jueves, 28 de mayo de 2020

POESÍA SOCIAL






NAZIN HIKMET KULTUR VE SANAT VAKFI




VAMOS A LA LUNA...

(Fragmento)


Vamos a la Luna
y más lejos todavía
a donde ni siquiera alcanzan los telescopios.


¿Pero cuándo la gente en nuestra Tierra,
dejará de pasar hambre
nadie tendrá miedo de nadie,
nadie mandará sobre nadie,
nadie maldecirá de nadie,
nadie robará a otro su esperanza?


26 de agosto de 1959


De "Últimos poemas 1959-1960-1961"
Versión de Fernando García Burillo
(Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)






POESÍA SOCIAL


NAZIN HIKMET KULTUR VE SANAT VAKFI





CARBUNCO




Sobre dos columnas de la primera página yacen
dos niños desnudos
sobre dos columnas de la primera página
con la piel en los huesos.
Tienen la carne agujereada, reventada.
Uno es de Diyarbakïr, el otro de Ergani.
Tienen los brazos y las piernas raquíticos
enorme la cabeza
y un grito pavoroso en sus bocas abiertas
en la primera página dos ranitas aplastadas a pedradas.
Dos ranitas
dos hijos míos, enfermos de carbunco.
Quién sabe cuantos miles se nos van en un año
sin haber podido saciar siquiera su sed.
Y el señor subsecretario:
(así lo agarre el carbunco)
«No hay ningún motivo para preocuparse», dice.

3 de agosto de 1959





lunes, 25 de mayo de 2020

RESEÑAS LITERARIAS




Pueblopatria 


OSVALDO VÍCTOR FERNÁNDEZ 

(Tahiel ediciones, 2019) 





Entre los muchos ecos que pueblan la poesía de Osvaldo Víctor Fernández merecen atención especial la iluminación reflexiva de textualidad sin artificios y la visión amorosa. Sobre estos dos sentidos se proyecta Pueblopatria, título que el autor ha preferido en unidad de vocablo dándole porte de simbólica metáfora.

La palabra y su ensoñación -a veces melancólica- (hay una hora destinada para morir[…] solo basta que faltes a la cita para siempre), se subleva, inclina, cae (cómo suicidar la realidad que se mete debajo de las uñas en este momento a solas con nadie), emerge, anida, toma vuelo (hay un rumor que acaricia la bruma), otorga refugio (para nacerte imagen de versos mujer palabra), clama y reclama (dice la lluvia que lamenta el lado vacío de la cama) en una obra que transita como estaciones de vida Infierno, Purgatorio y Paraíso.

El poeta y la ética se espejan en manifiesto diálogo interior, replanteándose los batallares del hombre, sin atinar a responder (como si la desmesura anclara en tus bordes con su velamen hastiado de tanta espuma sin rumbo), observando la realidad, sus imprecisiones (a palabra viva escribiendo en la niebla) y sus tragedias (el pez con alas abrió la ventana y se arrojó al vacío esperaba el milagro de aprender a volar).

Instintiva, dinámica, aunque de notable significancia en las pausas, la lírica de O.V.F. habita Infierno (veo pasar mis cadáveres)/(insubordinada trinchera por si acaso con la vida no fuera suficiente) y Purgatorio en exploración constante, escapando de lo banal para inquirir sobre la propia existencia (para ser lo que no somos aquello por lo que no hemos venido al mundo), sumada al universo del poeta (poetas y poesía cuerpo a cuerpo en campo minado) y, desde luego, a la del ser humano (contra los que ostentan estiércol y se arrogan cielo mar y tierra).

En Paraíso, los poemas amorosos certifican la búsqueda y el encuentro con el amor y el perfil de la mujer amada. Placer, pasión, ternura, se convierten en vibrante canto viril que desnuda sentimientos guardados en honda intimidad, su dimensión onírica. El poeta sublimiza sin afectación la presencia del amor y la figura de la amante con sensualismo atizado por el gozo del instante (ella me mira y hunde su ella en el centro exacto del latido que apura mi pulso […] ella síntesis de todas ellas vibra esta cajacuerpo que se rinde incondicional).

