viernes, 6 de abril de 2012

ASÍ ESCRIBÍA CASTELAO


ARTÍCULO PUBLICADO POR MARIA GONZÁLEZ ROUCO




Don Leandro Rodríguez Pérez, Directivo del Centro Gallego, facilitaba a Castelao esta máquina de escribir de su propiedad, ya que vivían en la misma cuadra.



La hija de Rodríguez Pérez, Marita Rodríguez-Cazaux, integrante de la Comisión de Cultura del Club Español, la donó a la FAGA. En la foto, con Lorena Lores y Francisco Lores Mascato.

Artículo publicado por la Lic. María González Rouco- Foto perteneciente a María González Rouco.


En esta máquina que perteneció a mi padre, escribió muchas veces el Dr. Rodríguez Castelao, escritor talentoso y patriota ilustre. Vivía sobre la Av. Belgrano al 2600 y mi padre se la hacía llegar cuando la máquina del galleguista iba a reparaciones. Contaba mi padre tantas anécdotas de él que, aún sin conocerlo, era para mi imaginación de niña, una figura misteriosa y poblada de historias, un soñador de ideales, un hombre noble.

Sobre esas mismas teclas redondas de metal y baquelita, con letras negras y las cintas de tela, donde él, apoyaba sus dedos delgados, yo aprendí a escribir a máquina. Tal vez, hasta milagrosamente, su espíritu celta me haya contagiado poesía.



CARICIA DE DEDO MENUDO

Hay días en que una nostalgia me visita.

Deja, como al descuido, la puerta entornada,

y sin prisas,

se instala en la poltrona azul.

Siempre en mismo lugar, como si fuera

el único en la casa

donde pueda mejor caber su pena.

Me mira desde la orilla verde de sus ojos,

y toda su vida me confiesa.

El mar y el barco que de Ítaca se aleja

en un opaco silencio de sirenas.

Estertores de la lengua más profunda

en que una piedra se cierra en la garganta

y el pecho es una herida sin cerrar.

Yo sé su nombre,

y mi dedo infantil señala su cara

en cientos de fotos color sepia

- Qué niña lista, cómo bien sabe

el quién es quién en el álbum del exilio-,

delante de benévolas sonrisas familiares

conciliadas con la tragedia del adiós.

Ayer es hoy, yo sé qué piensa bajo esa luz

de perenne lozanía, como los santos

que nos miran desde el alto en la hornacina

y como ellos con piedad

- Qué tontos eran - dirá - que nunca vieron

cómo tu dedo menudo me tocaba

el corazón marchito de distancia.





jueves, 8 de marzo de 2012

EN EL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER * HOMENAJE A LA MUJER GALLEGA

QUE LLEGUE OTRA VEZ SU ACENTO AMADO

Que llegue en un día tan especial, un sentimiento de íntimo milagro para las mujeres de la emigración gallega.
Aquellas que, acodadas en la barandilla del barco, agitando pañuelos de pena, heridas de soledad y destierro, llegaron desde el verde paisaje gallego a reposar su mirada en un mundo de sueños y progreso americanos.
Las mismas que en tiempos de inquietud fueron refugio de cálidos abrazos y murallas de ternura. Noches en vela, sombras de nuestros pasos por la vida, presencias generosas.
Las que nos contaron historias de húmeda nostalgia, romances de tersura repetidos cerca de la lareira. Bailoteo de rondas que alegraron nuestra infancia.
Que este día, todas sus voces lleguen como lluvia mansa de saudades y ese acento suba, encadenado al nuestro, hasta el cielo que habitan. Un cielo poblado de cantados alalás como trinos misereres, en el dulce eco de la lengua amada.


Marita Rodríguez-Cazaux

Publicado en la Página Gallegos y Asturianos de María González Rouco - 8 de marzo del 2012

jueves, 23 de febrero de 2012

DESDE HOY QUEDA PROHIBIDO


Me permito escribir con una Bic
en papel 4x4 blanco Duplitud
o en una hoja formato carta Made in Corea
engarzada en el rodillo de mi Remignton
con papel de carbónico Belgrano
para evitar gastar el cartucho reciclado
que con el aumento del dólar ha subido,
la última misiva de mi pena:
Queda prohibido repetir en mi teclado
de GTC Ribbon ni imprimir en la Lexmarck
modelo Master Súper 2011,
ni tu nombre ni tu risa ni tu acento.
Y para asegurarme que se cumpla
Lo agendo ahora en mi taco calendario
Art Paper Estrada de hojas adhesivas
Y lo remarco con Free JNK Roller
Extended cap -off time- indeble luxe .

