AL RAS DEL TRINO
Prólogo
Por Marita Rodríguez-Cazaux
Me llevó a preferir este título, la
gigante infinitud del vuelo que rasa la atmósfera de las obras que componen
este poemario y que rememora aquella deliciosa descripción del aleteo del amor,
"L'amour est un oiseau rebelle"; famosa Habanera que entona
Carmen, en la ópera de igual nombre, el tibio aleteo que producen los compases
y la voz, la musicalidad del trino del ave, apenas posado, inquieto y rebelde,
envolviéndolo todo.
Sin duda, al encuentro con este latir
sobre un espacio hondo, acrisolado, acude la inspiración de tantos autores
nóveles que integran esta poética, y es de celebrar que sus obras rasen tan
acompasadamente la altura justa del universo interior, la sutilísima presencia
mínima sobre un máximo cosmos.
Para este mágico instante que engendra
poesía, son válidos los numerosos recursos literarios de moderna visión y los
versos de clásica métrica; la prosa
poética emanada como fluir de conciencia o proyectada en armado impecable, la
dureza de la metáfora, la áspera realidad o la transparencia de un silogismo,
lo etéreo, lo lúdico, lo carnal. Todo es válido para llegar al gozo, al regocijo
que contagia un bello trabajo poético.
Sería también oportuno detenerse en el
secreto que orienta este vuelo sin torpeza de elevación o de descenso, y
llamarlo, sin lugar a dudas, “oficio de poeta”.
El oficio como artesanía, como ceremonia
de trabajo, con perseverancia de hortelano en propia huerta. Cultivar la palabra y trabajar sobre
ella, para que logre despertar el gozo, el temor, la inquietud, la dicha, la
pasión. Para que alcance los sentimientos de cientos que la encuentren a su
paso y, que a través de ese contacto habrán de tentarse en ahondar preguntas y respuestas sin fronteras.
Al fin, el afán imprescindible que hace que el hombre y la
mujer manifiesten su propia voz para
contener multiplicidad de voces y transiten sus caminos más encerrados para
libertar cientos de pasos. Entren y salgan de sus sombras entre tantas sombras
como pueblan las dimensiones reales e imaginarias. Bajen a tapiados pozos en
rescate de submundos que piden respirar el aire del pájaro libre.
Ese
escenario deslumbrante late encerrado en este fantástico poemario y a sus
talentosos autores, se adeudará pues, la acústica del trino gigante de todas
las aves que rasan las fronteras humanas.
Ayacucho 357 - CABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario