viernes, 6 de septiembre de 2013

ESCRITORAS AMERICANAS



POETAS Y ESCRITORAS AMERICANAS NACIDAS EN EL SENO DE HOGARES EMIGRANTES  (Fragmento)



Olga Isabel Chams Eljach, conocida como Meira Delmar (1922-2009).
Nacida en Barranquilla, Colombia, hija de Julián Chams e Isabel Eljach, emigrantes libaneses, una de las más significativas poetas del siglo XX en Colombia; considerada el nombre femenino más destacado en la poética de su país y en Hispanoamérica.
Inspirada por la romántica poética del español Gustavo A. Bécquer, escribió poesía hacia los once años, siendo su primera obra conocida “A las acacias en flor”.
Realizó sus estudios de bachillerato en el Colegio Barranquilla para Señoritas y sus estudios superiores en la Escuela de Bellas Artes del Centro de Estudios Sana Alighieri de Roma, ciudad donde también cursó Historia del Arte y Literatura en el Centro Dante Alighieri. Atraída por la música estudió en el Conservatorio Pedro Biava de la Universidad del Atlántico, donde más adelante trabajaría como profesora.
Admiradora del estilo literario de las poetas americanas Amira de la Rosa, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Delmira Agustini, Juana Fernández de Ibarbourou, mantuvo fidelidad con el estilo intimista como lo prueban sus primeras poesías "Tú me crees de piedra", "Cadena", "Promesa" y "El regalo de la lluvia" (1937) publicadas en la sección Poetisas de América, de la revista cubana Vanidades ya con el seudónimo de Meira Delmar, nombre que conforma la modificación del nombre Omaira, de origen árabe y Delmar respondiendo a su atracción por el mar. Meses después su obra adquiere popularidad y periódicos y medios colombianos empiezan a publicarla. Entonces vuelve a aparecer en Vanidades con la publicación de los poemas Romance del recuerdo, Vuelo, El encuentro y El vendedor de flores. Años después, sería su amiga Emilia Segebre quien revelaría la identidad real de Omaira tras el seudónimo al escritor Alirio Bernal y él se encargaría de difundirlo en un artículo que escribió para la revista Civilización.
A petición de Alirio Bernal y ante la insistencia de sus amigos, Ignacio Reyes Posada, Carlos Osío Noguera, Héctor Rojas Herazo, publica en 1942 su primer libro, "Alba de olvido". Dos años más tarde publica su segundo libro de poesía, "Sitio del amor" y en 1946 "Verdad del sueño".
En 1950 ofrece su primer recital público en la Bibloteca Nacional de Colombia por invitación de Carlos López Narváez. Un año después publica su cuarto libro de poesía, "Secreta isla", en el que afirma haber alcanzado su propia voz. En 1957, "Cuadernillo de poesía" en la colección "Poetas de ayer y hoy". Tiempo después esta obra sería publicada en Buenos Aires. En 1970, edita “Poesía”, en 1971 "Huésped sin sombra”, y diez años después “Reencuentro”.
“Laúd memorioso”, publicado en 1995 y “Alguien pasa”, en 1998 son sus últimos libros de poesía.

Meira Delmar estuvo muy próxima al privilegiado Grupo de Barranquilla, un grupo de escritores, pintores e intelectuales que se reunían en La Cueva, el legendario espacio fundado por Eduardo Vilá. Estaba integrado por Gabriel García Márquez, Alvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas Cantillo, Alfonso Fuenmayor y otros artistas que aportaron sus talentos sobresalientes al movimiento cultural colombiano
Como curiosa anécdota de su amistad con Gabriel García Márquez (Nobel de Literatura 1982) y con su esposa Mercedes Barcha que estuvo más allá de los laureles del Nobel y la celebridad, se cuenta que el escritor colombiano pagaba puntualmente al lector Diego Marín para que, tres veces por semana, leyera para Meira, novelas y ensayos que ambos elegían, porque, a su edad y con la vista un poco estropeada, la lectura en voz alta constituía para la poeta fallecida uno de sus pasatiempos favoritos.
En la actualidad, y en su honor existen el Centro de documentación sobre la mujer Meira Delmar de la Universidad del Atlánticoy la Sala de lectura Meira Delmar de la Biblioteca Piloto del Caribe.
Durante treinta y seis años fue directora de la Biblioteca Pública Departamental del Atlántico que en su honor fue renombrada Biblioteca Pública Departamental Meira Delmar. Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua desde 1989, del Centro Artístico de Barranquilla, de la Comisión Interamericana de Mujeres, del Club Zonta Internacional de Mujeres Profesionales y Ejecutivas y de la Sociedad de Mejoras Públicas.
A pesar de su gran reconocimiento a nivel nacional y su talentoso aporte a las letras hispanoamericanas, ningún libro de la de Meira Delmar ha sido publicado por una entidad oficial o estatal, y ella misma hubo manifestado descontento por el estado de abandono absoluto en el que se encuentran libros de autores altamente reconocidos.

En su obra se encuentra como tema central el amor, el olvido, la muerte, orientando siempre su punto de vista femenino sobre estos temas. Así mismo ha descrito la existencia de una media voz en toda su poesía, un tono proveniente de la nostalia, un ir tras lo que no pude ser, lo imposible.

LA MUERTE NO ES

La muerte no es quedarme
con las manos ancladas
como barcos inútiles
a mis propias orillas,
ni tener en los ojos,
tras la sombra del párpado
el último paisaje
hundiéndose en sí mismo.

La muerte no es sentirme
fija en la tierra oscura
mientras mueve la noche
su gajo de luceros,
y mueve el mar profundo
las naves y los peces,
y el viento mueve estíos,
otoños, primaveras.

¡Otra cosa es la muerte!

Decir tu nombre una
y otra vez en la niebla
sin que tornes el rostro
a mi rostro, es la muerte.
Y estar de ti lejana
cuando dices "La tarde
vuela sobre las rosas
como un ala de oro".

La muerte es ir borrando
caminos de regreso
y llegar con mis lágrimas
a un país sin nosotros
y es saber qué pregunta
mi corazón en vano
por tu melancolía

Otra cosa es la muerte.


ESTE AMOR

Como ir casi juntos
pero no juntos,
como
caminar paso a paso
y entre los dos un muro
de cristal,
como el viento
del Sur que si se nombra
¡Viento del Sur! parece
que se va con su nombre,
este amor.

Como el río que une
con sus manos de agua
las orillas que aparta,
como el tiempo también,
como la vida,
que nos huyen viviéndonos,
dejándonos
cada vez menos nuestros
y más suyos,
este amor.

Como decir mañana
y estar pensando nunca,
como saber que vamos
hacia ninguna parte
y sin embargo nada
podría detenernos,
como la mansedumbre
del mar, que es el anverso
de ocultas tempestades,
este amor.

Este
desesperado amor.

INSTANTE

Ven a mirar conmigo
el final de la lluvia.
Caen las últimas gotas como
diamantes desprendidos
de la corona del invierno,
y nuevamente queda
desnudo el aire.

Pronto un rayo de sol
encenderá los verdes
del patio,
y saltarán al césped
una vez más los pájaros.

Ven conmigo y fijemos el instante
-mariposa de vidrio-
en esta página.

SOLEDAD

Nada igual a esta dicha
de sentirme tan sola
en mitad de la tarde
y en mitad del trigal;
bajo el cielo de estío,
y en los brazos del viento,
soy una espiga más.

Nada tengo en el alma.
Ni una pena pequeña,
ni un recuerdo lejano
que me hiciera soñar...
Sólo tengo esta dicha
de estar sola en la tarde
¡con la tarde no más!

Un silencio muy largo
va cayendo en el trigo,
porque ya el sol se aleja
y ya el viento se va;
¡quién me diera por siempre
esta dicha indecible
de ser, sola y serena,
un milagro de paz.