jueves, 26 de enero de 2012

O BICO DA SAUDADE

(EL BESO DE NOSTALGIA)

Uxía caminaba sesenta y dos pasos todas tardes desde su casa de piedra hasta la plazoleta, cruzaba delante de la tienda de ultramarinos y por la misma acera desde allí tres rúas hasta llegar a los soportales del Ayuntamiento. Iba a esperar que colgaran en la puerta a las doce en punto, la cartilla de las bajas. El corazón le latía trémulo como una pomba, más tristeiro aún que las cruxas pensativas, cuando el ansia la llevaba por la corredoira y sus zocas apenas pisaban las silveiras, por donde prefería acortar camino.
Uxía entendía poco de letras, pero como le interesaban solamente dos, en los ojos llevaba la forma exacta de esas letras y tras esa forma, su mirada se multiplicaba desperdigada por las hojas entintadas.
- Nada, grazas a Deus, nada – decía Uxía al no hallarlas, el corazón cheo otra vez del canto arremansado de alalás y la temblorosa pomba y las cruxas, vueltas a sus nidos. Y se marchaba por el mismo camino, desandando los sesenta y dos pasos que la habían traído por el sendero de carballos.
Tres años antes, su mozo que era marinero desde niño, había sido destinado a las Quintas que partían hacia Madrid, para defender a las Españas, como decían en la aldea. Aquella tarde, cientos de muchachos como él, sanos y alegres, se apiñaban en la estación. El medio del alboroto, a Uxía, le pareció que los agariños que susurraba el novio, levantaban vuelo y partían lejos, muy lejos, por cielos de fuego y hierro y sintió que sus ilusiones eran más descarnadas que el silencio de las rapazas que suspiraban por amores emigrados a América.
Cuando el tren, rodeado de neblinas, fue desapareciendo metido en la cintura verde que bordeaba las vías, y la gente empezó a despoblar el andén, aún sentía Uxía el sabor dulzón y fresco del beso y oía la voz que prometía volver.
- Verás reíña, que pondréille o tuo nome – decía la voz en el oído de Uxía – o tuo nome a miña barquiña a volta, xeitosiña, a volta.
En Madrid, las Quintas se repartieron y Uxía no tenía de su mozo después de tanto tiempo, nada más que el beso de la despedida y aquella mano que se agitaba, hasta adelgazarse ahogada en la ría de la bella mirada celta.
Pero la mano y el beso no volvían y aquella despedida se fue tornando incolora, empeñada en quitarle también a Uxía, del beso larpeiro, recuerdo de sabores.
Se le ocurrió entonces a la muchacha, un domingo después de misa, santiguarse con agua de la pila de Santa Comba, y al pasarse los dedos con agua bendita por la boca, volvió a sentir aquella sensación purísima.
-Ah, pois mira donde istaba o bico, e eu sin sabelo – se dijo asombrada.
Le pareció vislumbrar en eso un milagro concedido y creyó, supersticiosa como todos los galegos, que era un anuncio de paz y de regreso y que meigas boas pronosticaban de esta clara forma, besos enamorados y una barca con su nombre.
Por esa beatitud inexplicable, segura de que hasta la Santa Compaña iba tras ella, sumó entonces a la salida diaria, un rápido paso por el atrio de la iglesia, la llegada a la marmórea pila torneada y el agua que, levantando con la punta de dos dedos, se llevaba a la boca.
Caminaba después hasta la plazoleta y bajando las escaleras, arrimándose a la puerta del Ayuntamiento, volvía a repartir sus ojos sobre todas las letras, y por fin, nada, grazas a Deus, nada, y otra vez, desandar el camino hasta su casa.
Un mediodía lluvioso de febrero, encharcadas las zocas y el pañuelo pegado a la trenza rubia, Uxía, después del ritual acostumbrado, paseó su inquietud por los nombres que apenas deletreaba y descubrió las letras que tanto había rezado para no descubrir. La P, y junto a la P, la M.
Las dos letras eran una sola letra esmerilada dentro del rocío desolado de sus ojos, y por esa mirada le entró una mordida de sierpe retorciéndole las carnes y un sofoco de dolor callado que le quemó el aire.
- Enton, que vou facer sin o meu queridiño, e maís con tódolos bicos que tiña para darle – dijo Uxía, herida de una pena sin remedio, herida de esa herida fatal que nace en el alma y no tiene cura.
Incrédula, con el cuerpo apretado en un puño de ferro, Uxía no supo qué hacer con esos besos que había guardado mientras la muerte rondaba la juventud de aquellos que alejados del calor de la lareira, luchaban en el frente, hermanos contra hermanos
Dolor sin voz, martirizado por el recuerdo, verde lamento de lembranzas que divaga entre as pedras e os cruceiros e os hórreos. Y rechonchía como el pardal y retorna como la anduriña a golpear con sus alas los ventanales de la ternura. Morriña de cristal quebrado, cantigas de incienso que solamente entiende el sentimiento gallego.
Caía la lluvia aún, con filo de machadiñas sobre las piedras y el viento cortaba de monte a monte, cuando Uxía, cruzando el atrio abovedado, fue hasta la pila de mármol y metió los dedos en el agua. Con la misma devoción con que tragaba la Hostia divina, se bebió el único recuerdo que le quedaba de aquel mozo marinero.
Lonxe o corpo, maís preto a alma de nostálgico son de gaita, un beso y una mano se deshacían, inmóviles, cenicientos, bajo el cielo de las Españas.

