jueves, 17 de octubre de 2013

CRÍTICA LITERARIA



“De amores y desamores” 

de Marita Rodríguez-Cazaux



                                         Por Germán Caceres *




En esta impecable selección de diecisiete cuentos, la autora, como afirma Beatriz Isoldi en su magnífico prólogo, “maneja la palabra poética (…) saturada de significación (…) que ahora marca su prosa”. Además, hay que destacar el riquísimo vocabulario que emplea y sus frecuentes citas a la mitología griega.

Una original mezcla de realidad y sueño recorre el texto, creando un universo que tiene leyes propias. En “Duermevela”, la protagonista se sumerge en el mundo onírico; “La ventana azul”, en cambio, representa la pantalla televisiva que Adelina contempla obsesivamente, hasta que decide obviarla y opta por mirar la vida por el ventanal de su casa. “El amor transforma todos los sentidos” relata una misteriosa historia romántica que a tramos está por asumir una clave fantástica. Un acontecimiento maravilloso irrumpe en “Las Musas”, mientras que en “Estaba escrito”, el lector resulta atrapado por una historia signada por el esoterismo y el horóscopo.

Los seductores o amantes inescrupulosos también aparecen en De amores y desamores y son castigados de manera implacable como sucede en el ambiente de harén descrito en “Apenas fango”. Una sutil venganza cargada de ironía ejecuta una escritora en “Una justa decisión”. Es encomiable la tensión narrativa de “Mamá”, que parte de una intriga para, por último, desembocar en la venganza que ejecuta un chico contra su violento padre adoptivo. “La última reencarnación de Edipo” presenta a una madre posesiva que debe darse por vencida frente a un hijo que logra encontrar su destino a fuerza de voluntad y convicción.

Pero como no podía faltar un homenaje a la literatura por parte de esta premiada escritora que se desempeña también como coordinadora de talleres de cuento y poesía, “Eurínome y Ofión” respira por todos sus intersticios el exquisito aroma de los libros: un gran lector termina transformándose en un personaje trágico del ensayo Los Secretos del Olimpo. Y el soplo lírico aflora en “La caja” -que la protagonista extravía- en la cual guardaba los recuerdos de toda su vida. En definitiva, había perdido su pasado, situación que conduce a carecer de presente. “La hora del silencio” es una conmovedora historia de dos soldados que son amigos entrañables: en el citado prólogo Beatriz Isoldi sugiere que “aporta la idea del doble o del amigo imaginario”.

“Enteramenteentera” puede leerse como una irónica referencia hacia las parejas que confunden compartir esfuerzos con dividirse en forma maniática las tareas del hogar. En “Punto de acción”, una mujer decide encontrar un candidato en un supermercado y choca con el frustrante reino del consumismo. “Aritardo Inquino” es un tipo sumamente desagradable que por azar termina ayudando a la justicia. Una intriga irresistible plantea “Como los dijes de tu pulsera”, que concluye con un remate contundente. A su vez, “El séptimo mandamiento” pinta con naturalidad a una cleptómana.

Marita Rodríguez-Cazaux prueba con De amores y desamores poseer un dominio mayúsculo de la forma del cuento y una inagotable y fascinante imaginación.



 

* Germán Cáceres. Periodista, escritor, crítico y dramaturgo argentino.


Editorial Dunken, Buenos Aires, 2010, (104 páginas)




 


Reseña periódicoirreverentes
                “De amores y desamores” 






Marita Rodríguez-Cazaux maneja la palabra poética. La palabra saturada de significación que fluye en sus poemas, la misma palabra que ahora marca su prosa en estos cuentos.

La palabra que significa, no es la palabra que cuenta sino que nombra y en este libro de la talentosa autora, cada personaje, cada situación se constituye por sí misma a partir de este nombrar.

En el universo literario que recrea Rodríguez-Cazaux se produce una irrupción de las cosas que exceden la dimensión de “lo real” ya desde la primera línea, marcando un clima, una atmósfera particular.

Por eso, en este libro es posible hablar de “Mundos” con matices propios. Mundos de historias mínimas, de seres mínimos agigantados por el arte de la escritora para entregarlos al lector obligándolo a ingresar a esas otras latitudes de la realidad.

En el mundo impreciso de lo onírico y lo real, se desarrolla el cuento Duermevela. Una historia mágica en el traspaso apenas perceptible entre lo diurno y lo nocturno que recuerda aquel minicuento de Chuang Tzú que, al despertar no sabe si es Tzú soñando con una mariposa o es el sueño de la mariposa. O aquel otro cuento de Cortázar, La noche boca arriba. Temas estos recurrentes en la literatura aunque siempre ofrezcan una nueva mirada, como en el caso de Duermevela.

También tienen límites imprecisos los mundos de  Adelina de La ventana azul y los de Elena de El amor trastorna todos los sentidos. En ambos casos un televisor o un cuadro atrapan a estas dos mujeres aunque de manera distinta. Mientras la primera, gracias a un hecho fortuito logra abstraerse de la fantasía y descubrir la otra fantasía que ocurre en la calle para quedar también fijada en eso; la protagonista de El amor… acepta el poderoso llamado del cuadro hasta ser absorbida por él.

En Eurínome y Ofión, el tema son los libros, la obsesión, el mimetizarse, en este caso,  con personajes de la creación del universo y repetir su historia. La hora el silencio, aporta la idea del doble o del amigo imaginario del que el protagonista no podrá desprenderse.

El mundo de lo humano, del hombre y la mujer de todos los días con sus conflictos, el de la infancia y el de la ancianidad generan otros cuentos. En Apenas fango, se perfila un personaje con tal exuberancia de imágenes, metáforas e hipérboles que también podría hablarse de “el mundo sensual de las palabras”.

La perversión o los aspectos más oscuros del ser humano, marca a la protagonista de Una justa decisión, a Aritardo Inquino y a los personajes de Enteramenteentera.

Por el contrario, la confusión, la perplejidad invaden a los seres de Estaba escrito o a la desvalida Silvina de Punto de Acción, cuento paródico, excesivo, casi de humor negro, y de desenlace imprevisto y exacto.

La última reencarnación de Edipo, Como los dijes de tu pulsera, el mundo de la infancia a través de cuentos de exquisito relato. Las Musas y Mamá, ambos de una profundidad digna del arte de Silvina Ocampo.

Estremecedor, La caja, el mundo de la ancianidad, la tragedia de no poder hallar la vida y los recuerdos que quedan extraviados para siempre.

Sin duda, en todos los cuentos, las metáforas narrativas, las imágenes bien delineadas, permiten el fluido desarrollo de la historia y de sus personajes.

 Marita Rodríguez-Cazaux es una escritora cabal. Maneja buenas ideas y halla la forma justa, el tono adecuado, los procedimientos literarios más elocuentes para desarrollarlas y transportarnos al mundo del “todo es posible”.

                                                        Beatriz Isoldi*                                                                                     




Beatriz Isoldi * Periodista, escritora argentina

Fragmento del prólogo para “De amores y desamores”, publicado por periodicoirreverenes 17/10/2013.
Nota: La imagen pertenece a PeriodicoIrreverentes


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