragones pardo verde (V), caminitos de caracoles (XV) debajo del vestidito recién almidonado (XXVIII).

               M.A.D. acerca una explanada abierta e íntima –antítesis como la vida misma– donde el yo poético y el yo lirico se consolidan sin perder sustancia propia, nutriendo lo espiritual, la savia interior, la fructificación habitada por sonidos personales y exponiendo un estilo potente, capaz de atrapar el cuadro, el aroma del instante. Asimismo encuentra un registro poético que remonta a voces notables, un lenguaje de lucidez que explaya lo social a través de cabales metáforas.

                La autora invita a esa región en la cual, quizá porque los patios carecen de espejos, los lectores puedan encontrarnos a sí mismos mirándose hacia adentro, inclusive adueñarse del entretejido de interiorismo singular que allí alumbra. El patio, entonces, será/es un cosmos de dimensiones infinitas, abiertas, un génesis maternal –tal como la patria que nos pertenece y de la que es imposible exiliarnos– y fraterno una mano se alarga y toma el mate de otra mano, forman parte de la ronda como un anillo liso de la historia (VIII), verdadera recreación de comunidad, bien hallada en el barrio–patio donde una procesión de patios enciende sus lámparas penitentes condenados a la inmovilidad  del cemento (XI).

           Finalmente, la invitación indeclinable para abrazar la vida bajo un cielo que no se entolda y donde una mujer con ojos de gorrión gozó/goza de la verde verde verde mansedumbre del patio. Y la poesía.

                                                                                                                    María Rodríguez-Cazaux

 

Primavera 2020

 

Patio de atrás (2020)

Alción Editora

miércoles, 4 de noviembre de 2020

POEMAS ENCONTRADOS







1


es primavera en Buenos Aires
y andas triste 
andas triste y solitario y triste

lejos
acuchillado de estertores
campesino bajo un cielo de diamante

tullido de sueños
triste triste como un ángel de pena en rebeldía

mis ojos arengados de dulzores
se abren a tu herida hortelano

con qué gozo tu mano triste triste
sobre el latido de mí pecho extendería.



I

"...y mis ojos arengados de dulzores/se abren a tu herida hortelano/
con qué gozo tu mano triste triste/ sobre el latido de mí pecho extendería".


hortelano sin huerta 
sin tierra 
donde esparcir 
pasional semilla 
cegado 
por el resplandor de la tristeza 
ausente de la caricia 
que apura la sangre 
resiste la oscuridad 
de la desolación 
la espera se queda 
con el ánimo 
la soledad de vos 
destruye a su paso 
la cosecha
            el sudor 
                            la esperanza. 







2



voy a vos
continuamente
cada día
pensamiento al nordeste de mí pecho
como un canto amoroso
ni la rosa de los vientos
me desvía
voy a vos
al regazo de tu aliento
al vaivén nacarado de tu nave.



II
 

"...voy a vos/ al regazo de tu aliento/al vaivén nacarado de tu nave".



El puerto sin barcos despertó confundido por la niebla 
cuando se disipó miró alrededor 
                                      y pensó que estaba muerto. 

La muerte, también pensó que era un puerto sin barcos. 
Entonces ambos entendieron sin hablarse
el sentimiento común de lejanía 
y encarna cuando se diluye el alma al despertar entre la bruma. 

Allí nada se esconde 
porque todo se ha ido 
y el destino no está en ninguna carta 
ni brújula 
ni brisa en la cual dejarse llevar 
para no ser barco sin puerto 
ni muerte desolada por la partida. 




I y II Poemas inéditos de Osvaldo Víctor Fernández.

1 y 2 Poemas inéditos de Marita Rodríguez-Cazaux.


***

lunes, 26 de octubre de 2020

POESÍA CONTEMPORÁNEA

 

MARCELO BRENTA





REGRESO 






Camina 
empedrada 
calle del pasado

Añejos paraísos 
dejaron morir 
su sombra en la vereda 

Barrio gris 
empobreció 
el brillo ausente 
de la inocencia 

Reencuentra 
antigua casa 
antiguo refugio 
de algarabía 


Sortea 
oxidada reja 
traspasa el yuyal 
que abate el jardín 

Más allá 
extenuado ventanal 
sostiene 
raídos postigones 

El portal 
tapia 
lejano desamparo 

Golpea la puerta 
del recuerdo 
y el eco 
ensordece la memoria 

Sentada en el umbral 
moribunda infancia 
le devuelve la mirada 


                     Ensayó 
                                 – tantas veces – 
                         el regreso 


***


LLAVE






Abriré 
el cofre 
del destino 

Con mi llave 
    quebrada 
            oxidada 
                   corroída 

Despojado de 
solemnes mandamientos 

Envuelto en celo 

Hurgando amaneceres 

Deshilachando recuerdos 
Desdibujando historias 
Combinando desencuentros 

Buscando 
                        distraer al tiempo 


***


NAUFRAGIO






Doliente soledad 

No fue balsa 
para un cuerpo 

Cruenta pesadilla 
navegando 
rumbos indecisos 

El tiempo discurría 
y el muelle 
se hizo eterno 

Aferrado 
a los restos 
de un delirio 

Hambriento de ilusión 
Ahogado en llanto 
Desnudo de latidos 

Ausente de voces 
y silencios 
se dejo llevar 
                sin destino 

Naufragó 
Abandonó su alma 


***


OTOÑO






Sobre el pasto oxidado 
de mi otoño 
deambulo cauteloso 

Las hojas caen suave 
y cubren este atardecer 
de ocre desazón 

Desmadejado sol 
no alcanza a cobijar 
esmerilados sueños 
y un frescor envolvente 
reduce aún más 
las esperanzas 

Susurra el viento 
melodías apacibles 
llamando ángeles 
a mi búsqueda 

Mis ramas resecas 
  quebradas 
                  sin fuerzas 
luchan subsistir 
con lágrimas de savia 
que discurren mi existencia 




Marcelo Carlos Brenta (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
De profesión abogado, ejerce en la actividad privada, en el ejercicio profesional independiente y como “abogado social” hace veintidós años brindando servicios jurídicos gratuitos a personas en situación de calle.
Actualmente dirige un equipo de siniestros en una aseguradora líder del mercado.
Durante la adolescencia participó en el taller literario dirigido por Enrique Blanchard. Desde entonces escribe bajo el seudónimo Juan Bautista Rioboó,  personaje sensible con quien, según el autor, jugamos a escribir.
Practica percusión afrolatina recorriendo algunos países latinoamericanos tras la huella del tambor.
Uno de sus hobbies es trabajar la madera y reciclar muebles.
Recorrió en dos oportunidades el Camino de Santiago en bicicleta.

 



*Al autor pertenecen todos los derechos y atribuciones sobre las obras publicadas en el presente blog.

Imágenes: Internet

domingo, 25 de octubre de 2020

POEMAS DEDICADOS


AMADEO V. GRAVINO



POEMA DE PANDEMIA IV


                                 Para mi querida amiga Marita Rodriguez-Cazaux 


aquí estoy
parado en medio de la vida,
vencido,
sufriendo decepciones, 
penas,
dolores, 
golpes:
¿"los golpes" del poema de Vallejo?
aquí estoy,
en medio de la vida
abandonado,
triste,
solo,
vagando en el infierno,
en el mar de Virgilio,
derrotado:
llorando una elegía,
un bolero,
un tango...



(Poema que era inédito)