La reciente obra de Osvaldo Víctor Fernández deja claro que su identidad, su esencia, es la poesía. Para confirmarlo la pulsión y el mensaje de los poemas Canto I y Canto II, ambos dedicados a los poetas y que merecen detenida lectura.

Sostiene Hölderlin que, a través de la palabra poética, el hombre da testimonio de lo que es. Leer la obra de Osvaldo Víctor Fernández es reconciliar dicho pensamiento con el espacio/tiempo y el universo humano. Milagro del que habla Huidobro: el poeta, un pequeño dios.

                                                                                                   Marita Rodríguez-Cazaux


Buenos Aires, mayo 2020.



no existe oscuridad
capaz de impedir
el andar de ellos
los amantes

como si fueran
chispas que estallan
con el desnudo rozar de manos
ellos los antes
encienden
el universo propio

podrían alzar rascacielos
de sueño y deseo
ellos los amantes

descubrirse
dueños del pueblopatria
único
irrepetible
en el que
izan su bandera





Osvaldo Víctor Fernández (República Argentina, 1952)

Poeta, escritor, ensayista, antólogo. Creador de 10 Poetas Notables 10.
Gestor y asesor editorial. 
Obra editada: Mis horas violetas, luz de luz, desmesura, pueblopatria.



sábado, 23 de mayo de 2020

RESEÑA LITERARIA




“MUNDOS Y OTRAS DISTANCIAS”

 Oscar Vicente Conde

(Poemas, 2020)

TAHIEL EDICIONES

Quién apagará el fuego
si las lluvias se han dormido.
 O.V.C. (Fuego)


Dos poetas excelsos, Federico García Lorca y Rainer M. Rilke, orientan el corpus del reciente poemario de Oscar Vicente Conde, detalle de agudeza que el autor elije para dirigir la memoria sobre el batallar humano y abrir el universo de “Mundos y otras distancias”.

En el umbral, el poeta asevera que hay un dios dormido y gris, atmósfera de reflexión e indagación interior —sin ser elegíaca, Nunca es el fin  (Mundos y otras distancias) o No todo está perdido (Llamado)— donde el objeto en el poema es alcanzar la conciencia, intención que sostendrá a lo ancho y largo de la obra, como se manifiesta en El ojo, breve poema que desdobla la aciaga inmensidad de la displicencia del ser humano contemporáneo sobre sus semejantes, los hombres andan pequeños e indiferentes. Para ello, O.V.C. observa el mundo con mirada próxima a la de Roberto Juarroz, de quien toma una voz con su propio eco a cuestas  para el fenomenal poema Mundo que amerita lectura detenida.

En Resistir, el mensaje se dirige plus ultra de la propia existencia y se eleva hacia la evocación de otros andantes antiguos que siempre regresan sobre las huellas, seres que rondan furias y sosiegos y que habitan el mundo del recuerdo, acaso porque resisten la muerte para otorgar simiente, fruto y flor como herencia sempiterna.

El tema del recuerdo ocupa espacio en la obra de O.V.C., territorio al que vuelve desde otras distancias  y al que se acerca con axiomático sigilo, quizá porque los enigmas palpitan entre versos, descarnando un abismo celeste y etéreo y un ínfimo punto que late como un corazón a punto de estallar  (Así).

O.V.C. suma sagaz inspiración al momento de titular los poemas recurso que orienta cuadro y temperatura lírica. Como ejemplo, […] un hombre reclama por otra vida que no sobra, cuyo título es Siete, afín al dicho popular que pone número exacto a las vidas de los gatos.

La palabra toma el espacio de la imagen y puede tocarse el flash sobre el instante poetizado, Hablamos de la muerte dormida y agazapada hasta que comienza a caminar sobre las cornisas (Conversación). Asimismo, se aprecia en todo el corpus un vocabulario rico en originalidad y cercanas lecturas del género, pues el oficio de poeta se nutre en expediciones por el atlas de otras voces, práctica que califica la cabal selección de los epígrafes.

Lúcido observador del mundo, sin cadenas que lo aten ni temores que lo detengan, O.V.C. muestra con agudeza a los otros, ellos, unos, los innombrables (Contienda), aquellos que deambulan mugientes con la terquedad de los sueños difusos […] las ratas que hacen coro a los pies silenciosos […] danzas de las moscas que se animan al destierro  […] como un ejército obsecuente de primates (Destino infiel) o las palomas negras acostumbradas a tanto llanto (Santuario).

