jueves, 7 de marzo de 2019

EUGENIO MONTALE

«Yo estoy aquí porque he escrito poesías. Un producto absolutamente inútil , pero casi nunca nocivo, y este es uno de sus títulos de nobleza. Por fortuna la poesía no es una mercadería [...]  Han dicho que mi producción es escasa, tal vez suponiendo que el poeta sea un productos de mercaderías; las máquinas deben ser empleadas al máximo»


Eugenio Montale (Génova, 12 de octubre de 1896 -Milán, 12 de septiembre de 1981)

Poeta, ensayista y crítico de música italiano. Recibió en 1975 el Premio Nobel de Literatura.

Montale tuvo dificultades de salud durante la infancia, que lo obligaron a interrumpir sus estudios. Su hermana Mariana se encargó de su cuidado. Su infancia transcurrió en Monterosso, en las Cinque Terre del Mar de Liguria. Quería ser cantante y, al retomar sus estudios formales, tomó paralelamente clases de canto. Su afición por la música se reflejaría en muchos de sus poemas y lo llevaría finalmente, en su madurez, a ejercer la crítica musical. 

Obtuvo el título de contador, carrera a la que lo había orientado su padre. Leyó ávidamente, durante su juventud y adolescencia, a los simbolistas franceses. Sin maestros, aprendió francés e inglés. En 1917, fue incorporado al ejército y participó en la Primera Guerra Mundial, experiencia que también tendría resonancia en su poesía.

En 1925, firma un famoso manifiesto de los intelectuales contra el fascismo, documento inspirado por el filósofo Benedetto Crocce. Se traslada a Florencia para trabajar en la editorial Bemporad. Conoce a la mujer con la que establecerá una relación profunda, y que durará muchos años, Drusilla Tanzi. En este periodo muy importante es la colaboración con el famoso café literario Giubbe Rosse. En 1929 es nombrado director del prestigioso Gabinete Vieusseux, una de las bibliotecas y archivos más interesantes de su tiempo, y que atrae a intelectuales del país y del extranjero. El poeta T. S. Eliot traduce sus poemas al inglés.

Después de diez años al frente del Gabinete Vieusseux, el gobierno fascista lo deja cesante. 

Durante la Segunda Guerra Mundial hospeda en su casa a escritores perseguidos, como Umberto Saba y Carlo Levi. En esos años de guerra, se dedica a la traducción de autores como Miguel de Cervantes, Christopher Marlowe, Herman Melville, Mark Twain, William Faulkner.
Después de la guerra, se emplea como crítico de música en el diario Corriere della Sera de Milán. Viaja por Europa y a los Estados Unidos. 
Le otorgan el doctorado honoris causa en la Universidad de Milan y recibe el importante premio Feltrinelli.

En enero de 1949 conoció a la joven poeta María Luisa Spaziani en Turín, a la que animará a publicar sus obras. Entre ambos poetas se desarrolló una intensa amistad. Spaziani se convirtió en una suerte de musa para Montale, en especial en la serie de poemas titulados «Madrigali privati» pertenecientes al libro La bufera e altro (1956) donde Montale construye todo un poema («Da un lago svizzero») utilizando como acróstico el nombre de María Luisa Spaziani. No existe en toda la obra de Montale otro ejemplo de este recurso.

Montale se casó con Drusilla Tanzi en 1962, quien murió al año siguiente. En 1966, fue nombrado senador vitalicio por el presidente Giuseppe Saragat. 
En ocasión de recibir el  Premio Nobel de Literatura en 1975, se refirió a la poesía: 
«Yo estoy aquí porque he escrito poesías. Un producto absolutamente inútil, pero casi nunca nocivo, y este es uno de sus títulos de nobleza. Por fortuna la poesía no es una mercadería [...]  Han dicho que mi producción es escasa, tal vez suponiendo que el poeta sea un productos de mercaderías; las máquinas deben ser empleadas al máximo»

Definida como «hermética», la verdad es que la poesía de Montale es austera, casi siempre breve, de sinuosa sintaxis, pero de un gran apego a las cosas y hechos concretos. 
Podría decirse que la sola mención de lugares y descripción de escenas y escenarios constituye una especie de neosimbolismo en el que objetos y sucesos parecerían funcionar como signos y analogías de un paisaje interior. 
Sus críticos y apologistas han señalado que muchas referencias en sus poemas son claves íntimas que sólo podrían ser explicadas por el poeta. Pero lo cierto es que crean una enorme sugestión en el lector, que a su vez encuentra posibilidades de lectura que exceden el marco biográfico.

Al otorgársele el Premio Nobel, se señaló que su obra refleja la visión de la crisis del hombre contemporáneo, cercado en su soledad y su pesimismo. Podría agregarse que el mundo circundante, tan presente en la obra de Montale, es como el espejo en el que ese ser humano vacío y aislado intenta encontrarse a sí mismo. En una entrevista imaginaria, el autor señaló: «La poesía es una forma de conocimiento de un mundo oscuro que sentimos en torno de nosotros pero que en realidad tiene sus raíces en nosotros mismos».

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