sábado, 31 de diciembre de 2016

POÉTICA





LA SILLA

                                                                                           A mis padres


Quién tendrá el honor de sentarse mañana
en esta silla que compraste, padre,
una tarde,
después del trabajo.
Esta silla vienesa, de madera clara y barnizada,
piadosa voluntad de árbol
que ocupaba mamá.

La miro en el rincón de las ausencias
y guarda todavía el gesto de tu mano
acercándola al lugar más luminoso de la sala.
Luego, era su voz menuda,
la simpleza del secreto, la confidencia.

Cuando quedaste solo, segado de su presencia,
la vida te pareció desnuda.
Y la silla, huérfana de peso dulce
se arrinconó en un vértice de sombra.
Ansiosa de aquel cuerpo,
apenas decorativa, sobrevivía.

Hoy sé, que siempre viste,
liviana y bella,
la imagen rubia, bajo la luz de la ventana.


M.R.-C.
Poesía congregada (2014)

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