El poeta se asoma, y logra que el lector también lo haga, a un cosmos donde vagan testigos pacientes en un mundo que se desangra (Testigos) a la vez que los muertos que no se reconocen muertos deambulan entre los laberintos entre las sombras, mientras su ingenio apunta a enardecer la voz que continúa reclamando  y ya nadie escucha (Poema del fin) y desvelar que la tierra tiembla y nadie escucha su queja casi humana (Revelación).

Sin embargo, reserva una alborada cuando ya parecía que las sombras latían cuando el fin crecía a bocanada llegaron ellos con su aún frágil desnudez y la luz la luz en sus almas (Niños) y acerca un deseo allí quizás algún atormentado dios comience a salir de su letargo (Luz).

El remate se empina —como en toda obra de significancia— y pone en evidencia el fervor, incluso metafísico, y el latido del poeta sobre un mundo en el cual algunas bocas se silencian regodeándose con el dolor de los otros y sus garras brillan como luces endemoniadas este mundo no es el mundo que nos cobija es otro mundo llorando con infinitas llagas sus llagas (Otro mundo) y La incertidumbre es una aliada de las sombras[…] Las voces de las bocas mudas resisten en el orillo de los labios impacientes […]Nadie canta. Nadie se ilusiona. […] Nadie se compadece. Nadie reza. […] Dicen que Dios se ha vuelto ateo. (Declive) y termina ofreciendo imágenes estremecedoras de presencias que a pesar de los esfuerzos en todos los relojes las horas […] no puede saberse si van a volver (Visitantes).

Claudia Masin sostiene en su ensayo Partículas de la luz, que los maestros zen del arte del tiro con arco consideran “que el tiro certero no es para ellos aquel que da en el blanco sino el que se desprende, como una gota de una rama, cuando es inevitable que suceda”. Este fenómeno preciso es el que alcanzan los poemas que habitan MUNDO Y OTRAS DISTANCIAS, nos van impregnando de la atmósfera que corona el prodigio en el cual la gota se desprende inevitablemente. Temblor de cristal, casi imperceptible, que antes de deslizarse se ilumina, titila. El instante en que ya no existe como gota y, sin embargo, sigue estando dentro de nuestra pupila con el mismo palpitar.  La huella que deja sobre la rama, la travesía y la reverberación de su nuevo acontecer. Y de ello se trata la magnitud de la poesía de Oscar V. Conde: Mantener viva la gota en cualquiera de sus mundos de agua.
                                                                                                 

                                                                                                       Marita Rodríguez-Cazaux

Buenos Aires, mayo de 2020.



OSCAR VICENTE CONDE

 
Lanús, provincia de Buenos Aires (1947)
Primer Premio Concurso Internacional Roberto Arlt del Centro de Lertras y Artes San Telmo y Revista Arlequín año 2000. 
Es autor de varios libros de poemas y ha recibido numerosas menciones y dintinciones a lo largo de su trayectoria literaria.

MUNDOS Y OTRAS DISTANCIAS 
TAPA DEL POEMARIO ILUSTRACIÓN DE GABRIELA MIGLIANO SOBRE IDEA DEL POETA OSCAR V. CONDE.

Ventas: Tahiel Ediciones

jueves, 21 de mayo de 2020

POETA MUERTO EN LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS




MARIO BENEDETTI 
(Údine, 1955 - Milán, 2020)

En medio de la tragedia que asola Italia a causa de la pandemia de Covid-19 , se ha perdido una intensa voz poética en el país de Dante Alighieri.

El poeta friulano Mario Benedetti (no confundir con el poeta y dramaturgo uruguayo del mismo nombre (Paso de los Toros, 1921- Montevideo 2009), falleció el 27 de marzo del 2020 en Milán, ciudad en la que residía hacía años, por complicaciones debido a la pandemia de coronovirus, especialmente letal en el norte de Italia.

Padecía una enfermedad autoinmune que, desde 2014, lo había obligado a vivir en una institución hospitalaria en esa ciudad italiana y estaba en terapia intensiva debido a un cuadro agravado.
Homónimo del poeta uruguayo, nacido hace cien años en Paso de los Toros, el Benedetti italiano que nació en Nimis, el 9 de noviembre de 1955, cultivaba una lírica elegíaca, con resonancias dialectales y giros de otros idiomas como el esloveno, el alemán y el francés, y una tendencia de ascetismo formal.

