domingo, 7 de diciembre de 2014

EN TORNO A "POESÍA CONGREGADA"

                           

                                             “Los estantes cubiertos de libros son como un abrazo”
                                                                                                                        M.R.-C. 


   

                                                     
                               UN ENCUENTRO IRREVERENTE

                                                                                               Por Alberto Feldman



EL MARCO

Salón cálidamente familiar de la Editorial Dunken, “un pueblo de libros”. Y la estrella, Marita Rodríguez-Cazaux, autora de la frase del epígrafe, quien hoy cambia su frecuente rol de cordial y amena presentadora, compiladora y coordinadora de Talleres literarios, por el más expuesto de autora.

Aunque ha escrito y presentado muchos libros propios, no es difícil que la emoción y la ansiedad jueguen lo suyo. Así fue; en varias ocasiones la escritora fue ganada por íntima emoción, más evidente al evocar poéticamente a su madre.

En la mesa de presentación, tuvo presencia de peso, el afamado literato y conferencista Carlos Penelas, galleguista como ella, de formación libertaria, adquirida nada menos que al lado de Diego Abad de Santillán.

Un público sensible y entusiasta le demostró expresivamente a Marita su admiración y su afecto, de igual modo a los escritores que fueron invitados a la mesa; la escritora Elsa Lombardo Verza, que leyó un poema dedicado a Beti Zapata, la poeta Stella Victoria Tejerina, altamente respetada y amada por Marita, y quien tuvo la deferencia de interpretar el poema a ella dedicado en el poemario.

Como cierre, las palabras de Ricardo Tejerina, talentoso y amable escritor, compilador y presentador, a quien tuve el gusto de conocer cuando asistió como partero, junto con Marita y Jairo Fiorotto, al nacimiento de la Antología “…El diálogo nos amontona” editada en este año por Dunken.

Luego, aplausos y el brindis que agrupa afecto y admiración, la corriente de empatía y magia que sobrevuela a los poetas, sin duda alguna.


ANTES


Llegué puntualmente a las 18.00, había estado en un café de la esquina, donde había otras personas que, lo mismo que yo, hacían tiempo para no ser los primeros en llegar al salón. Nos equivocamos, ya había algunos corrillos y no fue muy fácil llegar hasta Marita, saludarla y recibir su cálida sonrisa.

Cumplida esta deliciosa obligación, me senté en la tercera o cuarta fila, en la última silla del lado derecho, al lado de la puerta de la pequeña oficina del editor, cerca de los libros que tapizan la pared que mira hacia la calle Ayacucho, y me dispuse a esperar cómodamente el comienzo del acto.

Me sentía muy contento, Fernando Veglia había publicado dos días antes en Irreverentes, con una ilustración muy atractiva, mi cuento “El piano y la trompeta” y me notificó que había un comentario favorable al mismo, hecho por un profesor de trompeta de Córdoba, España.

Después de leer el comentario del prestigioso músico, algo hizo “click” en mí, tuve la sensación de haber encontrado por fin, después de tantos años, nada menos que mi “grupo de pertenencia”.

El estar allí, convocado por la magia poética y personal de Marita, entre esas paredes tapizadas de libros, era el marco adecuado para las sensaciones que experimentaba.

En estos pensamientos, aguardaba el inicio de la presentación de “POESÍA CONGREGADA” sentado detrás de una muchacha que, también sentada, aprovechaba la distancia de un brazo al estante de libros, y tomaba con delicadeza, uno tras otro, los ejemplares expuestos, hojeándolos y volviéndolos a su lugar.

Yo seguía con interés su actividad, mitad observada y mitad intuida, cuando descubro la tapa de mi segundo libro, último en el mismo estante, contra el marco de la puerta de la pequeña oficina.

Veo que la chica, va acercando la mano, pasa los dedos por los lomos, y, sobre mi libro, detiene el movimiento y lo toma.

Para mostrar el momento vayamos mejor a la imagen:

Yo, Alberto: (riendo, tocándole suavemente el hombro para que ella gire la cara hacia mí) — ¡Hace años que sueño con encontrar en la calle, en un ómnibus o en un banco de plaza, a una persona que esté leyendo un libro mío! ¡No me digas que no vas a abrir el siguiente!, ¡es lo más cerca que estuve de un milagro!

Ella, la Señorita X: (toma el libro y lo hojea. Alberto no puede parar de hablar, le dice que son cuentos cortos y que puede comenzar por cualquiera de ellos, sin método fijo, eligiendo un título del Índice al azar). Ella hace caso omiso y lee el primer cuento. Mientras, sigue llegando público a la presentación. Luego, cierra el libro y lo devuelve al estante.

—Yo también escribo, pero todavía no edité —dice.

Alberto: (Alberto, agrandado, se dispone a dar Cátedra) —Pues no pierdas la oportunidad, primero la edición, y luego la posibilidad que ofrece Dunken de un lugarcito en la Feria del Libro. ¿Cuántos cuentos tenés escritos y qué estudiás?...

Ella, la Señorita X: —Unos diez cuentos. Estudio Comunicación y estoy publicando algo en Irreverentes,…

Alberto: — ¡Qué casualidad!, yo también tengo algo publicado en esa Página. Justamente ayer leí varios trabajos y me impresionó mucho la reseña sobre “Lunar”, poemario de Melisa Ortner,
artículo literario de... Mariana...¿Vos no serás por casualidad Mariana Ruiz?...

Ella, la Señorita X: — ¡La misma!... Y vos debés ser el autor de “El piano y la trompeta”, ¿verdad?...

En ese instante, se daba inicio a la presentación, la Señorita X y yo, guardamos silencio.


DESPUÉS


Al día siguiente leí con más atención en Irreverentes los escritos de Mariana; las excelentes entrevistas que realizó, volví a leer la reseña de “Lunar”, y su hermoso cuento “Aromas”.

No soy crítico, sólo un aprendiz de escritor, pero son llamativos sus trabajos, su simpatía y su modestia.

También es llamativo que Marita Rodríguez-Cazaux, siempre está allí, donde ocurren estas coincidencias.


                                                                        * * *

*Alberto E. Feldman, escritor argentino.

Autor de "Castillos mentales, castillos reales" y "Tango final en Saavedra"



                                                                        *  * *



VITAMINA CDIGITAL





                                                                  De la Redacción de Vitamina


La poeta argentino-gallega Marita Rodríguez-Cazaux presentó su poemario 
'Poesía Congregada' con gran marco de público en el salón de Editorial Dunken. 
Acompañaron en la mesa a la poeta los escritores Carlos Penelas y Ricardo Tejerina. 
A su turno, el autor de 'Lilithla' dijo: "La poesía de Marita es como ella: bella, 
sensual y sensible además de perfecta en su construcción y virtuosa en sus sentidos". 
La poeta Stella Victoria recitó "Exilio" y le dio el tono justo a una tarde inspiradora.


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