martes, 7 de mayo de 2013

IDEA VILARIÑO

TE ESTOY LLAMANDO

Amor, 
desde la sombra
desde el dolor 
amor,
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor 
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo 
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.


Poesía de absolutos, “Sólo escribo en el colmo de las vivencias. No sé hacerlo de otro modo”, alejada de la indefensión de su sexo, de la dependencia de un mundo patriarcal, Idea Vilariño sólo teme a la mentira, huye de la resignación y propone un ansia de acceder a “el loco amor/ que todos/ o algunos/ siempre/ tras la serena máscara/ pedimos de rodillas”.
 

La vida es “como un jazmín liviano
que cae sosteníendose en el aire,
que cae cae,
cae”.



Su poesía amorosa, ampliamente celebrada, traza una comunicación honda entre el éxtasis del amor y un erotismo delicado y audaz.
 

Abrazo sin piedad,
beso sin tregua
alcanzará su colmo
si aflojara”



“Tal vez tuvimos sólo siete noches
No sé
No las conté,
Cómo hubiera podido”



El deseo de verte,
que me mires
en tu mirar aquel
en tu mirada aquella […]
En nuestro amor mirándonos”.


La conciencia de la muerte, la finitud de la pasión, las rebeldías asumidas y la intensidad del deseo configuran su poesía, despojada, áspera, en la que más que hablar de soledad y abandono, los respira, los toca, los padece en cada línea de una biografía silenciosa cuyos capítulos son los paraísos perdidos o distantes: la infancia, el amor, un mundo menos desolado.
 

Ya no soy yo ni nadie.
Estoy deshecha, muerta.
No soy nada”.



Ver a los otros y a uno mismo
Caminando a la muerte”


Cuando compre un espejo[…]
y me diré ésa soy
ésa es Idea
y le sonreiré dándome ánimos”.



Para medir altura y hondura en los temas que la llevaron a una terca actitud de mirar esos límites con valor, sin engaños, un fragmento de su poema “Vietnam”

Con los brazos atados a la espalda,
un hombre,
[…] un rostro algo vacío
con los brazos atados a la espalda

 lo hundían en el agua de aquél río
-un rato nada más
lo estaban torturando no matándolo-
con los brazos atados a la espalda
[…] le pateaban el vientre, los testículos,
se arrollaba en el suelo
lo pateaban.
Ahora mismo,
hoy,
lo están pateando”.


"En lo más implacable de la noche" Antología  - Ediciones Colihue
"Obras completas de Idea Vilariño" Edición Uruguaya


Otra vez, tal como Idea


Otra vez, como Idea,
sin que me caiga la venda de los ojos,
cruzo el umbral para tender perdones
en la cuerda estirada de tu patio.
Abro la puerta otra vez, tal como Idea,
para dejar que la luz entre en el cuarto
y barra la pena debajo de la cama.
Y salto el escalón de la tristeza,
quebrado el cuerpo en deshilar amores
con el mismo desdichado paso
por la rayuela que lleva hasta Infierno.


M.R.-C.

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