PÓRTICO
Bajo el
nombre del primero y del último de sus cuentos, Marita Rodríguez Cazaux, crea y
recrea historias de mujeres y hombres que, en diferentes décadas y en distintos
lugares, discurren la realidad y la ficción de la vida.
Rodríguez-Cazaux
es una escritora de oficio. Sabe narrar con entusiasmo y entusiasma. Tiene el
don de anudar la relación protagonista/lector, de encontrar el punto de la
confidencia entre ambos, tema nada sencillo pues, para lograrlo el escritor debe
“hacerse a un lado”, dejar el espacio libre para mejor cabida de quien
escenifica la historia y quien la lee.
Apasionada
de la lectura, le sabe a tal extremo excitante que una estrofa de un poema, el
párrafo escapado de un libro o una palabra inquieta, la tientan a descubrir
nuevos mundos en ajenos escenarios, rescatar personajes que habitan las páginas de
otros textos y hacer que adquieran diferentes destinos. Para ello,
estrategias, perspectiva, simultaneidad
de acción, contrapunto, registro, fluyen en una técnica narrativa que no pierde
propiedades.
Por esta
vía transitan acierto estético y expresividad de interiorismo, milagro infrecuente en los relatos: lograr que no se
pierda la dimensión de la trama si se los lee a “viva voz” o más aún,
narrándolos, que es el fin más alto y dinámico al que puede aspirar un cuento.
Ser reproducido, celebrado en la palabra que trasciende a la lectura. Evocación
que se multiplica en la voz que cuenta lo que ha leído.
“Del
glamour a la ciénaga” goza de dúctil y sensual energía poética, es decir, de lo
sublime sobre la cotidianeidad. La ironía, el humor, el placer, la tragedia,
rescatados de paisajes rutinarios, llevados al símbolo, a las fronteras del
hombre con notable sutileza. Y, es esa innegable esencia poética es, asimismo,
la más fidedigna definición para su autora.
Por fin
sepa el lector que la presente selección de cuentos, lo convoca como
privilegiado confidente y le destina un disfrute sin mella.
Hilario Fraga Potel
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