miércoles, 5 de junio de 2019

POETAS AMERICANAS


CARMEN IRIONDO




Buenos Aires., República Argentina

Poeta y Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Profesora de danza clásica y contemporánea.
Autora de las letras e intérprete de Me da la gana (CD, 1994).
Ha publicado los libros de poesía: Casa propia (1988); Rara vez (1995); La niña pandereta (1997); Por el miedo te digo (2000); Egle y suertes virgilianas (2002); Syl & Ted (2003); Animalitos del Cielo y del Infierno (2004); Prosas de dormida (2005) y Vuelo de fiebre (2007).




LUNES I



Sobre el colchón grumoso como sopa de sémola
un día sabemos que el amor se muere.
Que la conífera muestra frente al patio una rama
de oro asomado, una estrella marchita.

De arriba a abajo así mata el amor,
los besos de ceniza y el polvo de mentiras.
Se arruga la piel como roca de luna
y la mortaja vira al tenue lila.




LABORES



Una brizna de hilo, eso soy cuando tiemblo,
me sorprende mi voz. Hilillo que se enhebra
en pasados remotos y cose el dobladillo con
puntadas en cruz. No sé pedirle al paño que
ignore mis pinchazos, o a tus pestañas frágiles
que barran cada punto y limpien el error.
Ama de llaves, pido, no utilices tus dientes
para cortar el largo bordado del adiós.


ALERGENOS



Me pican las espigas de tu trigo, áspero,
amarillo. Asomaron blandísimos ayer
llorisqueando los pastos de tu infancia.
Una fila de hierba tierna, eterna, mansa
marcha de soldados infinitos muy lejos
se chocan en los surcos de terrones revueltos.
Parecen los alumnos de la escuela hace siglos
dormidos de pie cantando a la bandera blanca.
¿Se morirán de sed antes de empujar la tierra
tus brotes de frágil resistencia?
La luna sin lobo llama a la lluvia aullando
apenas penas.





En "Prosas de dormida" reúne un conjunto de ensayos publicados por primera vez en 2005. De prosa poética, semejan fragmentos o retazos de una conversión ya iniciada, la que sigue a la lectura y el cavilar sobre algunos temas, como si fuera entramando en voz alta significados asociados en falsa errancia: las relaciones entre ideas proponen nuevos sentidos, los clausuran, los vuelven extraños, los iluminan.

Estos breves ensayos emergen desde la noche, desde el sueño: "Por la noche se duerme. Se pierde lo mejor de la vida, pero se duerme". Se duerme para olvidar, para que el sueño permita recuperar recuerdos o inspire nuevas páginas. Y también se olvida para poder dormir. A través de una cantidad de citas, decenas de poetas -Ovidio, Robert Graves, Matsuo Basho, Alberto Girri, Jorge Luis Borges entre tantos otros- se inscriben en los hilos que sutilmente enhebran ideas insistentes acerca de la noche, la muerte, la cruz de la existencia, los suicidas -Virginia Woolf, Plath, John Berryman, Anne Sexton, Alfonsina Storni-, el cuerpo, el goce, la imagen. "La evidencia de la narración onírica -se lee- es umbral de lo que no se va a poder olvidar: el sonido apagado de los gritos profundos". La poesía que no miente, sino que vela, vela el lenguaje hablado, tiene una tarea: "Tendremos que despertar a nuestro destino, esta vez con poesía".


Imagen y Fuente: Internet

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