ALBERTO BRÓCCOLI, por Germán Cáceres
(16/2/1943-25/10/1985)
“aunque uno maldiga al cielo y a los `cierres`
porque siempre falta tiempo para terminar de dibujar, para esa imposible
perfección, salimos a la cancha todos los días. Y a opinar sobre cualquier
cosa. ¿Y cuánto vale eso, eh, Broc? ¿O no era eso ser un dibujante? Esa es la
humilde omnipotencia que disfrutamos.”
Caloi:
Carta abierta a Bróccoli
Nació
y murió -a los cuarenta y dos años- en
Adrogué, Provincia de Buenos Aires. En 1965 comenzó a trabajar en las revistas Tía Vicenta y Adán, y entre 1968 y 1971 tuvo a su cargo la sección de caricaturas
políticas de Panorama. En su intensa
carrera profesional colaboró en La Hipotenusa, Rico Tipo, Satiricón, Mengano, Atlántida,
Semana Gráfica, Vosotras, Corsa, Claudia, Hortensia, Para Ti, Autoclub, Somos,
Primera Plana, Libro Elegido, Gente, La hora del lunes, Siete Días, Tiempo
Argentino, Clarín y La Nación. En el libro El Brócoli no se come, donde reunió algunas de las
producciones realizadas entre los años 1970 y 1977, reconoce: “¡Cómo había
trabajado en esos siete años!” Su obra también se publicó en España, Alemania,
Italia, México, Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador. Fue también un estudioso
de su oficio y escribió junto a Carlos Trillo los libros El humor gráfico, El humor
escrito y Las historietas, publicados
en 1972 por el Centro Editor de América Latina.
Juan y el preguntón |
Sus
tres grandes logros fueron Juan y el
Preguntón (1970), El mago Fafá (1973) y Pérez-Man (1979). Pero también abordó con eficacia el humorismo de
cuadro único. Por ejemplo: un psicoanalista le entrega un revólver a su
paciente, que está acostado en el diván. No hay en sus dibujos un énfasis
gráfico, ya que están al servicio del chiste: un automovilista se lleva por
delante el mobiliario de un juzgado y pregunta: “Buenas, jefe… ¿Aquí es el
Tribunal de Faltas?” Como era característico en esa época, toda su producción
–incluyendo la de los tres citados personajes- desborda ingenuidad. Además, en
los años setenta era un lugar común quejarse de la mishiadura (“¡Si supieras al
precio que están los guardaespaldas! Yo apenas si pude contratar a un
guardabarreras…”) Y aunque las modas y costumbres han cambiado mucho en este
siglo XXI, hay agudezas de palpitante actualidad: “Lo que más me fascina de él
es su sensibilidad…cada vez que ve un dólar, lagrimea…”
El mago Fafá |
En
Juan y el Preguntón son evidentes las
influencias de Copi y de Jules Feiffer por su dibujo de simples líneas, que
lleva hasta la más extrema síntesis gráfica. Los dos personajes están de perfil
–uno de pie y el otro sentado-, pero Bróccoli no los identifica. En una tira
ambos protagonistas lo intentan, pero no llegan a ningún resultado concreto y
es tal su confusión que uno va a buscar su cédula de identidad y el otro
telefonea a una clínica para consultar a un psicoanalista. El que está sentado
de perfil frente a su escritorio no se mueve, mientras el que parece un pato
antropomorfizado camina, se desplaza y hasta cambia su forma estirándose o
portando una cola, a la vez que asume distintas actividades: cartero, mozo, vendedor
ambulante, pistolero. Los diálogos no están encerrados en globos, sino que se agrupan
en letras, y con una simple raya señala al personaje que habla.
Pérez man |
La ausencia de
fondos es absoluta, todos son completamente blancos. Siempre se repite la misma
escena: el animalejo permanece frente al hombre sentado. Las conversaciones -que
rozan el absurdo, el rasgo lunático y el nonsense-
proponen trabalenguas, adivinanzas y refranes. En una tira el pajarraco se asume
como periodista y el del escritorio como político y, en definitiva, no aclaran
absolutamente nada: “¿Y usted que opina de…?/ Estoy de acuerdo en todo, menos
en…/ ¿Pero le parece bien que…?/Bueno…No olvide que…/ ¿Pero usted no cree que…?/
Sí. Pero no por esto…” Y en otra, el presunto
pato alza una pancarta en blanco y se establece el siguiente parlamento: “Me
voy a un acto político/ ¡Pero en ese cartel no dice nada!/ Es que yo pertenezco
a la mayoría silenciosa/ ¡Ah…! ¿Y
tienen algún slogan?/ ¡Por supuesto! `El silencio es salud`”. Otra de sus marcas
de fábrica consiste en que visiten la tira personajes célebres, por ejemplo
Olivia y Snoopy.
En Pérez-Man se presenta a un superhéroe
minúsculo, de aspecto vulnerable: tiene dos ojitos y una nariz ancha que le cubre la cara de oreja
a oreja. Usa capa, audífonos con una antena que lo comunica con la Radioreja, pantalones
cortos, una “P” emblemática en su pecho y zapatos enormes. Posee un Pérez móvil
y su ayudante se llama Súper Avit, que es un ridículo pelado con anteojos y
nariz prominente. En su deambular por la ciudad (de la que aparecen sólo
trazos) cita a otros personajes de historieta, como Superman, Tarzán, el Hombre
Araña, la Mujer Biónica.
El pequeño superhéroe reflexiona sobre el país, como si mantuviera un diálogo
con el lector. Menciona las desilusiones del argentino medio (“Últimamente se
oyen con insistencia ciertos términos poco académicos/ `No pasa naranja´,
´Finanzas en rojo…`/ ´Panorama negro´, `Palos verdes`…´/ No recuerdo otra
crisis tan colorida como ésta”) que en la década del setenta –como en 2013-
vivía obsesionado por la economía (“Cuando yo era chico decía que iba a ser
colectivero. Como todos los chicos. ¿No?.../ Porque antes todos los chicos
soñábamos con ser colectiveros/ Menos el gordo Méndez…Jé, Jé…Él decía que
quería ser empresario/ Hoy tiene dieciocho colectivos”.
El mago Fafá es la creación más exitosa de Alberto Bróccoli, tanto que Gente lo mostró en su tapa como uno de
los personajes del año 1974, originó diez cortos de animación para el cine y la
televisión y tuvo su propia revista. No es sólo una caricatura del famoso Mandrake el mago (1934), de Lee Falk y
Phil Davis, sino que constituye una reformulación libre y humorística del
personaje. Es petiso, como aplastado, parece un gnomo grotesco y su galera le
tapa mitad de la cara, ojos inclusive. La boca aparece como una rayita que
registra su expresión. Calza zapatos grandes – como Pérez-Man-, que revelan la
desproporción de los pies respecto a su corta estatura. No hay episodios
aventureros, sino tiras con escasos cuadritos y, a veces, uno solo. Fiel a su
estilo, el autor apenas sugiere los fondos. Los chistes rematan en el último cuadrito
en el que Fafá (muchas veces dirigiéndose al lector) reflexiona en forma
insólita sobre lo que se visualizó anteriormente.
La gráfica de Bróccoli –que
apela como siempre a la esencia - se circunscribe a unas líneas y a varios
negros plenos para señalar la capa y la cinta de la galera de Fafá, que jamás
se la saca: cuando intenta hacer un truco extrayendo objetos o animales recurre
a otra galera y emplea la palabra “¡Jitanjáfora!”, pero la mayoría de sus pruebas
de prestidigitación fracasan y entonces se sonroja. “Chismes del ambiente” es
otra de sus ocurrencias, en las que acude a habladurías maliciosas: ”¿Sabe una
cosa?.../ El hombre nuclear tiene una novia en Atucha…” O “La hermana del Mono Relojero da las doce
antes de hora…” También rinde tributo a la historieta al hacer desfilar a
personajes consagrados como Mickey, Popeye, Toribio, La pequeña Lulú (de la que
comenta “¡Qué bien se conserva!…”) y Margarita, la novia de Donald (oportunidad
en que revela “¡Y pensar que hace diez años fue mi locura!…”) Cuando interviene su ayudante Catuto (que sólo
sabe decir “dunga dunga”) los diálogos se tornan disparatados. Su conejo de la
galera se llama Rodolfo, el genio de la lámpara Felipe y su paloma de la paz -una
desempleada de la ONU-
Florentina.
En
los últimos párrafos, la emotiva carta de Caloi comenta: “Si hasta ese absurdo
viernes 25 en que te fuiste, la muerte era solo un tema para un chiste de humor
negro, hermano”.
Germán Cáceres*, escritor, ensayista, dramaturgo argentino.
Bibliografía
“Alberto
Bróccoli, Catálogo Cuarta Bienal Internacional y Cuarta Bienal Argentina de humor
e historieta, Córdoba, 1979.
Bróccoli, Alberto, ¡Cuánto más Bróccoli mejor! Hyspamerica,
Buenos Aires, 1988.
Bróccoli, Alberto, El Bróccoli no se come. Ediciones Zeta,
Buenos Aires, 1978.
Gociol, Judith y
Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia. Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
http://eloficiodelplumin.blogspot.com.ar:
“Bróccoli, Juan y el Preguntón”.
http://es.wikipedia.org: “Alberto Bróccoli”.
http://lapipel.blogspot.com.ar:
“Alberto Bróccoli”.
http://seleccione.blogspot.com.ar:
“El mago Fafá”.
http://www.todohistorietas.com.ar:
“El mago Fafá, de Alberto Bróccoli”.
http://www.taringa.net: “El mago Fafá, de
Alberto Bróccoli”.
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