lunes, 9 de julio de 2012

MÍNIMA TRIBU



Sean bienvenidos todos los acentos
a la tribu de vocablos libres
que se instaló en el pecho de mi verso
y que es mínima, menuda, diminuta,
apenas un pequeño lar de fuego.
Vengan en manadas, en tropeles,
en inquietante tumulto desbordado
desde todos los puntos cardinales
y se sumen, se anexen y se añadan
desprendidos, pródigos, multiplicados
al ancho ramaje de palabras
que mi jardín aprieta en un cantero
sobre un mosaico de quince por quince.
Sea mi exiguo palomar, estancia,
Monumental estadio, asilo de alas
Suspendidas, heridas, amputadas
Y se abran las compuertas
Como flor en superávit
Al exceso de Haber sobre la deuda
A favor del corazón menesteroso.
Se vuelvan villas, aldeas y ciudades,
pueblos, países, continentes,
asentamientos portentosos,
desmesurados, corpulentos, colosales,
congestionados, desbordados de universo.
Provistos, globales, infinitos,
invadiendo y asolando, incesantes,
con el clamor que grita en el desierto
a esta minúscula tribu que habita
la Libertad, en el pecho de mis versos.

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