miércoles, 10 de abril de 2019

OPINIÓN - RESEÑAS




Escote Abierto, de Marita Rodríguez-Cazaux 

Por Fernando Bustos Odzomek 



(Segundo comentario*)

Caer en lugares comunes seria hacer el juego de palabras para decir que leyendo a Marita, uno se pierde en su “Escote Abierto”, pero en verdad, a medida que la lectura nos sumerge, más que perderse, nos encontramos. 

Su prosa y su poesía nos transportan al interior de nosotros mismos, por empatía nos reflejamos. En cada texto, o de a por medio, hay algo de ella que reconocemos como nuestro. La poesía es como la música, el lenguaje universal del alma. 

En el primer comentario que les compartí sobre este libro hice foco en que ya nadie compra libros de poesía para leer. Tal vez deberían dejarse de vender en las librerías para venderse en las casas de regalos. Porque hoy por hoy, tal vez (otra vez), el libro de poemas es más un objeto fetiche que literatura. Algo así como las flores… sirven para decir aquello que no sabemos cómo decir. Y entonces aparecen artistas como Marita, con metáforas y figuras del lenguaje, que toman la forma precisa, para conversar alma con alma. 

En otras palabras… digo, “Escote Abierto” no es ni una radio, ni una tele, ni ningún medio de comunicación que nos hable. Es como un teléfono, dialoga con nosotros y nos sirve también para que nosotros dialoguemos con otras personas, a través de la pluma de Marita. Por eso es para regalar. Incluso si se lo compra para leerlo uno mismo… Porque es un mimo. Es una caricia, un regalo que uno se hace a sí mismo. Porque su lectura es un puente. 

Cuando llegué a la página 60 de las 140 que tiene el libro, de extensión, hice una pausa y comencé a escribir el primer comentario. No quería dejar de referirme, con algunas breves palabras, a cada uno, en particular, de los poemas preferidos, que me hablaban. Y quise compartirles, reflejar, esa vivencia particular, personal. Y eran muchos y el comentario corría el riesgo de ser demasiado extenso. Por eso hice la pausa y ahora, que retomé la lectura, una vez más, hago otra pausa, y con el mismo ánimo, les comparto esas impresiones subjetivas, íntimas, que surgen del diálogo con la pluma de Marita. 
Se trata de contagiarles el entusiasmo por la lectura de “Escote Abierto” poniendo énfasis en lo que les cuento al principio de este comentario. La empatía entre los textos y las vivencias universales de cada lector, la vivencia singular de este lector. 

Mal soñar el sueño enamorado 

La cita no es con Morfeo, sino a través de él, con nuestro amor que no está. O que sigue estando, habitándonos. Aquel amor que se fue, quedándose. –Nos vemos esta noche. 

Decisión inteligente 

Es, cuando no se puede cambiar el mundo, cambiar uno, adaptándose… - Jamás!!! Lucido sarcasmo a la sociedad contemporánea, urbana, de plástico. Como diría Bauman: Modernidad liquida. ¿Quién no se sintió, alguna vez, en minoría, rodeado de estúpidos y no encajar? ¿Cómo se llama ese sentimiento? ¿Qué estoy haciendo acá? … Digo, en este mundo, en este siglo. ¿Qué dirían los antropólogos del Siglo XXXI cuando estudiasen nuestras ruinas? 

De 12.00 a 16.00 garúa y closed 

Un amor que se va. Un recuerdo que queres regalar, que sea mucho de ti… pero si es mucho, talvez no quieras desprenderte. Pero queres darle algo muy tuyo. ¿Qué le das? 
El agua bendita es especial no por ser agua pura sino por estar bendecida. Entonces… Cualquier objeto es un recuerdo, es tuyo si lo bendecís. Excelente retrato de una situación de despedida de amor de verano adolescente. 

Hasta hallarme 

Paz en la tormenta, o el proyecto de ser feliz a pesar de todo… o mejor dicho, de la tormenta de los otros. Encontrarse en uno mismo después de perder el tiempo buscándose en los demás. Permítanme una expresión vulgar: Voy a encontrarme cuando me de permiso a equivocarme y cuando lo demás me chupe un huevo… Pero claro, Marita lo dice con poesía sublime y exquisita. 

Sin Flash 

Otro amor, otra ruptura, otro olvido, otro ex superado. Mi amor por ti contenido en una foto, como en un muñequito vudú, perdido en algún cajón. 

Cítara 

El príncipe azul de una adolescente puede aparecer en cualquier lado, en el momento menos esperado. Un músico callejero, por ejemplo. 

Llegó tu nombre y me robó la casa 

Nos enamoramos de quien resistimos enamorarnos y toda nuestra racionalidad nos advierte del daño que sufriremos y sin embargo… 

Destino 

La luna es la misma para todos… Pero un libro… Polisemia. Lo único que nos une, antagónicos, puede ser un libro, que tal vez nos diga cosas distintas… o tal vez lo mismo y no entendemos. 

Diez minutos de vuelo 

En ”decisión inteligente” y en “hasta hallarme”, Marita habla de esa libertad que cuesta ejercerse, por presión de los otros, que le imponen un ritmo artificial al mundo. Y lo que sucede cuando se ejerce, a pesar de los demás. Aquí es al revés. Se trata del anhelo… o más bien… del recreo que uno se toma para permitirse ser quien es, por un rato, para luego volver a ser lo que otros esperan que seamos. 

Suicidio del ave 

Cuando cicatriza la herida de un amor que por fin superamos, podemos escribir poemas como este. Solo si tuviésemos la pluma de Marita 

Destierro 

"El que denomina, domina" dice el dicho. Y no nombrarte es tu mayor castigo. Moria Casan sintetizó en un verbo: Ningunear. 

Pecado de omisión 

Lo que siempre me llamo la atención de la parábola del hijo prodigo es el reclamo del hijo mayor a su padre por la fiesta de bienvenida al hijo que había despilfarrado su herencia en vida. Creo que la sociedad estima más a un arrepentido que a alguien que siempre hizo lo correcto. Borges contaba en su vejez que se arrepentía de haber vivido poco por haberle dedicado tanto tiempo a la lectura y escritura. A veces pienso que saber aprender de la experiencia ajena, ser observador, precavido, analista y medido me sirvió para equivocarme menos en la vida… Pero también creo que en el error hay disfrute y gozo que no se encuentra en la corrección. Este poema es esa queja del santo que, por no pecar, peco. 

12 poemas más, elegidos para comentarles y hago otra pausa. Página 95 y me quedan casi 50 para terminar el libro. La seguimos en la próxima. Ahora voy a encontrarme con mis otros yo, que habitan en mis sueños, que fueron invocados hace un rato, en la lectura de los textos de Rodríguez-Cazaux. 

Lean su “Escote Abierto”. Pidan que alguien se los regale. Cómprenlo para regalárselo a alguien. 



* El anterior comentario que inicia la opinión sobre Escote abierto por el escritor Fernando Bustos Odzomek ha sido publicado en este mismo blog y en el Face de Editorial Dunken.


ESCOTE ABIERTO, POEMARIO.
EDITORIAL DUNKEN, AYACUCHO 357, CABA.


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