Giaconda Belli - (Managua, 1948) 
Escritora y poeta nicaragüense nacida en el seno de una familia acomodada. Su padre, Humberto Belli, era empresario y su madre, Gloria Pereira, fue fundadora del Teatro Experimental de Managua.
Estudió en el Colegio de La Asunción en Managua y en el Real Colegio de Santa Isabel en Madrid, España, donde obtuvo el bachillerato en 1965. Tras obtener un diploma en Publicidad y Periodismo en Filadelfia, Estados Unidos, regresó a Managua.
Durante la dictadura de Somoza, su postura opositora al régimen le trajo como consecuencia el exilio para evitar ser encarcelada; sus destinos fueron México y Costa Rica. Su lucha por derrocar a la dictadura opresiva la llevó a unirse al Frente Sandinista de Liberación Nacional al igual que otros tantos intelectuales de la época. Militó en esta organización de la que fue correo clandestino desde 1970 hasta 1994, viajando por Europa y América Latina obteniendo recursos y divulgando la lucha sandinista.
Su producción literaria se suele divide en tres etapas, en las que abordó desde la poesía revolucionaria hasta la novela y el cuento infantil.
Los poemas de su autoría, entre los que se encuentran "Huellas" y "Es larga la tarde", se internan en la sensualidad y la pasión feminista, la realidad social, la libertad, la ambigüedad del amor y la ternura al límite. Sus obras más renombradas son "Sobre la grama", con la que obtuvo el premio de poesía en 1972, “Mariano Fiallos Gil” de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua; "Línea de fuego" en 1978, por el que obtuvo el prestigioso Premio Casa de las Américas (Cuba) en el género poesía, "Truenos y Arco Iris" y "De la costilla de Eva".
Tras el triunfo sandinista fue representante sandinista ante el Consejo Nacional de Partidos Políticos y vocero del FSLN en la campaña electoral de ese año. Más tarde, dejó la vida política para dedicarse a escribir su primera novela, sin abandonar nunca la poesía.
En 1988, Belli publicó su primera novela “La Mujer Habitada”, que fue un éxito clamoroso de amplia resonancia internacional. En 1990, se publicó la segunda novela, “Sofía de los Presagios”.
En 2001 apareció en “El País bajo mi piel, un testimonio”, memoria de sus años en el sandinismo. En febrero del 2008 publicó su última novela “El infinito en la palma de la mano”, galardonada con el Premio Biblioteca Breve 2008 de la editorial española Seix Barral, y recientemente con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.

NO ME ARREPIENTO DE NADA


Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos,
y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví
a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina-
y rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien
les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas que,
por mi madre y contra ella,
me gusta ser.


ÁSPERA TEXTURA DEL VIENTO

Nacida de la selva me tomaste
arisca yegua para estribos y albardas.
Durante muchas noches
nada se oyó
sino el chasquido del látigo
el rumor del forcejeo
las maldiciones
y el roce de los cuerpos
midiéndose la fuerza en el espacio.
Cabalgamos por días sin parar
desbocados corceles del amor
dando y quitando,
riendo y llorando
-el tiempo de la doma
el celo de los tigres-
No pudimos con la áspera textura de los vientos.
Nos rendimos ante el cansancio
a pocos metros de la pradera
donde hubiéramos realizado
todos nuestros encendidos sueños


ALGUNOS POETAS

Como libros abiertos,
llenos de citas,
llegan a las reuniones
dejando caer nombres, obras y fechas
como trofeos,
esgrimiendo la lógica
hasta el final de las consecuencias.
Así quieren hacernos a su modo
algunos poetas,
siguiendo la vieja tradición paternalista
tratan de adoptarnos
a falta de poder apresar
el viento, la fruta prohibida,
la misteriosa fertilidad
de nuestros poemas.


SENCILLOS DESEOS

Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo
y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las más grandes verdades
o las más grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas
tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera
de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de ternura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la
mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.


