En
el tiempo muerto de una excusa
he
perdido tu voz.
Quedaste
lejos, como siempre estabas.
No encontré el espacio ni la cita
que
tentara a orillar la confidencia
y
en tu mezquina huerta mi mirada
alcanzó
el universo del silencio.
Me pregunto algunas veces cuál ha sido
el
milagroso momento en que no quise
seguir
atada a tu presencia laxa.
* * *
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