Azul profundo
Era de corazón azul. Todo él,
de añiles se azulaba. Nada mejor para nombrarlo
que el acerado cobalto de su nombre.
Como azul de noche sobre el mar,
–que para su presagio era siniestro–,
era azulino el ostracismo de su pecho.
En la alborada, al aire, dejó un beso índigo
en la cornisa de celeste lejanía.
Y dijo adiós de la manera más blue y más eterna.
Debió quedar en la primera estrella
su blando corazón de lapislázuli,
jadeante de destino aguamarina.
Marita Rodríguez-Cazaux
POESÍA CONGREGADA (2014)
Editorial Dunken
de añiles se azulaba. Nada mejor para nombrarlo
que el acerado cobalto de su nombre.
Como azul de noche sobre el mar,
–que para su presagio era siniestro–,
era azulino el ostracismo de su pecho.
En la alborada, al aire, dejó un beso índigo
en la cornisa de celeste lejanía.
Y dijo adiós de la manera más blue y más eterna.
Debió quedar en la primera estrella
su blando corazón de lapislázuli,
jadeante de destino aguamarina.
Marita Rodríguez-Cazaux
POESÍA CONGREGADA (2014)
Editorial Dunken
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