Un caballero sin lanza, sin yelmo y sin escudo
ha llegado esta mañana de imprevisto
a adueñarse del huerto de mi alma.
Vino de lejos porque los ojos tiene
cubiertos de las nieblas del camino
y en la boca la sonrisa como un mito.
Crepúsculos inciertos lo orientaron
-epifanía de amor inesperada-
hasta el primer escalón de mi morada.
Y osado de dulzuras me ha nacido
por el fulgor del metal de sus acentos
un jazmín nuevo de almíbar perfumado.
Caballero sin yelmo y sin espada,
sin lanza, sin escudo y sin batalla
toda mi alma volvió huerto enamorado.
- Epifanía de amor inesperada -
Y una caricia de primavera talla
sobre mi cuerpo de inviernos despojado.
ha llegado esta mañana de imprevisto
a adueñarse del huerto de mi alma.
Vino de lejos porque los ojos tiene
cubiertos de las nieblas del camino
y en la boca la sonrisa como un mito.
Crepúsculos inciertos lo orientaron
-epifanía de amor inesperada-
hasta el primer escalón de mi morada.
Y osado de dulzuras me ha nacido
por el fulgor del metal de sus acentos
un jazmín nuevo de almíbar perfumado.
Caballero sin yelmo y sin espada,
sin lanza, sin escudo y sin batalla
toda mi alma volvió huerto enamorado.
- Epifanía de amor inesperada -
Y una caricia de primavera talla
sobre mi cuerpo de inviernos despojado.
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