miércoles, 7 de agosto de 2013

MÍNIMO INTENTO

SOMBRA DE NO SER



Desandando tu palabra has llegado
al mísero rincón donde naufraga
en soledad, tu trozo de vida.

En penumbras,
hortelado del invierno
fuiste, sin hallar la rosa.

No pudiste ser Leandro, no pudiste
a Héctor acercarte. Servil

hombre pequeño
que por Ícaro,
pecó de lujuriosa envidia ajena.

Sombra de no ser. Mínimo intento.



TAPIA DE PAPEL


Todo este sol, toda la luz,       y vos
en el exilio del amor, por siempre.

La serpiente del dolor enrosca la última palabra
en mi garganta.

¿Cómo se cruza la mar océano del alma?
Si es tan oscuro el mar y tan cerrada
la cárcel del destino.

Toda la luz inmensa. Desafiante. El sol eterno.
Y una tapia, apenas de papel,
que tanto pesa.



SE TERMINÓ DE IMPRIMIR


Punto final. Cierre de rotativa.
Se terminó de imprimir en los talleres
el nombre de los dos, en redondilla. 


Dejemos de lado la tirada,
el riesgo de la venta, el cambio adverso,
el dólar del mercado,
la ganancia.
Busquemos sin tardanza
a quien deambule por la calle, 
             (las plazas,
              las ferias, 

              la vida)
con expresión de apetito enamorado
tentado de comprarse un libro de poemas.

Para avisarle que no,
que no gaste un centavo
en este pagano libro que escribimos sin prólogo,
sin índice. Sin ansias. Cosido sin nudos.

Un compendio de horas extraviadas
que apunta claro en el último sellado:
Sólo goza de Licencia en Derechos Reservados.


M.R.-C.

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