HORA BALEIRA
Ten a soidade encol da miña carne
leira roubada. O reloxo allea
un diapasón de lexanía.
Afógase a alma no lodo da bágua.
Baleira, aterece a hora da ausencia.
Non fixo outra hora. Só ista,
enlazada a miña gorxa coma unha pedra.
HORA VACÍA
Tiene la
soledad sobre mi cuerpo
campo robado.
El reloj enajena
un diapasón
de lejanía.
Se ahoga el
alma en el lodo de la lágrima.
Vacía,
tirita la hora de la ausencia.
No hubo otra
hora. Sólo esta,
atada a mi
cuello como una piedra.
SÓ PARA NÓS
Leva a chuvia o mesmo recendo
da distancia,
bogar de pedra.
Tralo muro cativo, a fror do toxo
Alumea.
Eo sol é orballo amarelado.
É tan doce a chuvia, e tan nosa
que cantilena loce
só para nós.
Só, para istos murchios corpos
que sedentos de patria imos.
Cativos na terra allea.
SÓLO PARA NOSOTROS
Trae la lluvia el mismo aroma
de la distancia,
bogar de piedra.
Tras el muro bajo, la flor del toxo
alumbra.
Y el sol es rocío amarillento.
Es tan dulce la lluvia, y es tan nuestra
que sonsonete luce
sólo para nosotros.
Sólo, para estos mustios cuerpos
que sedientos de patria vamos.
Cautivos en la tierra ajena.
BOGAR NO
ABECEDARIO
¿Qué haberá de saber o verso
da ferida quelo trae?
Qué sabe
do estío perdido, da tardiña
en orfandad de aperta.
Qué poderá saber
de encerro e celosía.
E aínda máis,
qué puidese dicir iste páramo de
letra en desatino.
Qué dirá ao pechar
a agochada palabra, o verbo
extraviado,
iste fraquiño verso, sen música,
sen trilo. Iste farrapo
de amor
que boga no abecedario.
BOGAR EN EL
ABECEDARIO
¿Qué sabe el verso
de la herida que lo trae? Qué
sabe
del estío perdido, del atardecer
en orfandad de abrazo.
Qué pudiera saber
de encierro y celosía,
que podrá decir este páramo de
letra en desatino.
Qué dirá al fin
la oculta palabra, el verbo
extraviado,
este flaquito verso, sin música,
sin trino. Este harapo
de amor
que boga en el abecedario.
VELAMEN DE MIL MUNDOS
A la emigración gallega
Toda la vida se agita y se
despliega
Grávida de albores y de estrellas
Como un sudario sobre la cruz del
mástil.
Extendido velamen que en el
exilio habita
tejido con la sal del mar batido
por herrumbrosa bruma de recuerdos
Abullonada blusa marinera
empapada de sal.
Vela que a ras del alma boga por
mil mundos
tras millones de ecos en el
acento eterno,
en el amado perfume del idioma.
Pañuelo triangular de despedida
Agigantado en el puerto de partida
Tensado de nostalgias.
Las manos ya son pájaros al vuelo
y los ojos se demoran en el verde
pinar,
la ría, el campo, la casa, el
hórreo, la fatiga,
el baile del serán, la piedra, el
monte,
el son dulcísimo de gaitas. Y la
risa del niño
y la ternura que en la orilla se quiebra,
por no partir jamás, aunque
partiera.
Nada dirá mejor la pena más
profunda,
la herida del destierro,
que este lienzo de nácar,
golondrinita en vuelo.
Bandera de la Paz que sobre el
mar flamea,
trozo de Patria libre, universal,
abierta,
sábana libertada en estandarte.
Azarosa de miedos, inquietante de gozos
embargada de empeños,
arriada del tenaz soñar del Emigrante.
Poema inspirado en las marinas de la pintora María Inés Pérez Daglio, querida amiga.
Imagen: Internet
Dibujo del médico y escritor galleguista Alfonso Rodríguez Castelao
"Yo no quería morir allá, ¿sabe madre?"
Poemas de M.R.-C.
Poemas de M.R.-C.
Luz de raizame - Poética galega (2014)
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