Aunque sus libros aún no fueron traducidos al español se lo considera una de las voces notables de la lírica contemporánea y sus obras figuran en diferentes antologías y revistas de poetas notables.

Desde los ´80, Benedetti se dio a conocer con plaquetas de poesía. En 2004, lanzó el consagratorio Umana gloria, luego Pitture nere su carta (2008) y, en 2013, Tersa morte.

El volumen Materiali di un'identità , de 2010, reúne escritos suyos y entrevistas al poeta.

"La poesía testifica y comenta, aunque su plan no se refiere a la experiencia de la vida ordinaria, que es casi todo, y lo hace de todos modos. El horizonte poético es más amplio y tiene un tiempo más vasto, pero parece que solo nos perteneciera como una aspiración constante de salvación", declaró en 2017.

"Mario Benedetti escribe sus textos con la paciencia de un artesano que moldea en el taller sus relicarios, que forja sus custodias para el polvo y la memoria. Su escritura surge en una officina , en un verdadero taller poético, uno de los más certeros y más nutrido de herramientas formales de la poesía italiana contemporánea", destacó el poeta y traductor Diego Bentivegna en la antología bilingüe Viaggio in Italia. Ocho poetas italianos contemporáneos (Sigamos Enamoradas, 2009), donde se publicaron sus versiones de los poemas del friulano.

Para Bentivegna, la experiencia del desastre forjó la escritura poética de Benedetti. "El desastre es, en su poesía, como una mancha que se expande: es la muerte de los seres queridos, con la destrucción del núcleo familiar y la pérdida del nido, que se configura en algunas zonas del poemario como muerte colectiva, en sus diferentes facetas", señala el autor de La pura luz . 


Vivir ha sido siempre un sueño grande


Vivir ha sido siempre un sueño grande
y siempre verdadero; doloroso, de alegría.
Vinieron por nuestra risa,
por el llanto contra la mesa o contra el trabajo en el campo.
Vinieron para vernos, esa es la maravilla,
Ese es un hombre, todos esos son hombres.
Era la aguja para las espuertas de paja el ojo límpido,
la rodilla que presionaba el pasto,
en la estampa con el niño dibujado con claridad un lindo día,
y papá muerto, liso y claro
como una baldosa limpia, como la manzana en la bandeja.
Había llegado un pobre desde el confín del bosque 
y detrás del cielo,
con las historias de los pobres que venían a los bancos,
y yo lo miraba como si pudieran haber sido estos edificios
con las paredes rajadas de las casas que ya no están.





Texto basado en el editorial de Daniel Gigena para La Nación (28 de marzo, 2020)


miércoles, 20 de mayo de 2020

ESCOTE ABIERTO





 MUCHACHO DE LA ZAMARRA BORDÓ 



Húmeda de plata fina,
un pez sagrado,
la mano
del muchacho de la zamarra bordó.

Al cruzar el río de su cuerpo
la barca de mi carne se mecía.


M.R.-C.
ESCOTE ABIERTO (2017)
EDITORIAL DUNKEN

ESCOTE ABIERTO






CANTO 9 


A esa mujer,
la de los ojos claros,
que ha podido escapar del cisma de la guerra
aún le tiembla el cuerpo de metralla.

Y aquella,
la de los ojos negros,
tapiada en la mirilla de cien velos
no comprende el pecado ni la piedra.

Mientras, en el burdel,
otra muchacha,
con el cuerpo desnudo tapa el hambre.
A pasos de su espejo,
estiletes de otro espejo se meten en la carne
de la niña que soñaba ser modelo.

Más abajo,
una magra mujer de piel oscura,
se lame uno a uno cada golpe
en el instante mismo en que lo hace
una magra mujer de más arriba.

Y, a esta mujer
que hoy me sale por la boca,
este puzzle de mujer que me circula,
-huérfana de Virginia,
de Sylvia, de Anne Sexton-
se le ha dado por escribir poemas.


M.R.-C.
ESCOTE ABIERTO (2017)
EDITORIAL DUNKEN