Matilde Kirilovsky, conocida como Alba Swann (1912-2000) 
Nació en Berisso, Pcia.de Buenos Aires, en el hogar de los emigrantes Aliaquin Kirilovsky y Emma Ioffe.
Poeta, abogada, periodista, tras asistir al hoy llamado Liceo Víctor Mercante, estudió en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, donde se recibió a los veintiún años siendo una de las pocas mujeres de su tiempo que logró una licenciatura universitaria.
Fue asesora en temas de minoridad del Ministerio de Acción Social, del Ministerio de Salud y de diversos Gobernadores de la Provincia de Buenos. Fue corresponsal de guerra del Diario El Día en la guerra de las Malvinas y colaboradora de la Página literaria del Diario La Capital, de Mar del Plata.
Publicó ocho libros de poemas que la llevaron a recibir distintas menciones e incluso a ser propuesta para el premio Nobel de Literatura en 1992.
Condujo audiciones de literatura en las radios Provincia de Buenos Aires y Universidad de La Plata; fue colaboradora permanente del Diario El Día, de La Plata.
En 1957 sobre su “Salmo al Retorno” (1956) dijo Jorge Luis Borges: “Me ha conmovido. En sus poemas la emoción emerge de un modo necesario y orgánico porque está en los hechos y en la situación. Su "Salmo al Retorno" me interesa, en especial "El hijo que no quieres" y "Cuando tú sepas mucho" me han conmovido. En ellos la emoción emerge de un modo necesario y orgánico porque está en los hechos y en la situación que refieren y no dependen de artificios verbales. La felicito por esas dos composiciones o inmediatas comunicaciones y espero que escriba otras no inferiores, para su felicidad y la nuestra”.

Carlos Candiani en su blog El Aisberg, elabora un ensayo breve que publica en marzo de 2013, bajo el título “Los caminos de Matilde Alba Swann” que comparto fragmentado y donde asegura que “abrir un libro de Matilde es como estar en un gran palacio, como admirarlo por vez primera y recorrer sus pasillos y suelos de piedra; es estar en el sitio y en el momento en el que debemos estar y entonces sentir una explosión en el pecho; es admirar el juego de la luz cuando se abre una nube y se apropia de todo con sus brazos efímeros, cascada brillante que se precipita sobre los techos de las casas, los patios, las calles y las cabezas de los niños. Abrir un libro de Matilde es la permanencia, es el testimonio. … No es que tenga un libro preferido de Matilde, pero en sus dos últimos libros, ‘Con un hijo bajo el brazo’ y ‘Crónica de mí misma’, nos invita a un espacio más íntimo y es ahí donde su luz nos deslumbra. No es consecuencia del tiempo, sino de un estilo claro, transparente, de una poesía que fue trabajando desde su libro primero y que ahora parece completa, libre. La maternidad está especialmente presente en esta etapa y la convirtió en un elemento importante en una obra que nos entregó cuidadosamente”.

POBREZA A LOS DIEZ AÑOS

Toda mi angustia tuvo la forma de un zapato.
de un zapatito roto, opaco, desclavado.
El patio de la escuela... Apenas tercer grado...
Qué largo fue el recreo, el más largo el año.
Yo sentía vergüenza de mostrar mi pobreza.
Hubiera preferido tener rotas las piernas
y entero mi calzado. Y allí contra una puerta
recostada, mirando, me invadía el cansancio
de ver cómo corrían los otros por el patio.

Zapatos con cordones, zapatos con tirillas,
todos zapatos sanos. Me sentía en pecado
vencida y diminuta, mi corazón sangrando...
Si supieran los hombres cuánto a los diez años
puede sufrir un niño por no tener zapatos...
Que anticipo de angustia. Todavía perdura
doliéndome el pasado. El patio de la escuela
y aquel recreo largo...

