martes, 3 de diciembre de 2013

POÉTICA




PERFUMES DEL CÁNTARO MANABAN


Aventurada y venturosa hora
atizada de fuegos salvadores,
la que el vibrante shofar predecía.

Tendido a mis plantas, abierto mar
en júbilo de ondas, gravitaba
a un paso del valle prometido.

Vida eterna tras el destierro.
Salmos y cánticos de gloria y alabanza
al purísimo templo de las carnes.

Era tu espalda, muralla de victoria
y tablas de la ley, tus brazos eran.
Fresco verdor en el destino errante.

Pleno de luz, tu acero refulgía
y delicia de mieles te brotaban.
Rocío de maná me sació el hambre.

Arriada en divina justicia, toda yo fui,
predestinado pueblo bendecido.
En mi pecho, tu voz, era un timbal sagrado.





TERCERA PERSONA





Pensarte en tercera persona.
A la distancia que en la escollera guardan
los pasos esquivos al peligro del río.

Saberte en tercera persona.
Tu sombra sobre otra sombra empalmada,
fija en el mandato que el semáforo indica.

Entenderte en tercera persona.
Monosílabo, interrupción. Silencio.
Apagado murmullo sin arrojo.


En tercera persona, sin Yo ni Vos, la vida.
Mansedumbre de vaga simetría. Escondite.
Agazapadas paredes en penumbras.


Equilibrio sobre andamios de cristal,
turbios espejos, cables cortados.
Apenas migajas en hambre de guerra.


Perder mi Yo, 
bajar al nada.              Olvidarme del Vos.
Seguir desestabilizando conjugaciones.
 

Y perderme, perdida, en tercera persona.


 

M.R.-C.
PASOS PERDIDOS - (2012)






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