jueves, 15 de diciembre de 2011

EVENTO EN EDITORIAL DUNKEN 15 de diciembre 2011

15/12/2011    Introducción y moderación Prof. Marita Rodríguez-Cazaux Aumentar el tama�o del texto Disminuir el tama�o del texto Enviar la nota por email Imprimir
Cultura
Se presentó "Barkev, un halago a la vida", de la escritora Alicia Barsamian de Margossian 
Obra de amor filial 




Las historias de vida y los testimonios familiares están ocupando un lugar creciente en la producción literaria de nuestro medio. La biografía de Barkev Barsamian, un destacado dirigente comunitario, con una valiosa trayectoria al servicio de la Causa Armenia, de Homenetmén, de la Iglesia Apostólica Armenia y de los institutos educativos, fue escrita y presentada por su hija, la Prof. Alicia Barsamian.
El acto realizado en la sede de la editorial Dunken, ubicada en la calle Ayacucho, fue conducido por la profesora Marita Rodríguez-Cazaux. El jueves 15 de diciembre, pasadas las 19 hs., en una sala colmada, la profesora Cristina Pizarro, habló de los hechos reales narrados en estilo directo, que van tejiendo la historia de una familia originaria de Yozgat, que sobrevivió al Genocidio y pudo reconstruir su vida en Europa. Escapando de la Segunda Guerra Mundial, llegan en 1939, al puerto de Buenos Aires, iniciando la etapa sudamericana de los Barsamian. El testimonio de Arto Kalciyan aportó otras perspectivas a esta obra. Mencionemos que Barkev es uno de los personajes reales que aparecen con otro nombre en el libro “Semillas del desarraigo” de Kalciyan, que se conocieron en Buenos Aires buscando realizar sus sueños de vida. La anécdota nos lleva al año 1952, cuando los Kalciyan llegaron en el trasatlántico “Giulio Cesare” a la Argentina y los Barsamian fueron a recibir a sus parientes. En este encuentro casual, el principio de “servir antes de ser servido”, que guiaba a Barkev, apareció como una guía de vida en el relato de Arto.
Finalmente, la Prof. Alicia Barsamian de Margossian se dirigió a los presentes agradeciendo destacadas presencias, como la de Manuel Barsamian, hermano menor de Barkev; de la Dra. Anahid Barikian, de familia de Yozgat; los Dres. Pascual Ohanian y Kevork Karamanukian; el escribano Gregorio Hairabedian; el Dr. Abraham Aharonian; Armando Torkomian, por la Comisión Regional de Homenetmén, representantes de la Comisión Regional de HOM, colaboradores de la Asociación Cultural Armenia y de Hamazkain, representantes de la FRA Tashnagtsutiún y del diario “ARMENIA”, junto a todas las ramas familiares que compartían este grato momento del testimonio literario sobre una vida al servicio de la comunidad.
La autora destacó la carta de Eduardo Kozanlian; habló de varias notas llegadas del exterior y mencionó la participación de Misak Karamanian con su informe acerca de las transformaciones logradas en Homenetmen durante la presidencia de Barkev Barsamian. El músico Edgardo Sarian con sus melodías armenias acompañó las gratas sensaciones que embargaron a todos los presentes. Agasajados, los presentes siguieron compartiendo recuerdos y la autora, firmando innumerables ejemplares.
Cronista


viernes, 4 de noviembre de 2011

LA ESTRELLA DEL POETA

Presentación de la Antología "La estrella del poeta" en Editorial Dunken
Compilación y Prólogo de Marita Rodríguez-Cazaux
Marita Rodríguez-Cazaux, poeta y escritora en lengua castellana y gallega compartió mesa literaria con el escritor César Mellis y el ilustrador y fotógrafo Leandro Rodríguez (h) en la premiación de los seleccionados en la Antología
En la foto con Liliana Calvo, premiada por su obra haiku Joven Cerezo

