lunes, 19 de octubre de 2020

POETAS RUSAS - ANNA AJMÁTOVA - CORRIENTE ACMEÍSTA


Acmeísmo


El acmeísmo o akmismo fue una corriente literaria poética rusa que surgió en la década de 1910, durante la llamada Edad de Plata de la literatura rusa, en oposición al simbolismo ruso. La denominación, que proviene del griego άκμη, acmé, es decir, "apogeo" o "cumbre", pero también "madurez" y sus poetas adeptos defienden ante todo la claridad y la sobriedad.



Anna Ajmatova 1913-1914 por Savely Sorin.

Los acmeístas reprochan a los simbolistas su gusto por la incomprensibilidad y el hermetismo, así como su vaguedad expresiva y sus ensoñaciones de otros mundos; por el contrario, los acmeístas aspiran a un lenguaje claro, concreto y preciso, desean hablar de la Tierra y del hombre actuales unidos en uno. A diferencia del simbolismo ruso, el acmeísmo se empeñó en reemplazar el hermetismo, la polisemia, la vaguedad y el misticismo de aquel con un lenguaje cincelado en la claridad y ajuste con lo retratado, simple, concreto y directo para llevar a su apogeo la dimensión poética de lo cotidiano. Querían equilibrar la estructura formal del poema mediante un lenguaje fresco y significativo, buscando la aproximación a la realidad sin la mediación de recursos retóricos vagos propios de la poesía como el símbolo o la metáfora, devolviendo al lenguaje la pureza pusjiniana. Gustaban asimismo de llamarse «adanistas», por su aspiración a lo fuerte, lo claro, lo viril, lo simple, lo primitivo y directo. Critican el ocultismo y el aspecto religioso del simbolismo y rechazan su aspiración al conocimiento de verdades ocultas y del más allá. Por eso esta estética se denomina también "neoclasicismo", "adanismo" y "clarismo".​


El poeta Osip Mandelshtam en 1914

Los impulsores del acmeísmo se agrupaban en torno al llamado Gremio de Poetas (Цех поэтов) y la revista Apollon. Ya en 1910 Mijaíl Kuzmín ayudó a dar a luz al movimiento acmeísta con su ensayo Sobre la hermosa claridad, en que deploraba los «ornamentos cósmicos incomprensibles y oscuros» e instaba a los escritores a ser «lógicos en la concepción y construcción de la obra, en la sintaxis... que amen al mundo, como Flaubert, y sean económicos en los medios y tacaños con las palabras, precisos y genuinos, para encontrar así el secreto de algo asombroso -la bella claridad-, que me gusta llamar "clarismo"». El nacimiento de la estética fue proclamado sin embargo por Gumiliov el 1 de marzo de 1912 y en diciembre del mismo año, Gumiliov y Gorodetski hicieron conocer sus manifiestos acmeístas en un cabaré de San Petersburgo donde se reunía la bohemia artística de la ciudad, «Para el perro callejero». El primer número de la revista Apollon publicó el manifiesto desde enero, en el primer número de 1913, con el título "Los preceptos del simbolismo y del acmeísmo". En él se juzga que las últimas obras de los simbolistas carecen de valor, y se reprocha a sus representantes envolverse en la «toga de la incomprensibilidad». El acmeísmo se opone a las ensoñaciones de los simbolistas sobre otros mundos encarnando los valores estéticos, metafísicos y éticos universales en una aprehensión carnal, directa y sensual de la realidad. Los acmeístas se reclaman de Alexander Pope, Théophile Gautier, Rudyard Kipling, Innokienti Ánnienski y del círculo Parnasiano. Como es natural, el manifiesto provocó el rechazo de los simbolistas, plasmado en el artículo de Aleksandr Blok «Без божества, без вдохновенья» ("Sin deidad, sin inspiración").

Los representantes del "Gremio de poetas" organizaron reuniones literarias y editaron la revista de crítica y poesía Гиперборей ("Hiperbórea"), 1912-1913, que dio a luz 10 números en total. A partir de octubre de 1912 también se solían reunir los viernes en el apartamento de Mijaíl Lozínskiy (1886-1955). Pero el gremio se desintegró en 1914. En 1916, por iniciativa de Georguíy Ivanóv y Georguíy Adamovich, se formó un segundo «Gremio de los poetas», que tan solo existió alrededor de un año. La tercera unión fue organizada por Gumilióv en 1920. Pero a causa de la persecución comunista, la gran mayoría de los miembros de este grupo emigró del país y hasta mediados de los años 20 apoyaron las actividades del gremio, pero desde ciudades tan distantes como Berlín y París. Sus representantes fueron desapareciendo bajo el yugo del régimen: los poemas de Ajmátova fueron prohibidos y ella, acusada de traición, fue inmediatamente deportada; su primer marido, el también poeta y fundador del movimiento acmeísta Gumiliov, terminó fusilado. Su segundo marido murió extenuado en un gulag, y Mandelshtam no corrió mejor suerte al ser denunciado y arrestado en 1934 por escribir un poema contra Stalin, de forma que fue condenado a tres años de destierro en los Urales y deportado después a Kolymá, donde moriría en un gulag en 1938.

A finales de los años 1910, pues, el movimiento se había dispersado, aunque sus poetas representativos conservaron los rasgos estéticos del acmeísmo en sus obras posteriores y esta corriente fue una de las más influyentes de la poesía rusa.
Nómina[editar]

Los líderes de esta estética fueron Nikolái Gumiliov y su esposa Anna Ajmátova, Serguei Gorodetski,  Ósip Mandelshtam, Mijaíl Kuzmín y Georgy Ivanov.
Atardecer (1912) y El rosario (1914), de Ajmatova, o Piedra (1913) y Tristeza (1922) de Mandelstam son algunas de las obras más relevantes del movimiento.


ANNA AJMÁTOVA

Anna Andréyevna Ajmátova (ruso: Анна Андреевна Ахматова), de soltera Górenko (Bolshói Fontán, cerca de Odesa, 1889 / Domodédovo,, Moscú, 1966).
Destacada poeta rusa que junto con Nikolái Gumiliov y Ósip Mandelshtam, fue una de las figuras más representativas de la poesía acmeísta de la Edad de Plata de la literatura rusa.
Anna Ajmátova con su marido Nikolái Gumiliov y su hijo Lev, entre 1913 y 1916.



Hija de una noble familia de origen tártaro su infancia no parece que fuese muy feliz. Sus padres se separaron en 1905. 
Anna comenzó a escribir poesía a la edad de once años. Como su padre no quería ver ningún verso impreso bajo su "respetable" apellido, ella decidió adoptar el de su bisabuela tártara, Ajmátova, como pseudónimo.

Estudió derecho, latín, historia y literatura en Kiev y en San Petersburgo. Allí se casó en 1910 con Nikolái Gumiliov, poeta famoso, promotor del acmeísmo, corriente poética que se sumaba al renacimiento intelectual de Rusia a principios del siglo XX

Los acmeístas rompían con el simbolismo, de carácter metafórico, y restablecían el valor semántico de las palabras. En esta línea Anna publicó en 1912 su primer libro de poemas titulado La tarde. En ese mismo año nació su único hijo Lev, que se convertiría en un famoso historiador neoeurasianista. El matrimonio de Anna y Nikolái duró desde 1910 hasta 1918.

En 1910-1912 viajó a Italia y Francia, visitando París dos veces. Conoció a Modigliani, quien influiría en su perspectiva.

Más tarde Ajmátova se casó con el prominente asiriólogo Vladímir Shileiko (1918-1922) y poco después con el historiador de arte Nikolái Punin (1922-1938). Borís Pasternak estuvo enamorado de ella, pero Anna rechazó su proposición.

Sus primeros escritos parecen intuir la gran soledad en la que se verá sumergida años más tarde, después de las trágicas consecuencias de la Revolución Rusa de 1917. Tras ella, Anna se verá afectada, ya que en 1921 su primer marido Nikolái Gumiliov fue acusado de conspiración y fusilado. Más tarde, su hijo fue también arrestado y deportado a Siberia. Y su último marido, Punin, murió de agotamiento en un campo de concentración en 1938

Los poemas de Anna se prohibieron, fue acusada de traición y deportada. Por temor a que fusilaran a su hijo quemó todos sus papeles personales. En 1944 pudo regresar con su hijo a Leningrado, ciudad devastada tras el asedio nazi.

Sin amigos cercanos, pues habían sido represaliados o emigrado, comenzó a ganarse la vida traduciendo a Leopardi y publicando ensayos, entre los que destacan los brillantes ensayos de Aleksandr Pushkin, en periódicos escolares. 

En 1945 el joven intelectual británico Isaiah Berlin quiso visitarla antes de regresar a Londres. Ese encuentro se prolongó durante veinte horas, durante las que Anna le leyó sus poemas y se sinceró con él aunque este proceder tuvo trágicas consecuencias y su hijo volvió a ser encarcelado durante diez años. En esta oportunidad la escritora se negó a silenciar su voz y siguió adelante con su poemario más importante, Réquiem, en el que explica que en aquella Unión Soviética los únicos que estaban en paz eran los difuntos y que los vivos pasaban su vida yendo de un campo de concentración a otro. El libro fue publicado sin su consentimiento y conocimiento en 1963 en Múnich.

El 14 de agosto de 1946, el Orgburó del Comité Central del PCUS aprobó una resolución1​donde se criticaba la labor de las revistas literarias «Zvezdá» y «Leningrado» en las que, entre otros, publicaban sus obras el escritor Mijaíl Zóschenko y Anna Ajmátova. Acto seguido, el ideólogo del PCUS Andréi Zhdánov pronunciaba un discurso, titulado Informe sobre las revistas «Zvezdá» y «Leningrado», con una feroz crítica de la obra de Zóschenko y Ajmátova. La poeta fue calificada por Zhdánov como "una representante del pantano literario reaccionario apolítico" ("одним из представителей этого безидейного реакционного литературного болота").2​ El 4 de septiembre, Ajmátova y Zóschenko fueron expulsados de la Unión de Escritores Soviéticos lo que conllevaba la prohibición de la publicación de sus obras y la denegación de las cartillas de racionamiento en un Leningrado devastado por la recién acabada guerra.

