viernes, 22 de junio de 2012

MIRARSE SIN VERGÜENZA DE MIRARSE

                                                     A  mi padre, Leandro

Cuánto cielo de paz que me conforma
cuando me miro al espejo cada día
y me cuento que he sido consecuente,
transparente, derecho, decidido,
valeroso y leal conmigo mismo.
Y me inclino con honores a mi paso
y me miro sin vergüenza de mirarme,
sin saberme rebajado ante mis ojos
pues no tengo pudores en gozarme
de haber obrado tal cual como sentía.
Y aunque pague altamente mi postura,
hasta el último escenario de mi vida
sin la careta articulada del cinismo
viviré de esta manera pretendida.
Es posible que delante de mi féretro
solamente se oigan mis aplausos
en el oscuro tránsito del mundo.
Hasta esa carta final he de jugarme
obstinado en serme fiel a rajatabla
para mirarme, sin vergüenza de mirarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario