jueves, 9 de agosto de 2012

He de cruzar la orilla para tenerte
esta noche en mi abrazo, Amada mía.

A tu abrazo me incitan Venus y Hermes,
no habrá mar de bravura que nos separe.

Abidos y Sestos están distantes
a un palmo de tu cuerpo Amada amante.

Rasga la red salada del Helesponto
sobre la ruta blanda hasta mi cuerpo.

La luz de fuego agita sobre la noche
un oleaje dócil hasta tus carnes.
 
Tempestad de tragedia, dioses profanos,
Que por celos separan
Amor y Amado.

Un estertor de muerte ahogó mi pecho
Y amordazó la boca que te llamaba.

Sobre la arena yaces como en un lecho,
tu cuerpo es el sepulcro de mi deseo.

En un dolor errante sobre la orilla
He de llegar Amada a tu cintura.

   Despeñado mi cuerpo, de brillo ausente
un pedazo de cielo en mi ventana.
 
Trágico aullido clama desde la torre
cuando la muerte abrazan
Hero y Leandro.



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