En 1962, Ajmátova estuvo propuesta al Premio Nobel de Literatura, pero no lo consiguió.

En 1964, en honor a su 75 cumpleaños, se realizaron nuevos estudios y se publicaron nuevas recopilaciones de sus versos. Ese mismo año viajó a Taormina (Italia), donde recibió el Premio Internacional de Poesía y en 1965 fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Oxford. Viajó a Gran Bretaña con escala en París y se publicó en Moscú El correr del tiempo (1909-1965), un balance incompleto (y censurado) de su obra.

Sus últimas piezas, compuestas en ritmo y sentido neoclásico, parecen ser la voz que reflejaba lo mucho que había vivido. Durante su estancia en Komarovo fue visitada por Joseph Brodsky y otros jóvenes poetas, que perpetuaron las tradiciones de Ajmátova en la poesía de San Petersburgo en el siglo XXI. También tradujo las obras completas de Rabindranath Tagore en ocho volúmenes, al ruso.

El 5 de marzo de 1966 Anna murió de un infarto en un sanatorio de las afueras de Moscú y es enterrada en Komarovo. Su obra, traducida a un sinnúmero de lenguas, solo apareció íntegra en Rusia en 1990.

El poeta Joseph Brodsky la definió en estas líneas, "Su sola mirada te cortaba el aliento. Alta, de pelo oscuro, morena, esbelta y ágil, con los ojos verdosos de un tigre polar, durante medio siglo la ha dibujado, pintado, fotografiado, esculpido en yeso y mármol, un sinnúmero de personas, empezando por Modigliani. Los versos dedicados a ella formarían más volúmenes que su obra entera".



DEDICATORIA

Las montañas se doblan ante tamaña pena
Y el gigantesco río queda inerte.
Pero fuertes cerrojos tiene la condena,
Detrás de ellos sólo «mazmorras de la trena»
Y una melancolía que es la muerte.

Para quién sopla la brisa ligera,
Para quién es el deleite del ocaso –
Nosotras no sabemos, las mismas por doquiera,
Sólo oímos el odioso chirriar de llaves carceleras
Y del soldado el pesado paso.

Nos levantamos como para la misa de madrugada,
Caminábamos por la ciudad incierta,
Para encontrar una a la otra, muerta, inanimada,
Bajo el sol o la niebla del Neva más cerrada,
Mas la esperanza a lo lejos canta cierta…

La sentencia… y las lágrimas brotan de repente,
Ya de todo separada,
Como arrancan la vida al corazón, dolorosamente,
Como si hacia atrás la derribaran brutalmente,
Pero marcha… vacila… aislada…

¿Dónde están ahora aquellas compañeras del azar,
De mis años de infierno desnudo?
¿En la borrasca siberiana cuál es su soñar,
Qué imaginan en el círculo lunar?
A vosotras os envío mi adiós y mi saludo

Traducción de Jorge Bustamante García


EL POETA

Piensas que esto trabajo, esta vida despreocupada
Escuchar a la música algo y decirlo tuyo como si nada.
Y el ajeno scherzo juguetón meterlo en versos mañosos
Jurar que el pobre corazón gime en campos luminosos.
Y escucharle al bosque alguna cosa y a los pinos taciturnos ver
Mientras la cortina brumosa de niebla se alza por doquier.
Tomo lejos o a mi vera, sin sentir culpa a mi turno
Un poco de la vida artera y el resto al silencio nocturno.

Traducción de Rafael Alberti


ESTAMOS TAN INTOXICADOS UNO DEL OTRO

Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección.
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una cadena bendita
Miramos en él, como en un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.

Traducción de Jorge Bustamante García


LA MUSA

Cuando en la noche oscura espero su llegada,
Se me antoja que todo pende de un hilo.
¿Qué valen los honores, la libertad incluso,
cuando ella acude presta y toca el caramillo?
Mira, ¡ahí viene! Ella se echa a un lado el velo
Y se me queda mirando larga y fijamente. Yo digo:
«¿Has sido tú la que le dictó a Dante las páginas sobre el infierno?»
Y ella responde: «Yo soy aquella.»

Traducción de María Teresa León


PARA MUCHOS

Soy vuestra voz, calor de vuestro aliento,
El reflejo de todos vuestros rostros,
Es inútil el batir del ala inútil:
Estaré con vosotros hasta el mismo final.

Y por eso me amáis ávidamente,
Con todos mis pecados y flaquezas,
Y por eso me entregasteis sin mirar
Al mejor de todos vuestros hijos,
Y por eso no me preguntasteis
Por ese hijo ni una sola vez,
Y llenásteis con el humo de alabanzas
Mi casa ya vacía para siempre.
Y dicen que más estrechamente ya no es posible unirse
Y que más irreversiblemente ya no se puede amar…
Como la sombra quiere separarse del cuerpo,
Como la carne quiere separarse del alma,
Así deseo yo que me olvidéis vosotros.

Traducción de María Teresa León

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