miércoles, 15 de mayo de 2019

POETAS AMERICANAS





EUNICE ODIO







I


Ven
Amado

Te probaré con alegría.
Te soñaré conmigo esta noche.

Tu cuerpo acabará
donde comience para mí
la hora de tu fertilidad y tu agonía;
y porque somos llenos de congoja
mi amor por ti ha nacido con tu pecho,
es que te amo en principio por tu boca.

Ven
Comeremos en el sitio de mi alma.

Antes que yo se te abrirá mi cuerpo
como mar despeñado y lleno
hasta el crepúsculo de peces.
Porque tú eres bello,
hermano mío,
eterno mío dulcísimo.

Tu cintura en que el día parpadea
llenando con su olor todas las cosas,
tu decisión de amar,
de súbito,
desembocando inesperado a mi alma.

Tu sexo matinal
en que descansa el borde del mundo
y se dilata.

Ven
Te probaré con alegría.
Manojo de lámparas será a mis pies tu voz.

Hablaremos de tu cuerpo
con alegría purísima,
como niños desvelados a cuyo salto
fue descubierto apenas, otro niño,
y desnudado su incipiente arribo,
y conocido en su futura edad, total , sin diámetro,
en su corriente genital más próxima,
sin cauce, en apretada soledad.

Ven
te probaré con alegría.

Tú soñarás conmigo esta noche,
y anudarás aromas caídos nuestras bocas.

Te poblaré de alondras y semanas
eternamente oscuras y desnudas.


Poema segundo (Ausencia de amor)



Amado
en cuyo cuerpo yo reposo,
cómo será tu sueño
cuando yo te he buscado sin hallarte.

Oh,
Amado mío, dulcísimo
como alusión de nardo
entre aromas morenos y distantes.

Cómo será tu pecho cuando te amo.
Cómo será encontrarte cuando es amor tu cuerpo
y tu voz,
un manojo de lámparas.

Amado,
hoy te he buscado
por entre mi ciudad
y tu ciudad extraña,
donde los edificios
no se alegran al sol,
como frutales conchas
y celestes cabañas.

Y andaba yo
con un crepúsculo enredado entre la lengua,
Con aire de laguna
y ropa de peligro.

Me vio desde su torre
un auriga de jaspe,
yo te andaba buscando
por entre el verde olor de sus caballos,

Por entre las matronas
con pañales y pájaros;
y pensando en tu boca
reposaban mis ojos,
como palomas diurnas
entre hierbas amargas.

Y te buscaba entonces
por las inmediaciones de mi cuerpo.

Tú me podías llegar
desde el suceso cálido.

II


Amado,
hoy te he buscado sin hallarte
por entre mi ciudad
y tu ciudad extraña,

Junto a alquerías errantes
guardadas por el campo
y de agitado pasto vencidas y entornadas.

Y de pronto llegaste,
huésped de mi alegría,
y me poblé de islas
con tu brillante dádiva.

Desde la brisa fresca llegaste
como un niño con un pañuelo blanco
y la noche voló de sueño entre las ramas,
junto al gozo del agua y el rastro de la abeja.


Amado,
en cuyo cuerpo yo reposo
y en cuyos brazos desemboca mi alma.

Cómo será no hallarte en la distancia,
y llegar a tu cuerpo como los alimentos
reanudados al calor de la gracia
necesaria y perdida.

Estar donde no estoy más que de paso,
no estar donde tu aliento me contiene
y me desgarra
como una piedra el alma.

Cómo será tener,
de golpe, el cuerpo dividido
y el corazón entre las manos
congregado y solo.

Amado,
hoy te he buscado sin hallarte
por entre mi ciudad y tu ciudad extraña,
y no te he hallado.

Cómo será buscarte en la distancia.





Eunice Odio  Infante  (San José de Costa Rica, 1919 - Ciudad de México, 1974) 
Poeta y periodista.
Cursó estudios primarios en la escuela Delia U. de Guevara y los de enseñanza secundaria en el Colegio Superior de Señoritas. 
Complementa sus estudios con extensas lecturas, principalmente en el campo de la poesía moderna. Su inquieta búsqueda de nuevos horizontes la lleva a viajar a Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Cuba y los Estados Unidos. 
De regreso a su país natal, a principio de los ´40, sus poemas son leídos en la radio, con el seudónimo de Catalina Mariel.
Desde 1945 a 1947, publica poemas en el Repertorio Americano de Joaquin García Monge, en el periódico La Tribuna y en el periódico Mujer y Hogar.

En 1947, viaja a Guatemala para recoger un premio de poesía y dar charlas y conferencias. Finalmente, decide quedarse a vivir en ese país. Allí trabaja en el Ministerio de Educación, escribe en revistas y periódicos, y, después de una larga permanencia, en 1948 adquiere la nacionalidad guatemalteca.
Luego, por problemas personales, se ve obligada a salir de Guatemala y decide ir a vivir a México, donde reside hasta su muerte, con excepción de dos años y medio que vive en Estados Unidos.
En México trabaja en periodismo cultural y como crítica de arte; además, realiza traducciones en inglés y escribe y publica cuentos, ensayos, reseñas y narraciones en periódicos especializados de arte y literatura.
En 1962, se nacionaliza como mexicana. En 1963, publica una serie de artículos donde se manifiesta en contra del comunismo y de Fidel Castro, esto le trae el repudio de la izquierda mexicana, lo que constituye un obstáculo en su carrera periodística.
En 1964, comienza a colaborar con la revista venezolana Zona Franca.
Fallece en la Ciudad de México el 23 de marzo de 1974.


*De «Los elementos terrestres.En 1947, gana el Concurso Centroamericano de Poesía "15 de septiembre", con el libro Los elementos terrestres, el cual es publicado un año después.

No hay comentarios:

Publicar un comentario