Mi piececito trémulo, miedoso, acurrucado.
Mi infancia entristecida, mi mundo derrumbado.
Un pájaro sin alas, tendido al pie de un árbol.
La pobreza no tiene perdón a los diez años.


EN ESTE DÍA DE LLUVIA

Un gris limpio, monótono, inasible,
en este día de lluvia
y cielo enfermo,
el corazón del agua está soñando
con bandadas de pájaros
de vidrio,
y en la rama otoñal, junta la ausencia,
luces mojadas, y voces
de aluminio.
Hay como un gato gris
rondando en torno,
así de blando,
así
de ojo amarillo.
Es casi tarde, mi niñez descalza,
viene a buscarme por un largo río,
bajo un mar vertical
deshilachado,
y un silencio de océano dormido.
Salgo a su encuentro, quedo de su mano,
me desnudo en su piel, líquida cuna,
vuelvo a mi antiguo manantial,
deshago,
gota a gota, pausada, mansa,
muerta.
Bajo un llanto de techos castigados,
somnolientos, reencarno,
soy de lluvia.

LA CANCIÓN DE BERISSO

Ya te canto Berisso, caserío de latas,
portentoso latido de petrolera y fábricas.
Le canto a tu canal de sangre verdinegra
corriendo por tu cuerpo su endurecida arteria,
y canto a tu horizonte frustrado en chimeneas.
Yo le canto a tus hombres cauce de fibra y carne
para un proceloso océano de riquezas.
Y canto a tus mujeres afluentes sensitivas
con su aporte de sangre, desvelo y fatiga,
corriendo en jornadas por senderos de piedra.
Les canto por recias, valientes y tiernas
cumpliendo su excelso destino de hembra
florecidas en hijos, marchitas de espera.
Le canto a tus muchachos dejando la tarea
veneno en sus pulmones y plomo en las arterias,
en un alucinado girar de poleas .
Y canto a tus muchachas amapolas enhiestas
deshojando sus pétalos en la sección "conservas".
Le canto a tus niños al borde del camino
lanzando en barrilete sus mensajes al sol.
Le canto a sus harapos, y a su lecho de piso,
a su soledad de padres en horas de labor.
Yo le canto a tus niñas saliendo de la escuela:
alemanas, rusitas, italianas, armenias,
distintas lenguas todas e idéntico candor;
y canto a las pequeñas hijas de mi tierra
"made in argentina" levadura extrajera,
raíces que se prenden a un destino mejor.

CRÓNICA DE MÍ MISMA (fragmento)


Y querer merecerme; de veras merecerme.
Revisar mis dispersas escrituras,
mi palabra, revisarme el sollozo,
la garganta,
auscultarme el latido, desollarme,
revisarme las venas, las arterias.
todo el complejo existencial
que asumo.

Revisar mi conducta, mis proyectos,
lo soñado, ensoñado,
lo vivido,
conformarme de nuevo, aun no inscripta,
sin visión, sin recuerdo, sin mentiras,
sin verdades ocultas, temerosas,
sin impulsos,
sin deserción, sin este yo
impreciso.

Revisarme hasta el fondo, descifrarme,
prenderme, saberme, perdonarme,
tanto pude y no hice,
tanto hice febril
a manotazos,
en apremio suicida, lograr algo, dejar
algo, quedarme allí incrustada,
en la trama inicial, impenetrable,
indestructible, quedar, estar,
ser siempre,
y vencer de la muerte,
y de la vida.



