jueves, 18 de agosto de 2016

OPINIÓN


"Sacar la poesía a la calle", una frase en este texto que incluyo de Claudia Ainchil, se me quedó adentro. Dando tumbos por los rincones populares que me habitan. Muchos y tantos rincones populares como existen dentro de mí, congregantes de ayer, hoy y mañana.

Grávida de milagros la palabra -aunque figure para algunos en diccionarios como poco glamorosa, sin estirpe, en bastardilla y minúscula-, evitar su cercanía es para mí, pecado capital. De cápita, de cabeza. De pensamiento.

Ahí quedé, con las palabras de Claudia Ainchil, adentro, y tratando de "sacar al afuera", a la calle, al lugar de todos, al espacio popular, tanto sentir que anda por adentro, como la poesía.



  Del muro de Claudia Ainchil, periodista, poeta y escritora

¿La cultura como instrumento de identidad, integración y transformación social, será posible? Podremos superar algún día la inmediatez de lo secundario, aquello que muta incansablemente y no provoca revoluciones de opinión? Podremos movilizar ideas, no como el abstracto devenir de palabras soltadas al azar?
Creo que es posible ,depende de cada uno lograrlo, no quedarse de brazos cruzados y superar esa inmediatez.
Por ejemplo sacar la poesía a la calle, es transformación, no quedarnos con la simple luminaria de los ya conocidos. Muchos que escriben no tienen la posibilidad de formar parte de eventos donde poder leer sus textos, tiene cabida el entorno cerrado y nadie mas. Hay que abrir el juego.
La movilización de ideas parte de lo mas simple, abrirse, dar paso a cada creador para que pueda participar, mostrar su arte, que cuando presenta proyectos sean leídos y no abandonados sin abrir en el cajón de lo que nunca será visto.
La cultura es el corazón de un pueblo, la expresión del aquí y ahora, marca hacia donde nos dirigimos. Cultura es sinónimo de manos abiertas.


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