Bajamos por la calle. Se deshilaba aún la tarde fresca.
Iban mis pasos por el declive en despedida, atenazados
de inquietud. De húmedo adoquín la lejanía
cortaba en sesgo la sombra de los cuerpos.
Recuerdo que sorteamos unas baldosas rotas.
No volví a aquella calle. Nunca quise
caminar otra vez la pena estrecha
de una vereda rota.
* * *
Llueve invierno en la calle.
Espejos de pena se refractan
en la esquina del encuentro y ahora, es nunca.
Un tiempo de distancias me amordaza
el secreto de la risa. Nadie puede, como vos,
armar castillos de sonrisas sobre la mesa de un bar.
Ni trepar de dos en dos los acentos,
hasta el desván de mi alegría.
Ahora es nunca. Ahora nadie.
La lluvia, solamente.
* * *
"Poemas de doble faz"
M.R.-C.Derechos Reservados 2010
Imagen: Internet
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