jueves, 9 de agosto de 2012

PESTAÑAS PARA ADENTRO

Pestañas para adentro yo me guardo un mundo.
Es un inmenso planeta iridiscente
y un callejón de pared apuntalada
que no tiene esquinas ni recodos.
Hay un río castaño que cruza por la calle
y el empedrado oleaje del mosaico bate
en un celtíbero latir aporteñado.
Hacia el Oeste un sentimiento trunco
pone barreras a un tren que nunca llega
y por el Sur el corazón se nubla
del descarnado recuerdo de la guerra.
Andando por el mar de mi paisaje
que a cientos de kilómetros me nace
hay una casa blanca de ventanas abiertas,
huertas sin tapias y abordaje
a los veranos alegres de la infancia.
Más allá, hay médanos de sueños,
mediodías de perfumada siesta
y secretísimos secretos no contados
bajando por estrechas escaleras
con pasos de tarde enamorada,
que en profético ocaso se marchita.
 
Cuánto de mí detrás de mis pestañas,
- cuánto de vos, amor, si lo supieras-.

***





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