domingo, 11 de diciembre de 2016

CARMEN CONDE







Gracia

Van a cantar las aves. Lo siento en mis costados.
Porque me tiemblan alas que nunca vi crecer.
Y súbitos los árboles sacuden sus mensajes
para que yo los coja y lleve por el viento.

Van a brotar más fuertes. Escucho que la tierra
desliza por mis plantas sus tibias humedades;
y un arroyo no nace si una mujer no quiere
que le ciña las piernas con su lienzo delgado.

Sé que vienen jardines. Sé que brincan corceles.
Aprender todo eso me ha costado la vida.
Y os la dejo en el mármol, por si alguno la hallara
y quisiera saber cómo se olvida tanto.





Carmen Conde Abellán (Cartagena, 15 de agosto de 1907-Madrid, 8 de enero de 1996) fue una narradora, poetisa, ensayista y maestra española
Considerada una de las voces más significativas de la generación poética del 27. 
Fue la primera académica de número de la Real Academia Española, pronunciando su discurso de entrada en 1979.
En 1931 fundó, junto con Antonio Oliver Belmás, la primera Universidad Popular de Cartagena.



A los seis años se trasladó con su familia a Melilla, donde vivió hasta 1920. Las memorias de esta época están recogidas en Empezando la vida. 
En 1923, aprobó unas oposiciones para Auxiliar de la Sala de Delineación de la Sociedad Española de Construcción Naval y empezó a trabajar, iniciando su colaboración con la prensa local un año más tarde. A los 19 años comenzó Magisterio en la Escuela Normal de Maestras de Murcia.
Un año después, en 1927, conoció al poeta Antonio Oliver Belmás y formalizaron sus relaciones. 
Ella publica en Ley: (entregas de capricho), y en 1928 en Obra en marcha: diario poético, las minoritarias revistas de Juan Ramón Jiménez. En 1929 escribe su cuarta obra, Brocal, terminando sus estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Albacete el año 1930. Un año más tarde, el 5 de diciembre de 1931 se casan para participar en la puesta en marcha de la primera Universidad Popular de Cartagena. En 1933, auxiliados por el Patronato de Misiones Pedagógicas, ambos fundan la revista Presencia, órgano de la Universidad Popular (que como tal institución contaba con biblioteca de adultos, biblioteca infantil, cine educativo, conferencias, excursiones, exposiciones de arte, etc.). En ese periodo, Carmen trabajó también como maestra en la Escuela Nacional de Párvulos de El Retén.
En 1934 publicó Júbilos, prologado por Gabriela Mistral e ilustrado por Norah Borges. Trabaja como Inspectora-Celadora de Estudios del Orfanato de El Pardo, hasta que dimite en 1935. En este año, los esposos colaboran con periódicos nacionales, como El Sol, y también con publicaciones seriadas hispanoamericanas.
En 1936 la autora conoce a Amanda Junquera, esposa del catedrático de Historia Española Cayetano Alcázar Molina, con la que mantendrá una relación amorosa homosexual según ha afirmado, entre otros, 
José Luis Ferris en la biografía que escribió sobre la escritora: Carmen Conde: vida pasión y verso de una escritora olvidada. El investigador llega afirmar que tanto la vida como la obra de la poeta «se van a ver definidas por esa batalla interior que Carmen hubo de librar hasta el final de sus días, una lucha íntima, secreta acaso, entre las sombras del pasado y el presente junto a Amanda Junquera».

Al estallar la Guerra Civil, Oliver se une al ejército republicano al frente de la Emisora Radio Frente Popular n.° 2. Carmen Conde le sigue por varias ciudades de Andalucía, pero regresa a Cartagena para cuidar de su madre. 
El estallido de la Guerra hace que, en julio de 1936, renunciaran al proyecto de acudir a la invitación de Gabriela Mistral (entonces Cónsul de Chile en Lisboa), antes de viajar a Francia y Bélgica para estudiar las instituciones de cultura popular en aquellos países, para lo que Conde había obtenido una pensión. También en la Facultad de Letras de Valencia sigue cursos y aprueba oposiciones a Bibliotecas, aunque no llega a ejercer. Al acabar la guerra, Oliver vive recluido en Murcia en casa de su hermana; Carmen Conde se instala en El Escorial en casa de unos amigos, los Alcázar. Para comunicarse con su marido se vale de su amigo José Ballester Nicolás, director de La Verdad y funcionario de Correos.
La década de 1940 fue literariamente muy productiva para ambos; ella utiliza como seudónimos Magdalena Noguera, Florentina del Mar y otros. Imparten cursos para extranjeros, pronuncian conferencias.
En 1941, Carmen Conde se instala en la calle Wellingtonia de Madrid, en un inmueble propiedad de Vicente Aleixandre, que reside en la planta baja. Desde 1944 hasta 1951, colabora en Radio Nacional de España. Por fin, el matrimonio puede reunirse en 1945, residiendo en la Pensión Valls de la madrileña calle Goya, junto con la madre de Conde, hasta que en 1949 pasan a vivir en el que será el domicilio familiar, en la calle Ferraz
Conde se encarga de la asesoría literaria de la Editorial Alhambra, colabora en la Sección Bibliográfica del CSIC y en la Sección de Publicaciones de la Universidad Central de Madrid. Estos años publica algunas de sus obras poéticas más importantes: Ansia de la Gracia, Mujer sin Edén, Mientras los hombres mueren (que expresa en palabras de la autora "el profundo desconsuelo que siente una mujer ante los inescrutables designios que permiten el horror donde vivía confiada la sonrisa")
En el año 1956, el matrimonio gestiona la cesión al Ministerio de Educación Nacional del archivo de Rubén Darío, que estaba en poder de su última compañera, Francisca Sánchez.
El 28 de julio de 1968 muere Antonio Oliver, promocionando su esposa tres años más tarde la edición de las obras completas de su marido. En el año 1978 es elegida académica de número de la Real Academia de la Lengua, ocupando el sillón "k", pronunciando el 28 de enero de 1979 el discurso de ingreso en la Academia, Poesía ante el tiempo y la inmortalidad.
A partir del año 1982 y a pesar de la continuidad en su labor creadora, comienzan a manifestársele los primeros síntomas del Alzheimer. Aun así, no deja de conceder entrevistas, participar en programas de radio, etc. 
En 1987 recibe el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Canciones de nana y desvelo. Es importante su labor en la literatura infantil y juvenil (como dramaturga, poeta y narradora); fue una pionera en este campo al estrenar obras de teatro infantiles en TVE, la radio y dirigir revistas para niños.
En los últimos años de su vida, entre 1992 y 1996, vivía en una residencia en Majadahonda (Madrid). En septiembre de 1992 redacta su testamento legando al Ayuntamiento de Cartagena, su ciudad natal, la totalidad de su obra literaria y la de su marido. Los mandatarios de la escritora, en virtud del poder otorgado por la misma, formalizan un convenio que regula la donación de este legado cultural, cuyo texto definitivo se aprueba en 1994. Con la misión de velar por el buen funcionamiento y cumplimiento de los fines de la donación, así como el fomento de las personalidades de Carmen Conde y Antonio Oliver y sus obras, el Ayuntamiento de Cartagena se compromete en este Convenio a crear el Patronato Municipal Carmen Conde-Antonio Oliver, que se constituye en 1995; este mismo año se inaugura el Museo.

Con su fallecimiento y tras la muerte de Elena Quiroga, la Real Academia de la Lengua (RAE) se quedo sin mujeres hasta que Ana María Matute ocupara su mismo sillón en 1998.



Fuente e imagen: Internet

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