miércoles, 15 de enero de 2020

APORTES LITERARIOS




A MÍ, DÍGANME “PRECIOSA” 






*Del latín pretium, precio.


Françoise d'Aubigné, casada con el poeta Paul Scarron, participó en el salón literario creado por su marido en su propia casa y conoció a personalidades de las letras y las artes del París de mediados del siglo XVII; aprendió a relacionarse con damas de la alta sociedad y tejió una tupida red de contactos que la llevarían directamente a Versalles. Entre ellos, Athenaïs (de nombre de pila Francoise de Mortemart), quien la destinó a ser la institutriz de los siete hijos que había tenido con el Rey Sol. 

En la década que siguió a la Fronda (1652/1662)-los años del matrimonio de Françoise d'Aubigné con Monsieur Scarron-, París vivió una de las temporadas mundanas más intensas dedicadas a la galantería. 

Al morir el libertino Scarron, autor de una obra maestra indiscutible Le Roman comique y numerosos escritos, la joven viuda quedó en una situación económica precaria y la perspectiva de vivir en la corte del monarca más espléndido de la época era algo que no podía eludir. Continuó allí, revestida de todas las gracias, la cultura “preciosa”, entonces de moda. 

El antiguo código aristocrático del amor cortés sufrió una postrera metamorfosis y cedió el paso a un deseo generalizado del placer. Hombres y mujeres fueron llamados a hacer de la ficción amorosa un juego colectivo que habría de generar armonía y reforzar la cohesión de una sociedad en transformación. Cautivar, hacerse grato, presentarse como intérprete de los deseos de otro eran imperativos comunes a todos aquellos que se reconocían en la moral mundana. 

En Madame Scarron, la perfecta adhesión al modelo galante no obedecía únicamente a un deseo de reconocimiento social, sino que correspondía también a sus convicciones de “preciosa”: Por primera vez en la civilización occidental, un grupo de mujeres reflexionaba de manera sistemática acerca del carácter específico de la condición femenina y, consciente de su propio “precio”, es decir, de su valor específico, reivindicaba el derecho de decidir sobre su propia vida y leer, cultivarse, frecuentar el arte. 

Su evolución y el peso que estaban adquiriendo las mujeres en el mundo de las letras acabaron por despertar la irritación y la hostilidad hacia las “preciosas”, las cuales fueron objeto de una virulenta campaña satírica, empezando por la burla de las Précieuses ridicules (Las mujeres sabias) de Moliere. 

Madame Scarron, se había acercado a la ideología de las preciosas por la mediación de una literata de excepción, Mademoiselle de Scudéry. 

Madeleine de Scudéry, hermana menor del escritor Georges de Scudéry, nació en El Havre, Normandía, estableciéndose en París durante la última mitad del siglo XVII. Utilizó como escritora el seudónimo de Safo y su propio nombre, algo poco común en la época en que las mujeres preferían ocultarse detrás de seudónimos masculinos. 

Fue la primera mujer que obtuvo el premio de elocuencia de la Academia Francesa. 

Sus personajes clásicos u orientales, como héroes y heroínas, las acciones y forma de hablar eran tomados de las ideas de moda del momento, fácilmente identificados con los contemporáneos de Mademoiselle de Scudéry. 

Habitual visitante del palacete de Rambouillet, antes de abrir su salón literario, el que durante mucho tiempo marcó el tono del Preciosismo, del que fue una de las más célebres representantes recibió en el propio regularmente a las celebridades de la época, los Montausier, Francois de La Rochefoucauld,  Madame La Fayette, Sevigné, Conrart, Chapelain, Pomponne y Pellison, donde en "Los sábados de Mme. de Scudéry" desarrollaban conversaciones eruditas y galantes. 