El viernes 4 de noviembre a las 19 hs se realizó en el Salón de la Editorial Dunken la presentación de la Antología "La estrella del poeta" y la entrega de Diplomas a los autores seleccionados para formar parte de la misma.




Prólogo
Cuando caiga la última estrella, trémula aún en cristales desparejos sobre la noche fría, tanteando en sombras la extraviada huella por el filo del puñal de los espejos, en el alma del poeta -de mansa muerte herida- su último estertor, desperdigado, se hará poesía.
Quizá porque el corsé de su propia vida lo ahoga, como si fuera un traje más pequeño que su talle, o porque dilapidarse en otras vidas se le antoja la única manera de vislumbrar el paraíso perdido, es que el poeta habita fuera de su propia certeza.
Puede así, y solamente de esta manera, empequeñeciendo su yo visible y dándole vida a su yo escondido, transitar el laberinto de las pasiones humanas, mirando el universo más allá del universo, asomado al despertar de lo irrepetible.
Tanteando la cornisa de la inquietud, será entonces peregrino en busca del momento íntimo y cósmico en que, desprendida de todo orden, la luz de la última estrella lo penetre y en su estallido fugaz, engendre poesía.
Ya no podrá desandar su destino. El estigma que lo antecede no tiene regreso, una brújula ajena a los puntos cardinales lo orienta, siguiendo el hilo de lo imposible, hacia la ruta más oculta, el sendero menos transitado. Hacia el camino del milagro, del hallazgo, una travesía sin fronteras y sin anclaje.
A la intemperie, apenas abrigado de esperanza, el poeta acoplará su caminar al paso de los otros y, aunque el paisaje humano lo circunde, respirará el aire de lo inefable.
Le alcanzará imaginar el beso para ser besado y el reflejo del acero para vislumbrar la muerte.
Sobre la piedra o el mar, su pie dejará huella, el tímpano vacío de sonidos acechará su acento, las heridas del exilio se harán voces agitadas como caireles de cristal.
Centinela de la pasión, serán suyos los rincones donde los sueños se esconden, suya el ala del ángel memorioso de todos los olvidos.
Será suyo el misterio indescifrable desde el principio de los tiempos. Ese instante efímero, ese mítico temblor de luz que cruza el infinito.
La última estrella. La que engendra poesía.
La estrella del poeta.













martes, 2 de noviembre de 2010

DE AMORES Y DESAMORES

¿Hay sueños que llegan una noche y hacen que la existencia se vuelva vuelva mágica, alborotada, libre, como jamás la hemos sentido despiertos?¿Hay miradas que se abrochan con candados abriendo ventanales, corriendo cortinas y sintiendo que toda la vida entra de una sola vez por ellas?Marita Rodríguez-Cazaux nos invita a mirar toda la magia de la vida que aparece con sólo asomarse a sus cuentos encerrados en este libro como en una caja azul, donde viven ficciones que sólo una pluma guiada por su fantasía exquisita puede guardar. De su mano “caminaremos por rutas sorprendentes, sin otro pensamiento que los malabares del destino”. “Cruzaremos barreras, abriremos rejas, saltaremos vallas.”Y el día que cerremos esa caja azul y la guardemos, sabremos que siempre estará esperándonos para volver a abrirse y encontrar el amor que nunca se extravía, para sentir esa risa que, como pulsera de dijes jamás se extingue.Entonces agradeceremos a Marita por este obsequio literario que dice tanto, tanto de ella.
Elsa Lombardo

VIERNES 12 DE NOVIEMBRE

EDITORIAL DUNKEN, AYACUCHO 357 (AYACUCHO Y CORRIENTES)

A LAS 18.45 hs.

LA PRESENTACION ESTARÁ A CARGO DE LOS ESCRITORES Y PERIODISTAS BEATRIZ ISOLDI Y ROBERTO BARLETTA