 Cecília Benevides de Carvalho Meireles, conocida como Cecilia Meireles (1901-1964)  
Nacida en Río de Janeiro fue poeta, profesora, periodista, considerada como la gran poetisa de la lengua portuguesa, junto a Manuel Bandeira y Carlos Drummond de Andrade, forma la vanguardia del modernismo en la poesía brasileña. Su poesía, además de una notable labor cultural, la ha hecho acreedora a la fama por su técnica y por su riqueza formal y humana.
Criada por su abuela, al perder a sus padres siendo muy pequeña, fue su inclinación el magisterio, en la Escuela Normal de Río de Janeiro. Comenzó a escribir poesía a los nueve años y cursó estudios de lenguas, literatura, música y teoría educacional. A los dieciocho años publicó su primer libro de poesía, que se enmarca en diferentes corrientes literarias, por lo que es considerado "atemporal".
En 1922 se casó con el pintor portugués Fernando Correia Dias, con quien tuvo tres hijas. Correia Dias sufría de depresión aguda y se suicidó en 1935. En 1940 Meireles se casa con Heitor Vinícius da Silveira Grilo, profesor e ingeniero agrónomo.
Se desempeñó además como periodista, publicando sobre temas educativos, fundando en 1934 la primera biblioteca infantil de Río de Janeiro. Escribió numerosos libros de literatura infantil, entre ellos: "Leilão de Jardim", "O Cavalinho Branco", "Colar de Carolina", "O mosquito escreve", "Sonhos da menina", "O menino azul" y "A pombinha da mata".
Conferencista a partir de 1934, sobre Literatura Brasileña en Lisboa y Coimbra, es contratada en 1936 por la Universidad Federal de Río de Janeiro. Entre 1936 y 1938 colaboró en el periódico A Manhã y en la revista  Observador Económico. En 1940 dictó clases en la Universidad de Texas.
Se designan con su nombre varias escuelas y bibliotecas de Brasil y Chile.
Con "Viagem" obtuvo el Premio de Poesía de la Academia Brasileña, en 1835. Afirmó, su manera poética con Mar absoluto (1944) y, principalmente, con Retrato Natural (1949), que consagró su genialidad. Es su extensa Elegía (1933-1937), de vital recurso y altura poética. Como su mejor obra poética se cita "Elegía de Gandhi", traducida a numerosos idiomas.

ESTIRPE

 "Los mendigos mayores no dicen nada, no hacen nada.
Saben que es inútil y exhaustivo. Se dejan estar. Se dejan estar.
Déjanse estar al sol o a la lluvia, con el mismo aire de entero valor,
lejos del cuerpo que dejan en cualquier lugar.
Entretiénense en extender la vida por el pensamiento.
Si alguien habla, su voz huye como un pájaro que cae.
Y es de tal modo imprevista, innecesaria y sorprendente
que para oírla bien tal vez giman algún ay.
¡Oh, no gemían, no!... Los mendigos mayores son todos estoicos.
Pondrán su miseria junto a los jardines del mundo feliz
pero no quieren que, desde el otro lado, sepan de la extraña suerte
que los recorre como un río un país.
Los mendigos mayores viven fuera de la vida: se excluyeron.
Abren sueños y silencios y desnudos espacios a su alrededor.
Tienen su reino vacío, de altas estrellas que no cobijan.
Su mirar jamás mira y su boca no llama ni ríe.
Y su cuerpo no sufre ni goza. Y su mano no toma ni pide.
Y su corazón es una cosa que, si existiera, súbito olvidaría.
¡Ah!, los mendigos mayores son un pueblo que se va convirtiendo en piedra.
Ese pueblo, que es el mío.

Palabras de Meireles referidas al oficio de poeta:

"No sé si las actuales condiciones del mundo permiten el equilibrio de forma y expresión, porque serían raros los poetas en tal estado de vivencia puramente poética, libres del aturdimiento del tiempo, que logren hacer del grito música, esto es, que creen poesía como se forman los cristales. Pero creo que todos padecen, si son poetas. Porque al final se siente que el grito es grito y la poesía ya es el grito (con toda su fuerza), pero transfigurado." 


                                                                 * * * 

DIA DEL INMIGRANTE EN ARGENTINA
BUENOS AIRES, 4 DE SETIEMBRE, 2013.


Fuente de consulta: Internet 
“Los caminos de Matilde Alba Swann” de Carlos Candiani (2013)
Textos:
"Verdad del Sueño"
"Laud melodioso"

                                                                 * * *

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