Escribió voluminosas novelas galantes en clave, desprovistas de toda semblanza histórica, pero en las que se podían reconocer los retratos de personajes tales como Luis II de Borbón-Condé, Mme. de Longueville, entre otros, trasladando a la antigüedad la vida de la sociedad mundana de su época: Ibrahim ou l’Illustre Bassa (4 volúmenes, 1642); Artamène ou le Grand Cyrus (1649-1653), la novela más larga de la literatura francesa (10 volúmenes); Clélie, histoire romaine (10 volúmenes, 1654-1660); Almahide ou l’esclave reine (8 v. 1660); Matilde d’Aguilar, histoire espagnole (1667). 

Sin entrar en análisis profundos sobre la vida interior de los personajes cuyos retratos adquirían, a menudo, un notable relieve, sus obras dieron vida a nuevas emociones: la melancolía, el tedio, la inquietud, el desasosiego y otras fantasías que prefiguraban a Rousseau. Publicadas en la Morale du monde ou Conversations (10 volúmenes), (1680-1682), las conversaciones llenas de sentido e ingenio de sus personajes se convirtieron en una especie de manual de la sociedad cultivada. 

Estas novelas pusieron de moda las novelas preciosistas, dando una visión idealizada del amor y una pintura poética de la sociedad mundana. En Clélie, histoire romaine se encuentra la famosa Carte de Tendre en la geografía galante relegando, en ocasiones, el amaneramiento que había desviado la corriente preciosista de su modernismo original. 

En Clélie, Herminius representa a Paul Pellisson; Scaurus and Lyriane son Paul Scarron y su mujer Françoise d'Aubigné, luego marquesa de Maintenon); y la descripción de Sapho en el vol. X de Le Grand Cyrus la autora se describe a sí misma. 

Sin embargo, Madeleine de Scudéry puso de manifiesto en su Artamène ou le grand Cyrus su aversión hacia el matrimonio, expresada por su heroína, llamada Safo, que declaraba que esta institución era una tiranía. Madeleine fue congruente consigo misma, ya que nunca se casó. Esta novela fue considerada por algunos críticos literarios como la primera novela moderna en la que –sin que fuera prohibida por la Fronda-, sin hacer apología de la sedición política, dejó entrever las simpatías, sin hacerse ilusiones, que Madeleine sentía por los Frondeses. El personaje de Safo constituye el primer aviso de la toma de conciencia acerca del hecho de que, tras la Fronda, las mujeres quedarían relegadas no pudiendo poner de manifiesto sus conocimientos y su talento más que en la esfera privada. Por lo demás, el retrato de Safo en el reino de los Sauromates –la mansión legendaria de las Amazonas- en el décimo volumen de Artamène, coincide con el retrato de la Gran Mademoiselle. Con Pellison, con el que mantuvo una relación de gran fidelidad, influyó en La Fontaine y Moliére que, con el nombre de Magdelon, intentara ridiculizarla en Las Preciosas ridículas (Précieuses ridicules). 

Durante el último tiempo de vida publicó varias de sus conversaciones. Su Vida y correspondencia fue publicada en París por MM. Rathery y Boutron en 1873. 





Las “preciosas” contribuyeron al refinamiento de la vida social, a la penetración de los intelectuales y de los artistas en los círculos culturales y, en definitiva, a la implantación del nuevo estilo de vida, interesándose por ilustrarse en una época donde el conocimiento le estaba prohibido a la mujer. 

La corriente preciosista ha producido resultados importantes en la literatura. Se le debe una revisión cuidadosa de los valores lingüísticos, con una nueva clasificación de las palabras, según conceptos de corrección o de dignidad estilística; este escrúpulo, traducido luego en la actividad lingüística depuradora de Vaugelas (1595-1650) y en el Dictionnaire de l'Académie Française (1694), dominaría la época clásica y constituye el esfuerzo colectivo más importante en cuanto a la creación de una lengua literaria pura y refinada.




Fuente:    Amantes y reinas de Benedetta Craveri, de Ediciones Siruela (2006)
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